
Y llegó. El esperado «Plan de Acción de IA» de la administración Trump ha sido revelado, y es exactamente la bomba de relojería que nos temíamos. En un documento de 20 páginas que se lee como la carta a los Reyes Magos de los CEOs de Silicon Valley, la Casa Blanca ha trazado su hoja de ruta para ganar la guerra de la Inteligencia Artificial contra China. ¿La estrategia? Simple y brutal: quitarle los frenos al coche, pisar el acelerador a fondo y que le den a todo lo demás.
No estamos hablando de una simple política tecnológica. Estamos hablando de una declaración de guerra a la regulación, a la ética, a la privacidad, a los derechos de autor y hasta a las políticas contra el cambio climático. Es el «todo vale» con tal de que Estados Unidos domine la IA. En Gurú Tecno, vamos a destripar este plan que es, a la vez, una genialidad estratégica y una absoluta temeridad.
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El plan se basa en tres pilares que suenan muy bien en un titular:
- Acelerar la innovación en IA: Eliminando toda la burocracia y las regulaciones que «obstaculicen» el desarrollo.
- Fortalecer la infraestructura estadounidense: Más centros de datos, más fábricas de chips, más energía para alimentar a la bestia.
- Fomentar el uso de la IA yanki entre los «amigos»: Exportar la tecnología a los aliados para crear una dependencia global del ecosistema estadounidense.

«Eliminar con fuego»: la caza de brujas contra la regulación
Pero la verdadera «chicha» del plan está en la letra pequeña. La esencia de esta hoja de ruta es identificar cualquier regulación nacional que obstaculice el desarrollo de la IA y «eliminarla con fuego».
- Guerra a los Estados reguladores: La Oficina de Presupuesto desviará la financiación federal para IA de aquellos estados que tengan regulaciones consideradas «demasiado estrictas».
- Atacar a los perros guardianes: Se insta a la Comisión Federal de Comercio (FTC) a reducir su influencia y a marginar las investigaciones que se consideren un «lastre».
- Adiós a la ética y la diversidad: El plan exige eliminar las referencias a la diversidad, la equidad o la inclusión del marco de gestión de riesgos de la IA. Y, por si fuera poco, exige erradicar las iniciativas contra el cambio climático que puedan afectar al desarrollo de la infraestructura.

Es la definición de ‘barra libre’. Es decirle a las Big Tech: ‘haced lo que os dé la real gana, construid lo que queráis, donde queráis y como queráis. No os preocupéis por la ética, el medio ambiente o los derechos. Solo hay una regla: ganarle a China‘.
El ‘zasca’ definitivo al copyright: «No se puede esperar que una IA pague por lo que lee»
Y aquí llega la puñalada trapera a todos los creadores del mundo. El plan aborda de frente las multimillonarias demandas de los medios, artistas y editoriales contra las empresas de IA por entrenar sus modelos con material protegido por derechos de autor. ¿La solución de Trump? Ignorarlas.
No se puede esperar que un programa de IA tenga éxito cuando se supone que hay que pagar por cada artículo, libro o cualquier otra cosa que se haya leído o estudiado», aseguró el presidente en la presentación.
Es un cheque en blanco para que OpenAI, Google y compañía sigan saqueando internet sin permiso ni compensación. Barra libre total.
El objetivo final: ganar la guerra a cualquier precio
No nos engañemos. Todo este plan, toda esta desregulación salvaje, tiene un único y obsesivo objetivo: ganar la carrera por la supremacía en IA contra China. El documento enmarca toda la política, tanto interna como externa, en este contexto de guerra fría tecnológica.

Desde el uso «agresivo» de la IA en las Fuerzas Armadas hasta la creación de una cultura de «probar primero» en toda la industria. Todo vale. Las consecuencias en pérdida de derechos, en el impacto laboral o en los riesgos de una IA sin control, son daños colaterales aceptables.
Conclusión Gurú Tecno: una apuesta temeraria con el futuro como moneda de cambio
El ‘Plan de Acción de IA’ de Trump es una de las hojas de ruta más agresivas y peligrosas que hemos visto. Es una apuesta de «todo o nada» que entrega las llaves del futuro a las grandes corporaciones tecnológicas a cambio de la promesa de una victoria geopolítica.
Es una estrategia que, a corto plazo, puede acelerar brutalmente la innovación en Estados Unidos. Pero el precio a pagar a largo plazo, en forma de erosión de derechos, de concentración de poder y de riesgos incontrolados, puede ser catastrófico.
La guerra por la IA ha entrado en su fase más salvaje. Y Estados Unidos ha decidido que, para ganar, está dispuesto a quemar la casa entera. En Gurú Tecno, solo podemos coger sitio y un buen bol de palomitas. Porque los fuegos artificiales (y las hostias) que se vienen van a ser de época.
¿Crees que esta estrategia de «barra libre» es la correcta para ganar a China? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.