
¿Recuerdas aquellos viejos tiempos, allá por la prehistoria de internet (hace unos 10-15 años), cuando la guerra de los navegadores se libraba en el campo de batalla de la velocidad? Cada nueva versión de Chrome, Firefox, Internet Explorer (que en paz descanse) o Safari era anunciada a bombo y platillo con gráficos y benchmarks que demostraban quién era el más rápido del Oeste (Digital). Pues bien, parece que Google ha decidido desempolvar las viejas medallas y recordarnos quién manda en la pista de aceleración. Según un nuevo y orgulloso post en el blog oficial de Chromium, la última versión de desarrollo de su navegador, Chrome 139 (dev), ha reventado los cronómetros y ha establecido un nuevo récord de velocidad en el benchmark Speedometer 3.0, reclamando de nuevo el trono del navegador más rápido del planeta.
En una era donde la Inteligencia Artificial y las funciones rimbombantes que nadie ha pedido parecen serlo todo, Google saca pecho y nos dice: «Sí, sí, muy listos todos con vuestras IA, pero el mío corre más«. La pregunta que nos hacemos en Gurú Tecno es: ¿sigue siendo la velocidad bruta lo más importante en 2025, o es solo una cortina de humo para que no miremos a su verdadero y nuevo enemigo?
Chrome pisa el acelerador a fondo y presume de nuevo récord (otra vez)
Una mejora del 10% en el exigente benchmark Speedometer 3.0 no es moco de pavo. Esta prueba, que se ha convertido en el estándar de la industria para medir la capacidad de respuesta y la fluidez de un navegador en tareas del mundo real, ha visto cómo Chrome vuelve a superarse, apenas un año después de que ya lograra un hito similar con su versión 127.

Google detalla con orgullo que este nuevo récord se ha conseguido en máquinas potentes, como un MacBook Pro con chip M4 y macOS 15, demostrando que su optimización busca exprimir al máximo el hardware más moderno. «La ironía de Google presumiendo de velocidad máxima en un ordenador de Apple es, sencillamente, deliciosa».
La «magia» bajo el capó de Chrome: ¿cómo demonios lo han conseguido esta vez?
Para los que nos gusta la chicha técnica, Google ha explicado que esta ganancia de velocidad no es magia, sino el resultado de un trabajo de optimización de bajo nivel en tres áreas clave de su motor Chromium:
- Optimización de memoria interna y caché: Los ingenieros han metido mano para reducir el uso innecesario de memoria RAM y han mejorado las cachés del procesador para que el navegador sea más «listo» a la hora de almacenar y acceder a la información que realmente importa. Un intento más de domar al monstruo devorador de RAM que Chrome lleva dentro. Agradecemos el esfuerzo, aunque muchos sigamos necesitando 32GB de RAM para tener más de cinco pestañas abiertas sin que el portátil parezca un avión a punto de despegar.
- Mejora en el manejo de ‘strings‘ (cadenas de texto): Han cambiado algunos de los algoritmos de hashing en el motor de renderizado Blink por versiones más rápidas.
- Reducción del trabajo en el hilo principal: Optimizaciones varias para que el navegador piense y dibuje las páginas de forma más eficiente.
Pura brujería de ingenieros de software que, traducido al cristiano, significa que tu navegador ahora ‘piensa’ y ‘pinta’ las páginas que visitas de una forma un poquito más rápida y eficiente. Y eso, en el día a día, se nota.
El efecto dominó de Chromium: si Chrome corre, Microsoft Edge esprinta (un poquito)
Como era de esperar, estas mejoras en el corazón de Chromium, que es el motor de código abierto que usan la mayoría de navegadores hoy en día, también benefician a su principal «hijastro» y competidor, Microsoft Edge. Desde Redmond no han tardado en sacar pecho también, afirmando que su versión 134 del navegador, gracias a estas optimizaciones, ahora se inicia un 2% más rápido y ofrece una mejora de entre el 5% y el 7% en la capacidad de respuesta al cargar páginas web. La gran ventaja de copiar los deberes del listo de la clase es que, cuando él mejora su letra, la tuya también se vuelve un poco más legible. ¡Bien por Microsoft, que sigue viviendo del trabajo de Google!.
