
Mientras el mundo del motor terrestre vive su propia y caótica revolución eléctrica, en los mares está ocurriendo algo mucho más silencioso, pero igual de brutal. Y una compañía sueca, Candela, está liderando la carga con una propuesta que parece sacada de una película de James Bond: el Candela C-8, un barco eléctrico que no navega, sino que literalmente «vuela» sobre el agua gracias a un sistema de hidroalas, prometiendo una eficiencia y una experiencia de navegación que dejan en ridículo a cualquier lancha de combustión.
Olvídate de los prototipos y las promesas. El Candela C-8 ya es una realidad, está batiendo récords de autonomía, cruzando mares y, desde hace poco, se entrega a sus primeros clientes con una mejora clave: lleva en sus entrañas la misma tecnología de baterías que los coches eléctricos de Polestar. Eso sí, la revolución, como siempre, tiene un precio. Y en este caso, es de los que quitan el hipo.
La magia de las hidroalas: el secreto para una eficiencia brutal
Lo que hace al Candela C-8 un bicho raro y una genialidad de la ingeniería es su sistema de hidroalas (hydrofoils) de fibra de carbono controladas por ordenador. ¿Cómo funciona esta brujería?
- A baja velocidad, se comporta como un barco normal.
- Pero al superar los 16 nudos, las hidroalas se despliegan bajo el casco y empiezan a generar sustentación, elevando el barco completo casi un metro por encima del agua.
- Al «volar», se reduce la fricción con el agua en un 80%. Y menos fricción significa un consumo de energía drásticamente menor.

Esta es la clave de todo. No se trata de meter baterías más y más grandes, sino de ser más listos. Al eliminar la resistencia del agua, el Candela C-8 consigue una autonomía y una velocidad impensables para un barco eléctrico de su tamaño con un casco tradicional.
La alianza con Polestar: corazón de coche para un barco del futuro
Inicialmente, el C-8 se anunció con una batería de 44 kWh. Pero en una jugada maestra, Candela se alió con Polestar, la marca hermana de Volvo, para incorporar en sus barcos el mismo paquete de baterías de 69 kWh y la tecnología de carga DC que utiliza el Polestar 2.
Esta sinergia le da al C-8 una autonomía real de 57 millas náuticas (unos 105 kilómetros) a una velocidad de crucero de 22 nudos (40 km/h). Puede que no parezca una cifra enorme comparada con un coche, pero en el mundo de la náutica eléctrica, donde la autonomía es el gran talón de Aquiles, es un hito espectacular. De hecho, recientemente batieron un récord al navegar 278 km en 24 horas, cruzando el Mar Báltico entre Suecia y Finlandia con un coste de combustible un 95% inferior al de un barco de gasolina equivalente.
Un yate de 8,5 metros con cerebro digital
El Candela C-8 no es solo eficiencia, también es lujo y tecnología. Con sus 8,5 metros de eslora, tiene capacidad para ocho pasajeros, una pequeña cabina con camas para dos adultos y dos niños, y un aseo.
Todo el barco se controla desde una pantalla táctil de 15,4 pulgadas con una interfaz propia, y a través de una aplicación móvil puedes gestionar todos los sistemas desde tierra. El motor, un Candela C-POD de 55 kW (unos 75 CV), es increíblemente silencioso y está diseñado para no necesitar mantenimiento en 3.000 horas de uso.

El precio de la revolución: 400.000 euros (más IVA)
Y aquí llega la cruda realidad. La tecnología de vanguardia y el diseño escandinavo tienen un precio. El Candela C-8 Polestar Edition parte de los 400.000 euros, sin incluir impuestos. Un capricho al alcance de muy pocos, pero que, según su CEO, Gustav Hasselskog, es el precio a pagar por ser pionero. «Creemos que en los próximos años haremos varios miles de Candela C-8. Después de probarlo, te das cuenta de que así se verán los barcos en el futuro», afirma con un optimismo arrollador.
Conclusión Gurú Tecno: el futuro de la náutica ya está aquí (y es insultantemente caro)
El Candela C-8 es mucho más que un barco eléctrico; es una declaración de intenciones y una proeza tecnológica. Demuestra que la electrificación en el mar no solo es posible, sino que, gracias a innovaciones como las hidroalas, puede ser más eficiente, silenciosa, cómoda y, a la larga, mucho más barata de operar que la navegación tradicional.
Es la perfecta combinación de la ingeniería náutica sueca, la tecnología de baterías de un gigante del motor como Polestar y un software que lo une todo.
De momento, es un juguete para millonarios, un ‘concept car’ de los mares hecho realidad. Pero al igual que el primer Tesla Roadster nos enseñó el camino para los coches eléctricos, el Candela C-8 está trazando la estela que seguirán todos los demás barcos en la próxima década. El futuro de la navegación no hace ruido, no huele a gasolina y ‘vuela’ sobre las olas. Y es absolutamente fascinante.
¿Pagarías el precio de un superdeportivo por un barco eléctrico, aunque sea el más avanzado del mundo? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.