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Gurú Tecno

¿RoboCop 2 predijo el fentanilo? La IA analiza las escalofriantes coincidencias con la droga «Nuke»

mayo 2, 2025

A veces, las conversaciones más frikis (y más interesantes) surgen donde menos te lo esperas. Esta misma tarde, charlando con los amigos Maroto y Yeray en la sobremesa tras la comida que acabamos de compartir, comentábamos la terrible crisis del fentanilo que golpea Estados Unidos y que tiene derivadas globales preocupantes. Y entre análisis de la cruda realidad, surgió una referencia de la cultura pop que nos dejó pensando: ¿Os acordáis de ‘Nuke’, la droga sintética definitiva en la película RoboCop 2 (allá por 1990)? Mis colegas plantearon las inquietantes similitudes entre esa ficción y el fentanilo actual.

La idea nos pareció tan potente y relevante que decidimos tirar del hilo, usando incluso la Inteligencia Artificial como herramienta de análisis comparativo, para ver si esa visión oscura del cine de hace más de 30 años predijo, de alguna forma, la pesadilla que vivimos hoy con los opioides sintéticos.

Nuke: la droga de pesadilla del Detroit de RoboCop 2

Para quien no recuerde este clásico de acción y sátira social (o no hubiera nacido en esa época), «Nuke» era el gran antagonista químico en la secuela de RoboCop. En la película, se presentaba como un líquido rojo brillante y altamente adictivo, una droga de diseño sintética distribuida por un culto mesiánico liderado por el villano Cain.

Su consumo sumía a la ya decadente y violenta Detroit futurista en un caos aún mayor, llegando a decirse que «hacía que el crack pareciera inocuo». Nuke generaba una epidemia de crimen, adicción y desintegración social que las fuerzas del orden (incluido RoboCop) apenas podían contener.

La IA señala las coincidencias: Nuke vs Fentanilo

¿Son estos parecidos meras coincidencias superficiales propias de la ficción distópica, o hay algo más profundo? Usando la capacidad de la Inteligencia Artificial para estructurar comparaciones y encontrar patrones (basta con pedirle a un modelo como ChatGPT o Gemini que compare ambas sustancias basándose en la película y en datos reales), emergen puntos de conexión realmente perturbadores que ya se intuían en la conversación:

Primero, la adicción extrema y el poder destructivo. Tanto Nuke en la ficción como el fentanilo en la realidad son descritos o conocidos como sustancias sintéticas con un potencial adictivo descomunal. Nuke dominaba completamente la vida de sus consumidores y desataba el caos en la ciudad; el fentanilo, por su parte, crea dependencia física y psicológica de forma rapidísima y es el principal responsable de la actual crisis de salud pública por sobredosis y muertes masivas en EEUU y otros países. Ambas, cada una en su plano, destrozan individuos y comunidades a una escala aterradora.

Segundo, los efectos de euforia y alivio intensos. La popularidad de Nuke en la película, a pesar de su destructividad, venía en parte de la sensación de euforia, poder y alivio casi instantáneo que proporcionaba a sus usuarios, un escape de la dura realidad de Detroit. El fentanilo real, de forma similar y como otros opioides, produce potentes efectos de euforia, felicidad extrema y un profundo alivio del dolor, lo que lamentablemente lo hace atractivo para quienes buscan escapar de sufrimientos físicos o emocionales, enganchándolos rápidamente.

Tercero, las graves consecuencias sociales y sanitarias. La propagación de Nuke en RoboCop 2 provocaba una epidemia ficticia que llevaba al colapso social, con aumento exponencial de la criminalidad, corrupción y la quiebra de las instituciones que intentaban combatirla. El fentanilo, en nuestra realidad, ha generado una crisis de salud pública de dimensiones enormes, con cientos de miles de muertes por sobredosis solo en EEUU, sistemas sanitarios desbordados, familias rotas, comunidades enteras devastadas y unos costes sociales y económicos gigantescos. El impacto social destructivo a gran escala es un claro y oscuro paralelismo.

