
Elon Musk vuelve a levantar las cejas del mundo con una de sus predicciones marca de la casa: quiere enviar la nave Starship a Marte a finales de 2026, y no lo hará sola. Le acompañarán nada menos que los robots humanoides Optimus de Tesla, diseñados para explorar el terreno marciano antes de que lleguen los humanos.
Sí, esto suena a ciencia ficción, pero ya sabemos que cuando Musk se obsesiona con algo, lo imposible solo tarda un poco más.
Robots de Tesla rumbo al Planeta Rojo
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Elon Musk soltó otra de sus bombas futuristas: “Starship partirá hacia Marte a finales del próximo año con los robots exploradores Optimus”. Y no es solo un tuit más para calentar el algoritmo, es parte de un plan que lleva años gestándose en las entrañas de Tesla y SpaceX.
Los protagonistas de esta misión serán los Optimus, los robots humanoides que Tesla ha estado desarrollando silenciosamente mientras el mundo miraba hacia sus coches eléctricos. Diseñados para imitar movimientos humanos y tomar decisiones básicas de forma autónoma, estos robots serán los primeros exploradores “made in Musk” en pisar Marte si todo va según lo previsto.
¿Y qué van a hacer exactamente? No esperes que planten una bandera, pero su papel es clave: analizar el terreno, mapear la superficie, recoger datos geológicos, detectar peligros potenciales y, lo más importante, preparar el entorno para las futuras misiones tripuladas. Serán los albañiles robóticos de la civilización marciana.

Además, su despliegue será una prueba de fuego no solo para SpaceX, sino también para el ambicioso proyecto de Tesla de crear robots útiles en entornos extremos y con mínima supervisión humana. Marte es el campo de entrenamiento definitivo.
El mensaje está claro: antes de que llegue el primer humano a Marte, Musk quiere que sean sus máquinas las que marquen territorio. Y si lo consigue, el primer “marciano” será un robot con el logo de Tesla estampado en el pecho.
Starship Super Heavy: la bestia de SpaceX
Cuando hablamos de Starship, no podemos ignorar a su compañero de baile: el Super Heavy, el cohete propulsor más colosal y ambicioso jamás construido por la humanidad. Con una altura combinada que supera los 120 metros, este titán de acero inoxidable convierte al dúo Starship + Super Heavy en el sistema de lanzamiento más grande, potente y futurista del planeta.
¿Su función? Hacer despegar la nave Starship, cargada hasta los topes de carga útil, robots, suministros o incluso personas, hacia destinos como la Luna o Marte. Pero aquí no estamos hablando de un simple cohete desechable. Super Heavy es 100 % reutilizable, diseñado para despegar, lanzar su carga y volver a aterrizar con precisión quirúrgica, como ya lo ha demostrado en varias pruebas con resultados más que prometedores.

En sus últimos vuelos, Super Heavy ha conseguido aterrizar tras lanzar Starship al espacio, un hito que la mayoría de agencias espaciales ni siquiera se atreven a soñar. La jugada de SpaceX es clara: reducir drásticamente los costes de envío al espacio, con una logística que funcione como un autobús cósmico de ida y vuelta.
Y esto es solo el principio. En la próxima gran prueba, el sistema buscará encender los motores en pleno vacío espacial para comprobar su capacidad de maniobra orbital, así como afinar los sistemas de reentrada y aterrizaje. Porque no se trata solo de llegar… hay que poder volver, o mejor aún: quedarse y construir.
Super Heavy no es solo una pieza de hardware brutal. Es la llave maestra del plan Muskiano para colonizar Marte, establecer bases lunares permanentes y convertir el viaje interplanetario en rutina. Así que si ves despegar este monstruo por televisión, no estás viendo un simple lanzamiento: estás presenciando la primera página del próximo capítulo de la historia humana fuera de la Tierra.
¿Viajar a Marte en 90 días? Musk dice “sí”
Hoy en día, cualquier misión a Marte implicaría entre 6 y 9 meses de trayecto, dependiendo de la alineación planetaria y la tecnología de propulsión utilizada. Pero si algo sabemos de Elon Musk es que no le va lo convencional, y mucho menos lo lento. Para él, ese margen de tiempo es inaceptable si de verdad queremos colonizar el planeta rojo.
Su apuesta es clara: reducir ese viaje a solo 90 días. ¿Cómo? Gracias a avances radicales en diseño aerodinámico, eficiencia de combustible y nuevos sistemas de propulsión que SpaceX está desarrollando para la nave Starship. Musk no se conforma con mandar una nave a Marte: quiere que sea rápido, frecuente y viable para humanos. Su idea de futuro incluye flotas de Starships viajando entre la Tierra y Marte como si fueran cruceros interplanetarios.
Sí, suena a ciencia ficción. Pero lo mismo dijeron cuando prometió aterrizar cohetes verticalmente… y ahora lo hacen como quien aparca un Tesla con piloto automático. Si Musk logra su objetivo, la colonización de Marte pasará de ser un sueño lejano a una opción de futuro cercano, abriendo la puerta a un nuevo modelo de exploración espacial donde el tiempo ya no será el mayor obstáculo.
Y como siempre con Elon, el “no se puede” solo significa “aún no”.
Cinco misiones no tripuladas para preparar el terreno
El plan no se queda en un viaje. Musk ha revelado que prepara cinco misiones no tripuladas a Marte en los próximos dos años, aprovechando la próxima ventana de transferencia entre la Tierra y Marte. El objetivo no es solo llevar chatarra espacial, sino sentar las bases para una eventual colonización humana del planeta rojo.
Como ves, Musk no quiere hacer turismo espacial. Quiere hacer historia, colonizar Marte y plantar robots Tesla en su superficie. ¿Lo logrará en 2026? No lo sabemos. Pero si hay alguien capaz de intentarlo, es él. Mientras tanto, el resto de la industria espacial solo puede mirar, tomar notas… y correr para no quedarse atrás.