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¡Es oficial! El fondo soberano de Arabia Saudí compra Electronic Arts por 55.000 millones de dólares: ¿El fin de una era y el inicio de una nueva influencia cultural?

septiembre 29, 2025

Los rumores de este fin de semana han sido confirmados. Electronic Arts (EA), uno de los gigantes indiscutibles de la industria del videojuego, ha sido finalmente adquirida por un grupo de inversión encabezado por el fondo soberano de Arabia Saudí (PIF), las firmas de inversión privada Affinity Partners (propiedad de Jared Kushner, yerno de Donald Trump) y Silver Lake. El acuerdo valora cada acción de EA en 210 dólares (una prima del 25% sobre el coste actual), sumando una cifra total de 55.000 millones de dólares. Este precio se disparó más de un 15% desde que el rumor salió a la luz, lo que pudo haber acelerado la compra.

Una operación histórica con profundas implicaciones

Se trata de la mayor operación de compra de este tipo de la historia, ya que implica la adquisición de una empresa que cotiza en bolsa para sacarla de ella, superando los 45.000 millones de dólares que costó en 2007 la compra del grupo de servicios públicos Texas TXU. También es la mayor operación en efectivo del año hasta la fecha.

En el ámbito de los videojuegos, esta es la segunda compra más importante de la historia, superada solo por la venta de Activision Blizzard a Microsoft (68.700 millones de dólares). Sin embargo, a diferencia de la adquisición de Microsoft, que enfrentó un largo y tortuoso proceso antimonopolio, esta compra de EA por parte del PIF saudí parece haberse gestado a velocidad de vértigo.

En cuanto a los cambios en el organigrama, Andrew Wilson, director ejecutivo de EA desde hace años, seguirá al frente de la compañía tras el cierre de la adquisición, previsto para la primera mitad de 2027.

Arabia Saudí: comprando influencia cultural, no solo videojuegos

Este paso consolida a Arabia Saudí como uno de los actores principales de la industria del videojuego. EA posee franquicias deportivas de enorme peso como EA Sports FC (FIFA), Madden o NHL, así como iconos culturales que ahora podrían coger renovadas fuerzas, como Los Sims, Battlefield o Need for Speed.

Este movimiento está perfectamente alineado con la estrategia de inversión del PIF en marcas de peso como Nintendo o Capcom, y su incursión en los eSports (alojando campeonatos en lo que muchos, incluyendo Amnistía Internacional, han calificado de sportswashing). Sin embargo, esta adquisición va mucho más allá de una simple inversión financiera:

Arabia Saudí no está comprando EA por los videojuegos. Está comprando influencia cultural en cientos de millones de hogares. EA no son «solo videojuegos»:

  • Es el FC 26 entrando cada semana en el salón de 150 millones de hogares, sobre todo para sus miembros más jóvenes.
  • Es Los Sims enseñando a adolescentes qué es una familia, una carrera, una vida aspiracional.
  • Es Madden NFL y Battlefield ocupando las tardes de domingo y las noches de entre semana de medio planeta.

Arabia Saudí no ha comprado un estudio cualquiera, sino «un canal de distribución cultural más potente que cualquier cadena de televisión, más silencioso que cualquier campaña publicitaria, más eficaz que cualquier estudio de Hollywood.»

Las decisiones editoriales en estas franquicias son cruciales: desde las celebraciones de goles en EA Sports FC, las relaciones posibles en Los Sims, hasta la representación de conflictos en Battlefield. Estas no son decisiones técnicas; son decisiones editoriales que moldean la cosmovisión de millones de jugadores que pasan cientos de horas al año en estos mundos.

Al dejar de cotizar en bolsa, estas decisiones ya no tendrán que justificarse públicamente. No habrá accionistas preguntando por qué se eliminaron ciertas banderas, referencias al alcohol o al sexo, o por qué ciertos conflictos se representan de una manera u otra. Solo ajustes graduales, imperceptibles, que normalizan ciertas visiones del mundo. El soft power más invisible y efectivo.

El papel clave de Jared Kushner

El detalle que no pasa desapercibido es la participación de Jared Kushner, yerno de Donald Trump, en esta operación a través de su fondo Affinity Partners. Su fondo recibió 2.000 millones de dólares del PIF saudí tras dejar la Casa Blanca. Ahora, su presencia convierte una compra extranjera en una operación «liderada por estadounidenses», lo que reduce drásticamente el escrutinio del Comité de Inversión Extranjera (CFIUS). Su rol es facilitar una «vía rápida» para una adquisición que, de otro modo, podría haberse alargado años, como en el caso de Activision Blizzard.

El PIF saudí paga la prima y acelera el cierre porque, cuando el objetivo no es maximizar el retorno de lo invertido, sino maximizar la influencia estratégica, la velocidad importa más que el precio.

El veredicto del Gurú: un cambio geopolítico en el entretenimiento

La adquisición de Electronic Arts por 55.000 millones de dólares por parte del fondo soberano de Arabia Saudí, con la participación estratégica de Jared Kushner, es una noticia que trasciende el ámbito financiero y del entretenimiento. Es un movimiento geopolítico maestro que otorga a Arabia Saudí una influencia cultural masiva y silenciosa sobre millones de hogares occidentales.

Este es un ejemplo de manual de cómo el soft power puede operar a través de plataformas de entretenimiento mainstream. Las implicaciones a largo plazo para la diversidad de contenido, la libertad creativa y la representación social en franquicias tan influyentes como Los Sims o FIFA son profundas y merecen un debate serio. No es solo una compra de activos; es una compra de narrativa y de la capacidad de moldear las perspectivas de una audiencia global masiva.

¿Qué opinas sobre esta adquisición y sus posibles implicaciones? ¿Crees que el soft power a través de los videojuegos es una preocupación legítima? El debate está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.

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