
En el mundo de la tecnología, hay filtraciones, y luego hay tsunamis de información que redefinen el campo de batalla para los próximos cinco años. Lo que tenemos entre manos es un tsunami. Ha aparecido un documento interno de AMD de 2023 que desvela, con un nivel de detalle pornográfico, las especificaciones técnicas de las dos próximas consolas de Sony: la salvaje PlayStation 6 de sobremesa y una nueva y misteriosa PS6 Portátil. Y la estrategia que revelan estos datos es una obra maestra de la ingeniería y el marketing.
Antes de que te lances a la yugular, un aviso de Gurú: la información proviene de una presentación de hace casi dos años. Aunque los datos podrían haber sufrido ajustes mínimos, las especificaciones de una consola se congelan con mucha antelación. Lo que estás a punto de leer es, con un 95% de probabilidad, el mapa genético del futuro de PlayStation. Así que siéntate, porque vamos a desmenuzar a la bestia de sobremesa y al maestro del engaño portátil que Sony planea lanzar entre 2027 y 2028.
PlayStation 6: la bestia EFICIENTE
Olvídate de los monstruos de consumo desorbitado. La filosofía de la PS6, según esta filtración, es la eficiencia inteligente, la potencia máxima en un consumo contenido. Es un misil balístico con el motor de un Prius.
El cerebro: un salto cuántico con Zen 6 y el diseño chiplet
El corazón de la PS6 será un SoC (System on a Chip) fabricado por TSMC en un nodo de 3 nanómetros, una auténtica proeza tecnológica que permitirá una densidad de transistores y una eficiencia energética nunca vistas en una consola. Pero la verdadera revolución es doble. Primero, la arquitectura de la CPU: 8 núcleos Zen 6. Para que te hagas una idea, la PS5 usa una CPU Zen 2, una arquitectura que ya era vieja cuando se lanzó. El salto de Zen 2 a Zen 6 es pasar de un motor de combustión a un motor de curvatura. El IPC (instrucciones por ciclo de reloj) se disparará, y se espera que las frecuencias superen los 4 GHz.
La segunda revolución es el diseño chiplet. En lugar de un único y gigantesco trozo de silicio (diseño monolítico), el procesador estará compuesto por varios chips más pequeños interconectados. ¿Qué significa esto? Menores costes de fabricación para Sony (si un chiplet sale defectuoso, solo se descarta esa pequeña parte, no la oblea entera) y, lo más importante, la posibilidad de meter mucha más memoria caché L3, lo que dispara el rendimiento en juegos. Es una arquitectura más barata, más potente y más eficiente. Una jugada redonda.
El músculo gráfico: RDNA 5, menos shaders pero más mala leche
Aquí viene la parte que confundirá a los novatos y que enamorará a los ingenieros. La GPU de la PS6, basada en la futura arquitectura RDNA 5 de AMD, tendrá entre 40 y 48 unidades de computación, lo que se traduce en 2.560 a 3.072 shaders. «¡Pero si la PS5 Pro tiene 3.840!», gritarán algunos. Y tendrán razón. Pero aquí, el número de shaders no es lo que importa.
El cambio de arquitectura es tan brutal que no es comparable. Es como comparar el número de cilindros de un motor de 1980 con uno de 2028. La arquitectura RDNA 5, junto a unas frecuencias de reloj que superarán los 3 GHz (frente a los 2,23 GHz de la PS5), permitirá un rendimiento muy superior. En potencia bruta FP32, hablamos de unos 18,4 TFLOPs, casi el doble que los 10,29 TFLOPs de la PS5, pero con una eficiencia en trazado de rayos y en IA que podría multiplicar por cuatro o cinco el rendimiento real en esas tareas. Y todo esto con un consumo total (TBP) de solo 160 vatios, una cifra ridículamente baja para esta potencia.
