Ya tenemos un despiece “oficial” de la nueva PlayStation 5. Con este movimiento, los ingenieros de Sony, quieren demostrar que han tomado las medidas necesarias para mantener bajo control las temperaturas de trabajo del SoC de nueva generación que utiliza la nueva consola.
Recordamos que monta un chip con una CPU Zen de 8 núcleos y 16 hilos a 3,5 GHz (pico máximo) acompañada de una GPU RDNA de nueva generación con 2.304 shaders a 2,23 GHz (pico máximo).
Las medidas que ha dado Sony no dejan lugar a dudas: 104 mm de ancho, 390 mm de alto y 260 mm de profundidad. Es más grande que PS4, pero este aumento de tamaño ha permitido, según la compañía japonesa, construir un sistema más fresco y silencioso.
El despiece de PS5 comienza con la base de la consola que sirve para colocarla en posición vertical. También podremos utilizarla en posición horizontal sin ningún tipo de problema, utilizando para ello la misma base que acabamos de quitar. Aquí tú decides cómo quieres colocarla.
Al retirar los paneles blancos empezamos a ver la primera capa del interior de la consola. Tenemos un ventilador muy grande en el lateral que se ocupa de potenciar el flujo de aire, y que cuenta con el apoyo de dos recogedores de polvo que evitan que este se acabe acumulando en el ventilador.
Profundizamos en el despiece de PS5 con el siguiente paso, que nos lleva directamente al espacio reservado para instalar unidades SSD. Tenemos una ranura de expansión PCIE Gen4 de fácil acceso, por lo que no tendremos problemas para ampliar el almacenamiento de la consola.
Para continuar con el despiece de PS5 es necesario retirar precintos de seguridad, que se utilizan para saber si el usuario ha abierto la consola, y que pueden invalidar la garantía. El despiece de PS5 no es complicado, Sony ha optado por un diseño centrado en la modularidad, lo que debería simplificar y abaratar las reparaciones.
Otro detalle interesante es que la unidad Blu-ray cuenta con un chasis propio para reducir vibraciones y el sonido que produzca las lecturas de los discos, por lo que también habrá una reducción de sonido a la hora de instalar los juegos o hacer lecturas del disco.
En el centro tenemos la APU semipersonalizada diseñada por AMD, que monta una CPU Zen 2 con 8 núcleos y 16 hilos a un máximo de 3,5 GHz. Su GPU parte de la arquitectura RDNA 2, aunque según la información que dio en su momento un ingeniero de Sony carece de algunas de sus funciones clave.
Como habréis podido imaginar, integrar una CPU y una GPU tan potentes en un mismo encapsulado supone un importante desafío térmico. Para lidiar con el calor generado, Sony ha utilizado metal líquido como TIM (material de interfaz térmica), un material que permite una alta conductividad del calor y que sufre una menor degradación con el paso del tiempo. Una excelente elección, sin duda.
La memoria unificada asciende a un total de 16 GB de GDDR6 con un ancho de banda de 448 GB/s. El almacenamiento SSD asciende a un total de 825 GB, aunque solo tendrá libres unos 660 GB para el usuario, y está agrupado alrededor de la controladora I/O personalizada que ha utilizado Sony para mejorar de forma notable el rendimiento en operaciones de lectura y escritura aleatoria. Alcanza picos máximos de 5,5 GB/s.
El radiador de aluminio y cobre que utiliza PS5 es enorme, y según Sony es capaz de alcanzar el mismo rendimiento término que ofrecen los radiadores clásicos basados en cámara de vapor, gracias a su diseño y al flujo de aire interno. Terminamos el despiece de PS5 con su fuente de alimentación, que tiene una potencia de 350 vatios.
La conclusión al ver el despiece de PS5, es que Sony ha cuidado al máximo el diseño y la construcción interna de la consola.
Recordamos que su lanzamiento está previsto para el próximo 20 de noviembre, y que tendrá un precio de 499,99 euros en su versión con unidad óptica, y de 399,99 euros en su versión sin dicha unidad. Ya queda menos.