Y cuarto, la facilidad relativa de producción y distribución. La trama de RoboCop 2 sugería que Nuke podía fabricarse con químicos relativamente accesibles en laboratorios improvisados, lo que facilitaba su proliferación masiva y dificultaba enormemente su control por parte de las autoridades. El fentanilo real, al ser un opioide 100% sintético, comparte esta característica: puede producirse en laboratorios clandestinos a partir de precursores químicos (que a menudo son más fáciles de conseguir u ocultar que grandes plantaciones de opio o coca), lo que ha permitido su rápida y barata expansión en el mercado ilegal global, superando en complejidad de control a las drogas tradicionales de origen vegetal.

Fentanilo: la droga real y sus efectos devastadores (según la OMS)

Más allá de la comparación cinematográfica, es crucial recordar la gravedad del fentanilo real que nos rodea. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como un opioide sintético potentísimo (se estima que entre 50 y 100 veces más potente que la morfina) cuyo uso médico debe estar estrictamente controlado por profesionales.

Consumido de forma ilícita, sin control de dosis y a menudo mezclado con otras sustancias, sus efectos sobre la salud son devastadores y rápidos: adicción severa por su intensa y rápida acción sobre los receptores opioides del cerebro; altísimo riesgo de sobredosis mortal por depresión respiratoria (la respiración se ralentiza hasta detenerse); daño neurológico y cognitivo a largo plazo por episodios repetidos de falta de oxígeno (hipoxia); además de problemas cardiovasculares, gastrointestinales y un debilitamiento general del sistema inmunológico.

Análisis del Gurú: ¿Predicción Sci-Fi o reflejo social? El papel de la IA analista

¿Realmente ‘predijo’ RoboCop 2 el fentanilo en 1990? Probablemente no de forma consciente o literal. La película, dirigida por Irvin Kershner y con guion de Frank Miller, era una sátira social muy negra, violenta y exagerada de las ansiedades de finales de los 80 y principios de los 90: el miedo al crack, el crimen urbano descontrolado, la deshumanización, el poder corporativo sin escrúpulos… Lo que hizo, quizás, fue extrapolar esas tendencias de forma tan brutalmente acertada (la idea de una droga sintética definitiva, barata de producir, súper adictiva y con efectos sociales apocalípticos) que, tristemente, la realidad tres décadas después ha terminado pareciéndose inquietantemente a esa ficción distópica.

Y aquí entra el ángulo tecnológico interesante para nosotros: la Inteligencia Artificial. Obviamente, la IA no «descubrió» esta similitud por sí sola, fueron usuarios y analistas quienes hicieron la conexión. Pero herramientas como ChatGPT o Gemini son increíblemente útiles para realizar estos análisis comparativos de forma estructurada. Puedes pedirle que contraste los atributos de Nuke (según la película) con las características conocidas del fentanilo, y la IA te listará los paralelismos y diferencias de forma rápida y ordenada, como hemos visto en los puntos anteriores. Demuestra el potencial de la IA no solo como generador de contenido, sino como herramienta para el análisis cultural, social y narrativo, encontrando patrones y conexiones que quizás a nosotros se nos pasarían por alto o nos llevaría mucho más tiempo documentar.

Este caso es también un ejemplo perturbador de cómo ciertos elementos de la ciencia ficción distópica, que en su momento nos parecieron exageraciones extremas o simples recursos argumentales, acaban teniendo un oscuro reflejo en nuestra realidad, especialmente cuando hablamos de tecnologías (en este caso, químicas y de producción) que pueden generar sustancias potentísimas con un enorme potencial destructivo a nivel social.

Conclusión: ecos inquietantes y la IA como espejo analítico

Los paralelismos entre la droga Nuke de RoboCop 2 y la crisis real del fentanilo son, como mínimo, inquietantes y dan qué pensar sobre cómo la ficción puede, a veces, anticipar o reflejar las ansiedades y los peligros latentes de una sociedad. Aunque no sea una profecía literal, la película capturó una esencia de autodestrucción sintética que resuena fuertemente hoy. La Inteligencia Artificial, lejos de ser la causa, se convierte en este contexto en una útil herramienta analítica, un espejo que nos ayuda a estructurar y visualizar estas incómodas comparaciones entre la distopía que imaginamos y la compleja realidad que vivimos.

¡Tu opinión!

¿Recordabas la droga Nuke de RoboCop 2? ¿Te sorprenden las similitudes con el fentanilo? ¿Qué papel crees que juega la ciencia ficción al tratar estos temas sociales tan duros? ¿Has usado la IA para hacer análisis comparativos similares? ¡Comparte tu reflexión en los comentarios!

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