La memoria: el truco de la autopista estrecha y los fórmula 1
El subsistema de memoria es otra genialidad. El bus de memoria se reducirá de los 256 bits de la PS5 a 192 bits en el mejor de los casos. ¿Un paso atrás? Ni de coña. Se compensa con el uso de memoria GDDR7 a 32 Gbps, más del doble de rápida que la GDDR6 a 14 Gbps de la PS5.
Imagina que cambias una autopista de 8 carriles llena de SEAT Pandas por una de 6 carriles por la que solo circulan Fórmula 1. El flujo de datos (ancho de banda) es mucho mayor. Pasaremos de los 448 GB/s de la PS5 a unos impresionantes 768 GB/s en PS6, un aumento del 71%. Además, la cantidad de memoria unificada subirá a 24 GB o 32 GB, un 50-100% más que en PS5, lo que dará a los desarrolladores un lienzo mucho más grande para sus locuras.

PS6 Portátil: la maestra del ENGAÑO
Si la PS6 es una bestia de la eficiencia, la PS6 Portátil es una obra de brujería, una maestra del ilusionismo tecnológico.
El concepto: no es una PS6 de bolsillo, es una PS5 ‘capada’
Que no te engañe el nombre. La PS6 Portátil no tendrá la potencia de una PS6. Ni siquiera tendrá la de una PS5. Según la filtración, su objetivo es mucho más astuto: ser capaz de ejecutar el catálogo completo de PS4 y PS5 en un formato portátil con un consumo irrisorio de 15 vatios.
Para ello, su hardware es un ejercicio de sacrificios inteligentes. Una CPU de 4 núcleos Zen 6c (la «c» es de ‘compact’, optimizados para eficiencia), una GPU RDNA 5 con solo 768 a 1.280 shaders, y 16 GB de memoria LPDDR5X. Sobre el papel, es bastante menos potente que una PS5. Entonces, ¿dónde está el truco?
La magia negra del reescalado: jugar a 1080p desde una resolución de game boy
El secreto es el reescalado inteligente por IA. La consola renderizará los juegos de PS5 a resoluciones nativas bajísimas, a veces tan solo 360p o 540p, y luego utilizará un hardware dedicado de IA (similar al PSSR de Sony) para reconstruir la imagen y mostrarla a 1080p en su pantalla. Es un truco de magia, una ilusión óptica que permitirá ejecutar juegos increíblemente exigentes en un hardware de bajo consumo.
Sony ya ha sentado las bases para esto introduciendo un «modo de bajo consumo» en la PS5, para que los desarrolladores empiecen a adaptar sus juegos para que funcionen con menos recursos. La PS6 Portátil es la culminación de ese plan.
El veredicto del Gurú
La estrategia de Sony para la próxima generación es brillante. Por un lado, una PS6 que es un monstruo de la eficiencia, diseñada para ofrecer un salto generacional real en sobremesa sin necesidad de tener una central nuclear en el salón, y a un precio que se rumorea podría ser de 599€ o 699€, más barata que la PS5 Pro.
Por otro lado, una PS6 Portátil que no compite en potencia bruta, sino en inteligencia. Una máquina de 400-500€ que te dará acceso a todo el increíble catálogo de PS5 en la palma de tu mano, gracias a la brujería del software y el reescalado por IA. Es un ataque directo al mercado de la Steam Deck y la ROG Ally, pero con el poder del ecosistema PlayStation.
Es una estrategia de dos puntas que ataca el mercado de gama alta y el portátil simultáneamente, con dos filosofías de diseño completamente diferentes pero complementarias. Es, sencillamente, una genialidad.
¿Es esta la estrategia que consolidará el dominio de PlayStation para la próxima década? ¿O es el reescalado por IA un engaño que los jugadores notarán? La guerra por la próxima generación ya ha comenzado en los laboratorios de AMD y Sony, y se presenta más interesante que nunca. Te leemos en los comentarios y en nuestras redes. ¡Únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.