WhatsApp ha vuelto a hacer de las suyas. Cuando creíamos que lo habíamos visto todo con los stickers, las notas de voz de 10 minutos y los grupos familiares que nunca duermen… ¡zas! Llega la función para añadir música a los estados. Y no, no hablamos de poner el altavoz a tope mientras grabas un vídeo, sino de una opción oficial, nativa y muy TikTokera.
Meta —sí, esa empresa que también maneja tus fotos en Instagram y tus discusiones políticas en Facebook— ha decidido que era hora de que tus estados de WhatsApp no solo digan lo que sientes, ¡sino que también suenen como lo sientes!
Básicamente, WhatsApp se metió un poco de Instagram Stories y un poco de Spotify en el café… y salió esta mezcla que, te guste o no, está causando furor.
Así, ese selfie con cara de lunes puede ir acompañado de “Triste canción de amor”, mientras que tu vídeo del fin de semana en la disco puede sonar a lo último de Karol G. Expresión total, pero sin necesidad de escribir una sola palabra.
¿Cómo utilizar la función de música en tus estados?
Ahora que ya sabes que los estados tienen ritmo, vamos con lo importante: cómo ponerle banda sonora a tu día sin pedirle ayuda al primo techie.
Paso 1: Actualiza WhatsApp
Sí, lo primero de todo es ir a la Play Store o App Store y asegurarte de tener la versión más reciente de WhatsApp. Si todavía estás usando la versión donde los emojis parecían de 2010… ya sabes lo que toca.
Paso 2: Ve a la pestaña de “Estados”
Nada nuevo aquí. Abre WhatsApp y ve directo a donde están los estados, donde tu cuñado sube fotos de su desayuno con frases tipo “Buenos días, guerreros”.
Paso 3: Toca “Añadir a mi estado”
Pulsa ese botón mágico en la parte superior que te permite subir tu propio contenido. Aquí puedes elegir entre sacar una foto, grabar un vídeo… o lo que nos interesa: añadir música.
Paso 4: Elige la música
Busca el ícono de nota musical (sí, ese que parece salido de un karaoke). Al tocarlo, se abrirá una librería musical con una variedad decente de canciones. Puedes buscar por nombre, artista o navegar entre géneros como si estuvieras en una fiesta indeciso frente al DJ.
Paso 5: Selecciona el clip perfecto
Tienes 30 segundos de gloria para dejar claro tu mood. Escoge el fragmento más potente de la canción, esa parte que dice exactamente lo que sientes sin necesidad de escribirlo.
Paso 6: Combina con tu imagen o vídeo
¿Foto del atardecer? Métele algo tranqui tipo Coldplay. ¿Vídeo de fiesta? Un perreo hasta el piso nunca falla. La clave está en el match entre imagen y sonido.
Paso 7: ¡Publica y que suene!
Cuando todo esté listo, pulsa en publicar y… ¡boom! Tus contactos verán tu estado con música y probablemente pensarán “¿pero desde cuándo esta persona tiene tanto estilo digital?”.
Una biblioteca musical con más flow que la de Hogwarts
WhatsApp no se quedó corto: la función no solo te deja poner música, sino que abre las puertas a una biblioteca musical con millones de canciones. Rock, reguetón, baladas para llorar a las 3 a.m., electrónica para fiestas sin fin… ¡lo que quieras! Y lo mejor: puedes elegir el fragmento exacto de la canción que te parte el alma (o te hace bailar como si nadie te estuviera viendo).
Esta opción de seleccionar el verso matador o el beat explosivo convierte a tus estados en auténticas declaraciones de intenciones. A veces, una línea de una canción dice más que un texto kilométrico o un emoji llorando. Es como si WhatsApp hubiera leído nuestros pensamientos y dijera: “¿quieres drama, romance o energía? ¡Toma, elige tu soundtrack!”
¿Por qué esto importa?
Porque en 2025, expresarte con música no es una opción, es una necesidad digital. Vivimos en la era donde cada estado es una oportunidad de decir algo sin tener que escribirlo. Y con millones de canciones a tu disposición, literalmente puedes sonar como quieras.
Además, esta jugada pone a WhatsApp en la conversación con TikTok, Instagram y otras plataformas donde la música es el rey del engagement. Ahora, el “¿qué estás escuchando?” se responde con un solo estado. Y si te pasas de creativo, hasta podrías hacer que te respondan con otra canción. ¡Diálogos musicales 2.0!