En nuestro país, desde hace casi seis años, pagamos un polémico impuesto bautizado como Canon Digital mediante el que la Administración trata de compensar las descargas o visualizaciones no oficiales de contenido a las gestoras. La realidad es que este Canon Digital se ha convertido en una importante fuente de ingresos para estas entidades.
¿Y ese impuesto no iba a desaparecer con el tiempo? Pues parece que nada más lejos de la realidad, pues han pasado como comentábamos casi seis años y sigue activa. Entró en vigor en 2008, pero la Audiencia Nacional la tumbó en 2011 y fue restituida en agosto de 2017 (Real Decreto-ley 12/2017, de 3 de julio, por el que se modifica el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, en cuanto al sistema de compensación equitativa por copia privada). No solo esto, ahora el Gobierno planea actualizar los precios, con un importante incremento.
«Los titulares de derechos están recibiendo una compensación muy superior al daño efectivamente causado«, dicen los representantes de los fabricantes criticando el nuevo tarifario, pero parece que importa poco este extremo.
No todo el mundo descarga contenido no oficial, pero pagamos todos
El impuesto realmente es de unos pocos euros, pero lleva tiempo recibiendo críticas ya que presupone que todo el mundo descarga contenidos mediante canales no autorizados y pagamos una especie de multa por ello. Pues bien, ahora el Gobierno plantea subir ese impuesto hasta triplicarlo en algunos casos. Este es un nuevo ejemplo de cómo la Hacienda Pública ha puesto su mirada en el ámbito online.
Parece una medida para incentivar las descargas ilegales, porque si ya «nos multan» por supuestamente descargar algo que muchos usuarios no hacen, se nos queda cara de poker, y a lo mejor algunos usuarios contrariados deciden iniciar descargas ilegales.
Se notará en el precio de todos los dispositivos móviles, sin excepción
¿Cómo le afecta al precio de tu próximo teléfono móvil? En el caso concreto de los smartphones, el Canon Digital asciende a 1,10 euros más IVA. Un total de 1,33 euros. Según describe The Objetive, con los cambios que ha propuesto el gobierno español, el impuesto pasa a costar 3,25 euros, que con IVA se queda en casi 4 euros. Puede parecer un incremento reducido, pero si echamos mano de porcentajes, se trata de un aumento de un 195,45%.
Por su parte las tabletas pasan de 3,15 a 3,75 euros y además por primera vez se incluyen los relojes inteligentes con un coste de 2,5 euros la unidad.
La ley deja claro que ese precio pueden asumirlo los fabricantes, pero éstos siempre terminan inflando el precio de sus productos para que sea el usuario final el que asuma el coste.
Y es que aunque sea una subida muy pequeña, es igualmente polémica por la posición del Gobierno español al respecto. Si todo va según lo esperado, podríamos experimentar esta subida a finales de este mismo mes de febrero o en marzo.
En fin, si 2021 y 2022 le tocó el turno a los poseedores de criptomonedas, parece que la Hacienda Pública, a través del Ministerio de Cultura y Deporte, centrará esfuerzos en el volumen de compras de productos informáticos este año. Recaudar, recaudar y recaudar hasta el infinito, parece que no hay otra opción.
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