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Análisis al Galaxy Ring tras 3 meses de uso: Cómodo, sí. ¿Preciso? Ni por asomo. Nuestro veredicto brutal

julio 8, 2025

Llevamos tres meses con él en el dedo. Tres meses durmiendo, corriendo, trabajando y, en definitiva, viviendo con el que estaba llamado a ser el siguiente gran «game-changer» de Samsung: el Galaxy Ring. La promesa era irresistible: toda la tecnología de un smartwatch en un formato increíblemente discreto y cómodo. Pero después de medio año de uso intensivo, en Gurú Tecno estamos listos para emitir un veredicto. Y vamos a ser directos: el Galaxy Ring es una maravilla de la miniaturización y un desastre de la precisión.

Es un gadget fascinante, sí. Pero si lo que buscas es un dispositivo de salud fiable, te están vendiendo la moto. Vamos a destripar la verdad sobre el anillo de Samsung.

Lo bueno: es tan cómodo que te olvidas de que lo llevas puesto

Hay que reconocerlo: en cuanto a comodidad, el Galaxy Ring es una obra maestra. Es ligero, no molesta y, si eliges bien la talla (esto es CRUCIAL), te olvidas de que lo llevas puesto. Para dormir, es infinitamente más cómodo que un reloj armatoste. Para el día a día, es discreto y elegante. En este aspecto, le da mil vueltas a cualquier Galaxy Watch. Un 10 para los ingenieros de Samsung.

La batería es otro de sus puntos fuertes. Con una sola carga, hemos llegado a tener hasta 8 días de autonomía, una cifra que deja en ridículo a cualquier smartwatch del mercado. Y la carga es rapidísima: con 10 minutos en su base, tienes para un día extra.

Lo malo: la precisión de los sensores es un chiste (malo)

Y aquí es donde el sueño se convierte en pesadilla. Toda esa comodidad no sirve de nada si los datos que recoge son, siendo generosos, «creativos».

  • Contador de pasos de feria: El anillo mide los «pasos» basándose en el movimiento general de tu mano. ¿El resultado? Un desastre. Te cuenta como pasos los gestos que haces al hablar, al conducir o al teclear. Hemos terminado días con cifras de pasos infladísimas que no se corresponden en absoluto con la realidad.
  • Medición del sueño «a ojo»: Aunque monitoriza el sueño, su fiabilidad es cuestionable. En varias ocasiones, no ha detectado correctamente las fases del sueño o las veces que nos hemos despertado, algo que un Galaxy Watch clava con mucha más precisión.

Si tu prioridad es tener datos de salud y actividad fiables, huye del Galaxy Ring. Es un estimador, no un medidor. Para eso, un Galaxy Watch sigue siendo el rey indiscutible.

Lo feo: el gimnasio es su criptonita y el control por gestos, una frustración

Si vas al gimnasio y levantas pesas, barras o mancuernas, más te vale quitarte el anillo. No solo es incómodo al hacer fuerza, sino que se raya con una facilidad pasmosa. Nuestro modelo en color negro, después de un par de sesiones de gimnasio «olvidadas», parece que ha vuelto de la guerra de Vietnam.

Y luego está la función de control remoto para la cámara. Sobre el papel, es genial: un gesto para hacer una foto a distancia. En la práctica, es un infierno. El anillo detecta movimientos involuntarios constantemente, iniciando grabaciones o haciendo fotos cuando no quieres. Es tan frustrante que acabas desactivando la función para no llenar el móvil de fotos de tus pies.

El estuche de carga: una decepción incomprensible

Y para rematar, el estuche de carga. Es pequeño y bonito, sí, pero solo te da para una carga completa del anillo y un poquito más. ¿En serio, Samsung? Esperábamos que un estuche así nos diera para 2 o 3 cargas, para poder irnos un fin de semana largo sin preocuparnos. Además, el anillo solo se carga si el estuche tiene batería, no funciona como una simple base conectada a la corriente. Un fallo de diseño incomprensible.

