
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado una postura contundente respecto a las redes sociales, describiéndolas como «campos de batalla» donde prevalece la desinformación y los ataques personales. Su discurso, cargado de negatividad, ha resaltado la necesidad de establecer un control más riguroso sobre estas plataformas debido a los daños provocados por sus algoritmos. La reciente creación del Observatorio de Derechos Digitales, respaldado por fondos europeos, busca garantizar que las libertades y derechos fundamentales en la vida diaria se apliquen también en el entorno digital.
Medidas propuestas
Entre las iniciativas anunciadas se encuentra la designación de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) como coordinador de los servicios digitales. Este organismo contará con mayores recursos para supervisar la actividad de las plataformas digitales. Además, se busca garantizar la transparencia en el funcionamiento de los algoritmos, reforzando el Centro para la Transparencia Algorítmica de la Comisión Europea, situado en Sevilla. Sin embargo, estas medidas han suscitado preocupaciones sobre la regulación de la información que circula en línea y el anonimato de los usuarios.

Según el presidentel, en la actualidad se «distorsiona la realidad y empobrece el debate público« y ha denunciado que «las redes sociales son hoy auténticos campos de batalla, donde no se discute, sino que se ataca, no se argumenta, se descalifica, y no se busca entender, sino imponer«.
La responsabilidad de los ‘Tecno-billonarios’
En su intervención, Sánchez enfatizó que los directivos de las grandes empresas tecnológicas deben asumir responsabilidades por los efectos de sus plataformas. Estas palabras han resonado en un contexto en el cual el público clama por mayor rendición de cuentas. La propuesta incluye mecanismos legales que aseguren que los líderes empresariales respondan judicialmente si sus algoritmos infringen derechos humanos. Este manejo del entorno digital aspira a proporcionar un marco más seguro y responsable para los usuarios de las redes sociales, enfrentando las dinámicas actuales del debate público y la desinformación.
¿Quién se encargará de dictar qué es una mentira y qué es verdad en un mundo de la subjetividad? El debate está abierto.
Imagen | La Moncloa