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Porsche se tambalea: ventas en caída libre en China y EE.UU. — ¿el fin de una era para el lujo alemán?

octubre 10, 2025

El rugido de los motores de Porsche empieza a sonar más débil. Según un informe de Reuters, el icónico fabricante de deportivos de lujo sufre uno de los entornos de mercado más difíciles de los últimos años, con caídas notables en sus ventas tanto en China como en América del Norte.

Las cifras hablan: el motor de Porsche pierde potencia

Durante el tercer trimestre de 2025, las entregas globales de Porsche se desplomaron un 6 %, una cifra que, aunque pueda parecer moderada, es alarmante para un fabricante de lujo que siempre ha presumido de estabilidad incluso en tiempos de crisis.

Pero lo más preocupante llega desde Asia:

  • China, su mayor mercado, se hunde un 20 %.
  • Norteamérica, otro bastión histórico de la marca, cae un 5 %.

¿La razón? Una mezcla explosiva de competencia feroz, estancamiento económico y la transición a vehículos eléctricos (EV) que sigue siendo un dolor de cabeza para los gigantes alemanes.

El cambio a lo eléctrico no está siendo un paseo

Porsche lleva años vendiendo la promesa de que su futuro es eléctrico. Lo ha repetido en cada presentación, en cada nota de prensa y en cada discurso de sus directivos. Pero la realidad —esa que no se puede maquillar con marketing— es que el camino hacia la electrificación está siendo mucho más pedregoso de lo previsto.

La marca alemana no está cumpliendo los plazos que ella misma marcó. Los lanzamientos clave, como el nuevo Macan eléctrico, se han retrasado varias veces debido a problemas en el software, en la integración con las nuevas plataformas digitales del Grupo Volkswagen y en los cuellos de botella de producción de baterías.

Porsche había prometido que más del 80 % de sus ventas serían eléctricas en 2030, pero hoy esa meta suena más a deseo que a previsión. La demanda de modelos eléctricos premium, como el Taycan, ha comenzado a enfriarse tras un arranque prometedor. Los consumidores chinos —el mercado más sensible al precio y a la tecnología— prefieren ahora opciones locales más baratas y con mayor autonomía, de marcas como BYD, NIO o Xiaomi Auto.

En paralelo, la competencia en el segmento eléctrico ha cambiado las reglas del juego:

  • Tesla sigue liderando en eficiencia y red de carga.
  • Los fabricantes chinos ofrecen productos de calidad similar a mitad de precio.
  • Y Europa, mientras tanto, no consigue escalar su infraestructura de carga al ritmo necesario.

Todo esto ha obligado a Porsche a revisar a la baja su previsión de beneficios, una señal clara de que la transición eléctrica no solo exige ingeniería, sino también una transformación financiera y cultural.

El propio Oliver Blume, CEO de Porsche y Volkswagen, lo admitió sin rodeos el mes pasado: “La fiesta para los fabricantes europeos ha terminado.”

Una frase demoledora, casi profética. Durante décadas, las marcas alemanas dominaron el mundo con motores de combustión que eran obras de arte mecánicas. Hoy, ese ADN está quedando obsoleto. La ingeniería de precisión ya no basta cuando lo que gana ventas es el software, la inteligencia artificial a bordo y la autonomía eléctrica.

En otras palabras: los gigantes del motor están viviendo su propia revolución industrial, pero con el freno de mano echado. Y mientras Porsche intenta reinventarse sin perder su aura de lujo, los nuevos rivales eléctricos ya le pisan los talones… y sin hacer ruido.

Alemania en apuros: no es solo Porsche

El mal no es exclusivo de Stuttgart.

  • BMW acaba de rebajar su previsión de ganancias para 2025, achacándolo a los retrasos en reembolsos arancelarios y a la debilidad persistente del mercado chino.
  • Daimler Truck también ha reportado un tercer trimestre flojo por la debilidad en América del Norte.
  • Mercedes-Benz, el otro gran pilar del lujo alemán, ha caído un 12 % en ventas entre julio y septiembre.

Y para rematar, el Grupo Volkswagen —la casa madre de Porsche— reveló una pérdida de 5.100 millones de euros el mes pasado por problemas relacionados con su división de lujo.

¿El futuro del lujo alemán?

Lo que estamos viendo podría ser el principio de una transformación profunda del mercado automovilístico europeo. Porsche, símbolo del rendimiento y la ingeniería alemana, está atrapada entre dos fuegos:

  • EE.UU. y sus aranceles.
  • China, dominada por fabricantes eléctricos locales cada vez más agresivos.

El propio Matthias Becker, del comité ejecutivo de ventas y marketing de Porsche, lo admitió con resignación: “Esperamos que el entorno del mercado siga siendo difícil en el corto plazo.”

El panorama pinta gris metalizado… pero no precisamente brillante.

¿Está Porsche pagando caro su lentitud hacia lo eléctrico o simplemente es una fase de ajuste global? El debate está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en InstagramFacebook y YouTube.

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