El precio del anillo único (y el ‘sablazo’ a tu cartera)

Y llegamos al punto que define si un gadget pasa de ser una curiosidad a una compra real: el precio. Samsung nos vende en España el Galaxy Ring por 449 euros.

Sí, has leído bien. 449€ por un anillo. Es un precio que no solo lo sitúa por encima de su principal rival, el Oura Ring (que parte de los 329€), sino que es más caro que muchos móviles de gama media-alta y, por supuesto, que la mayoría de los smartwatches del mercado, incluyendo los propios Galaxy Watch de Samsung, que son infinitamente más precisos y funcionales.

Veredicto Final del Gurú: las notas del Galaxy Ring tras 3 Meses

Después de medio año de uso intensivo, hemos sometido al Samsung Galaxy Ring a nuestro análisis particular. Es un gadget fascinante, sí, pero con unas luces y unas sombras muy marcadas. Aquí están sus notas:

  • Diseño y comodidad: 9/10
    • Resumen: En este apartado, es casi perfecto. Es tan ligero y cómodo que te olvidas de que lo llevas puesto, especialmente para dormir, donde le da mil vueltas a cualquier reloj. Si eliges la talla correcta, es una maravilla. Le quitamos un punto porque el acabado en negro se raya con solo mirarlo, pero en cuanto a comodidad, es una obra maestra de la ingeniería.
  • Precisión de los sensores de salud: 4/10
    • Resumen: Aquí llega el gran batacazo, el «ni de coña» de nuestro titular. La precisión es, siendo generosos, mediocre. El contador de pasos es un chiste que cuenta como pasos los gestos que haces al hablar. La medición del sueño es inconsistente y menos fiable que la de un Galaxy Watch. Es más un «estimador» de tendencias que una herramienta de medición seria. Falla en lo más importante.
  • Batería y autonomía: 7/10
    • Resumen: La batería del anillo en sí es espectacular, aguantando hasta 8 días sin problemas. Sin embargo, el estuche de carga es una decepción incomprensible: solo da para una carga completa (y un poquito más) y tiene una lógica de funcionamiento extraña. La nota alta es por la autonomía del anillo, pero el estuche le resta muchos puntos.
  • Funciones ‘smart’ y usabilidad: 5/10
    • Resumen: Más allá de medir (de forma imprecisa), sus funciones «inteligentes» son escasas y fallan. La función de control remoto para la cámara es más una fuente de frustración que de utilidad, activándose con movimientos involuntarios y llenándote el móvil de fotos que no querías hacer. Le falta mucho por pulir.
  • Uso deportivo (gimnasio): 3/10
    • Resumen: Si solo corres o caminas, es cómodo. Pero si, como la mayoría de la gente, vas a un gimnasio y levantas pesas, barras o kettlebells, el anillo es un estorbo. Es incómodo al hacer agarres de fuerza y se daña con una facilidad pasmosa. Al final, te lo tienes que quitar para entrenar, lo que anula por completo su propósito de monitorizar esa actividad.

Puntuación final Gurú Tecno: 6/10

Resumen del Veredicto

El Samsung Galaxy Ring es un producto de primera generación con todas las letras. Es una maravilla del diseño y la comodidad, y su autonomía es excelente. Sin embargo, falla estrepitosamente en lo que debería ser su núcleo: la fiabilidad de las mediciones de salud y actividad.

Es un wearable de «estilo de vida», un gadget tecnológico muy «cool» para early adopters y entusiastas que quieren lo último, pero NO es una herramienta de salud o fitness seria. Si lo que buscas es precisión en tus datos, un Galaxy Watch le da mil vueltas por un precio similar o incluso inferior.

El Galaxy Ring es una promesa de futuro, una mirada a cómo podrían ser los wearables de aquí a tres o cuatro años. Pero a día de hoy, es un producto a medio cocer, un experimento caro que sacrifica la función por la forma. Es cómodo, sí, pero tan impreciso que sus datos son casi inútiles. En Gurú Tecno te lo decimos claro: admíralo por su ingeniería, pero no te gastes el dinero en él. Todavía no.

¿Tienes un Galaxy Ring? ¿Estás de acuerdo con nuestro análisis? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.

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