Parecía que habíamos superado esa oscura y frustrante época. Esa obsesión de los años 2010 por hacer móviles tan finos como una cuchilla, aunque su batería muriera a media tarde. Parecía que la industria, por fin, había entendido que los usuarios prefieren un milímetro más de grosor a cambio de la tranquilidad de llegar al final del día. Parecía.
Porque según una nueva y alarmante filtración del medio Android Headlines, Samsung ha decidido viajar al pasado y resucitar la estúpida guerra de la delgadez. Toda su nueva y flamante gama Galaxy S26 será significativamente más fina que sus predecesores. Y el precio que vamos a pagar por este capricho de diseño es, como siempre, la autonomía. Prepárense para volver a vivir pegados a una power bank.
La dieta del bisturí: un milímetro menos, 700 mAh menos
La «operación bikini» de Samsung es radical, especialmente en el modelo que sustituye al S25 Plus. Los datos filtrados, que provienen de prototipos, son para echarse a temblar:
- Galaxy S26 Edge (el sacrificio): Esta será la nueva estrella del postureo, con un grosor de solo 5,5 mm. Para lograrlo, la batería se desploma hasta los 4.200 mAh. Para que lo entiendas, el S25+, al que sustituye, tenía 4.900 mAh. Han sacrificado 700 mAh de autonomía en el altar del diseño.
- Galaxy S26 Pro (el recorte): El nuevo modelo base también adelgaza hasta los 6,7 mm, con una batería de 4.300 mAh. Una capacidad decente, pero que sigue siendo un recorte sobre lo que se espera en la gama alta.
- Galaxy S26 Ultra (el milagro): Incluso el buque insignia, el S26 Ultra, se reducirá a 7,8 mm sin sacrificar el S Pen, manteniendo una batería de 5.000 mAh y, por fin, subiendo la carga rápida a 60W. Es el único que parece salvarse de la quema.
¿Hemos olvidado la lección del S25 Edge?
Lo más incomprensible de esta decisión es que Samsung ya ha tropezado con esta misma piedra este año. El Galaxy S25 Edge ya fue duramente criticado precisamente por esto: un diseño espectacular con una «autonomía mediocre». En lugar de aprender la lección, han decidido doblar la apuesta y hacer un móvil aún más fino con una batería aún más pequeña. Parece que en las oficinas de diseño de Seúl no usan sus propios teléfonos en el mundo real.
Priorizar la estética por encima de una función tan fundamental como la batería es un error de primero de ingeniería de producto. A nadie le importa que su móvil sea 0,5 mm más fino si a las 6 de la tarde ya está buscando un enchufe con desesperación.
Una estrategia desconectada de la realidad
La nueva estrategia de diseño de Samsung para la gama Galaxy S26 parece completamente desconectada de las necesidades del usuario real. En una era de 5G, pantallas de 120Hz y tareas de IA que devoran la energía, reducir la capacidad de la batería es, sencillamente, un suicidio. Parece un movimiento impulsado por el pánico a competir con el rumoreado iPhone 17 Air en el terreno del diseño, olvidando que la gran ventaja de Android siempre ha sido la de ofrecer más opciones y, sobre todo, más batería. Esperemos que estas cifras, que provienen de prototipos, cambien en la versión final. Porque si no, Samsung estará lanzando al mercado dos de los móviles más bonitos y, a la vez, más frustrantes de la historia.
¿Qué prefieres, un móvil ultrafino o una batería que dure todo el día? ¿Crees que Samsung se equivoca con esta estrategia? El debate sobre el futuro del diseño de los smartphones está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.