La nueva (y peligrosa) guerra de los navegadores: ¿velocidad pura o «bloatware» con IA que nadie ha pedido?
Seamos sinceros: la competición real entre navegadores ya no va solo de quién carga más rápido una página. Ahora, la batalla se libra en el terreno de las funciones «extra» y la integración de la Inteligencia Artificial. Asistentes como Copilot, modos de eficiencia, VPNs integradas, gestores de pestañas con lucecitas… El problema es que esta carrera armamentística por ver quién la tiene más… larga (la lista de funciones, se entiende), a veces convierte a nuestros navegadores en un pesado y molesto paquete de bloatware (software inflado e innecesario) que, lejos de mejorar, compromete la experiencia de navegación, el rendimiento y la simplicidad.
El ejemplo más evidente es el propio Edge con su omnipresente y, a veces, increíblemente plasta integración de Copilot, que salta cuando menos te lo esperas. A veces, en Gurú Tecno, lo único que le pedimos a un navegador es que sea insultantemente rápido, seguro, eficiente y que nos deje en paz. No que nos quiera vender un seguro de vida con IA mientras buscamos una receta de tortilla de patatas.
El verdadero enemigo de Chrome no es Firefox ni Safari… es tu nuevo hábito de «preguntarle» a ChatGPT
Aunque Chrome sigue siendo el rey absoluto con una cuota de mercado que ronda el 64%, en las oficinas de Google no son tontos y saben que una amenaza existencial, mucho más grande que la velocidad de Edge o la privacidad de Firefox, acecha en el horizonte. Y esa amenaza no es otro navegador, sino el cambio de paradigma que está provocando la IA generativa.
Cada vez más gente, especialmente las generaciones más jóvenes, en lugar de «buscar» en Google a través de Chrome, le «pregunta» directamente a ChatGPT, a Gemini, a Perplexity… y obtiene una respuesta directa, sin necesidad de navegar por múltiples enlaces. Este cambio de comportamiento ataca directamente al corazón del negocio de Google.
Este récord de velocidad de Chrome es, en parte, un recordatorio de su poderío técnico, pero también una muestra de que Google está luchando una guerra en dos frentes: por un lado, tiene que seguir optimizando su producto tradicional (el navegador y el buscador) para no perder a los usuarios actuales; y por otro, tiene que potenciar a la desesperada su propia IA para que no le coman el terreno que ha dominado con mano de hierro durante las últimas dos décadas.
Conclusión Gurú Tecno: Chrome puede ser el Fórmula 1 más rápido, pero la carrera ha cambiado de circuito
Es una excelente noticia para todos los usuarios que Google siga obsesionada con la velocidad y la eficiencia de Chrome. Una mejora del 10% en el rendimiento es algo tangible y bienvenido que mejora nuestra experiencia diaria en la web. Y que Edge y otros navegadores basados en Chromium se beneficien de ello, también.
PERO, no podemos ignorar la realidad: la verdadera batalla por el futuro de cómo accedemos a la información ya no se libra solo en los benchmarks de velocidad, sino en el terreno de la Inteligencia Artificial. Chrome puede ser el coche más rápido de la parrilla, pero si la gente empieza a «teletransportarse» directamente a la respuesta usando IAs, de poco le servirá su velocidad punta en los circuitos tradicionales.
La carrera ahora es por ofrecer la interfaz más inteligente, útil y directa. Y en esa partida, la competición está mucho más reñida y el resultado es, de momento, incierto.
¿Qué valoras más tú en un navegador a día de hoy? ¿La velocidad pura y dura, la privacidad, o las nuevas funciones de IA que te lo dan todo mascadito? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te despegues de Gurú Tecno y nuestras redes (YouTube, Instagram, Facebook) para seguir al detalle esta apasionante (y cambiante) guerra tecnológica.