
En la mitología fundacional de Apple, siempre ha habido dos Steves: Jobs, el visionario carismático y vendedor de sueños; y Wozniak, el genio técnico bonachón, el mago de los circuitos que, con sus propias manos, diseñó las máquinas que lo empezaron todo. Pero en 1985, en la cima del primer gran éxito de Apple, «Woz» decidió dar un portazo y marcharse. La versión oficial siempre ha sido edulcorada, pero la realidad es mucho más cruda y fascinante. La marcha de Wozniak no fue una simple decisión de carrera; fue la culminación de una guerra filosófica, una traición a los principios que hicieron grande a Apple y el triunfo de la tiranía comercial de Jobs sobre la libertad de la ingeniería.
En Gurú Tecno, vamos a destripar la verdadera y a menudo ignorada historia de por qué el alma técnica de Apple decidió abandonar su propia creación, asqueado del rumbo que estaba tomando.
El Apple II: la obra maestra de Wozniak y la semilla de la discordia
Para entender el conflicto, hay que entender el Apple II. No fue un producto de un comité de marketing; fue la obra maestra personal de un solo hombre: Steve Wozniak. Mientras Jobs se preocupaba por el color de la carcasa de plástico, Woz diseñó una maravilla de la ingeniería abierta y brillante. Su mayor genialidad fueron las ocho ranuras de expansión.
Wozniak, un hacker de corazón, creía en el poder de la tecnología abierta. Quería que los usuarios pudieran abrir el ordenador, añadirle tarjetas, expandir sus capacidades y, en definitiva, hacer suya la máquina. Fue esa filosofía abierta la que convirtió al Apple II en un éxito arrollador. Cientos de empresas de terceros crearon tarjetas de vídeo, de sonido, módems y todo tipo de periféricos que hicieron del Apple II una plataforma increíblemente versátil.

Pero esta filosofía chocaba frontalmente con la de Steve Jobs. Jobs odiaba el caos. Odiaba que otros «metieran sus sucias zarpas» en sus creaciones. Él creía en los sistemas cerrados, perfectos, controlados de principio a fin. La batalla por las ranuras de expansión del Apple II fue la primera gran guerra entre los dos Steves. Wozniak ganó esa batalla, y gracias a ello, Apple se convirtió en un gigante. Pero fue una victoria pírrica.
El desastre del Apple III: la tiranía de Jobs empieza a destruir la ingeniería
El primer gran desastre de Apple, el Apple III, fue la primera prueba de lo que sucedía cuando la visión de Jobs aplastaba a la ingeniería. Obsesionado con crear un ordenador silencioso, Jobs prohibió a los ingenieros incluir un ventilador. El resultado fue una máquina que se sobrecalentaba hasta tal punto que los chips se salían literalmente de sus zócalos. La «solución» oficial de Apple era tan ridícula que parece un chiste: recomendaban a los usuarios levantar el ordenador a unos centímetros de la mesa y dejarlo caer para que los chips volvieran a su sitio por la fuerza del impacto.

Fue un fracaso estrepitoso que dañó gravemente la reputación de la compañía. Para Wozniak, fue la primera señal de que la Apple que él había ayudado a crear, una empresa de ingenieros para entusiastas, se estaba convirtiendo en una dictadura del diseño dirigida por un hombre que a menudo no entendía (o no le importaban) las limitaciones de la física.
El Macintosh: el triunfo del ‘jardín vallado’ y la gota que colmó el vaso
La puntilla final fue el proyecto Macintosh. Aunque inicialmente Wozniak estuvo involucrado, un trágico accidente de avión en 1981 le apartó temporalmente del desarrollo. Cuando volvió, se encontró con que Jobs había tomado el control total del proyecto y lo había moldeado a su imagen y semejanza: un sistema completamente cerrado, sin ranuras de expansión, imposible de ampliar por el usuario.
Para Jobs, el Mac era una obra de arte, un «electrodoméstico» perfecto que nadie debía profanar. Para Wozniak, era una traición a todo lo que él creía. Era un ordenador que le daba la espalda a la comunidad de hobbystas y desarrolladores que habían hecho grande al Apple II. Wozniak criticó públicamente el enfoque cerrado del Mac, argumentando que su falta de expandibilidad y su alto precio contribuirían a su fracaso inicial (y el tiempo le dio la razón).
El portazo de 1985: «Esto ya no es divertido»
A principios de 1985, Wozniak ya no podía más. La compañía se había convertido en un campo de batalla político, la burocracia era asfixiante y, sobre todo, sentía que el alma de la empresa, ese espíritu de diversión, camaradería y excelencia en la ingeniería, se había perdido para siempre. Como él mismo dijo, «esto ya no es divertido».
Vendió la mayor parte de sus acciones y se marchó para fundar su propia empresa, CL 9, con la que creó el primer mando a distancia universal. Y lo que es más revelador de su carácter, dedicó gran parte de su tiempo y su fortuna a la educación, dando clases de informática a estudiantes de primaria y secundaria. Volvió a sus raíces, a compartir el amor por la tecnología, lejos de las luchas de poder y los egos de Silicon Valley.
Conclusión Gurú Tecno: el genio que se negó a vender su alma
La historia de la marcha de Wozniak es una tragedia griega en el corazón de Silicon Valley. Es la historia del genio técnico que fue eclipsado y, en cierto modo, traicionado por el genio del marketing. Wozniak no se fue de Apple por dinero ni por poder; se fue por una cuestión de principios.
Se negó a ser parte de una compañía que anteponía el control absoluto y el diseño cerrado a la libertad del usuario y la excelencia de la ingeniería abierta. Su marcha marcó el triunfo definitivo de la filosofía de Jobs, una filosofía que, paradójicamente, llevaría a Apple al borde de la quiebra años después y que, a su regreso, Jobs tendría que refinar para crear el imperio que conocemos hoy.
La historia oficial siempre recordará a Jobs como el único visionario. Pero la verdad, la que contamos en Gurú Tecno, es que sin la brillantez y, sobre todo, sin la filosofía abierta de Wozniak en sus inicios, Apple nunca habría despegado. Woz fue el ingeniero que construyó el cohete, y Jobs el astronauta que se llevó toda la gloria del viaje a las estrellas. Pero a veces, el verdadero héroe es el que se queda en tierra, fiel a sus principios.
¿Conocías la verdadera historia de Wozniak? ¿Crees que Apple habría sido diferente si él se hubiera quedado? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.