Saltar al contenido

Un ‘Dios’ de la IA advierte del APOCALIPSIS: los peligros reales que nadie te está contando

julio 27, 2025

Mientras el mundo se masturba mentalmente con las maravillas de la Inteligencia Artificial, mientras los CEOs de Silicon Valley nos venden un futuro utópico de productividad infinita, hay voces, las de los que de verdad saben, las de los que construyeron los cimientos de esta revolución, que nos están gritando una advertencia. Y no les estamos haciendo ni puñetero caso. El científico y uno de los mayores expertos mundiales en IA, Ricardo Baeza-Yates, acaba de conceder una de las entrevistas más lúcidas y aterradoras que recordamos. Y su mensaje es claro: la IA no es un juguete. Es una fuerza que va a crear desigualdades brutales, que va a provocar una crisis de salud mental sin precedentes y que amenaza con destruir los cimientos de nuestra sociedad.

En Gurú Tecno, vamos a destripar las advertencias de un hombre que no habla de ciencia ficción, sino de la cruda y jodida realidad que ya está aquí.

El problema N.º1: la IA nos va a volver LOCOS

Olvídate de Skynet y los Terminators. El peligro más inmediato no es que la IA nos mate, es que «nos va a volver locos». Baeza-Yates advierte de que la humanización de las IAs, el usarlas como «psicólogos» o «amigos» virtuales, es una bomba de relojería. Ya se han reportado suicidios directamente relacionados con la interacción con chatbots, y esto es solo el principio.

  • La cruda realidad: La gente tiende a creer ciegamente en la IA, a atribuirle emociones y una conciencia que no tiene. Y cuando esta IA «alucina» o se equivoca, las consecuencias en la salud mental de una persona vulnerable pueden ser devastadoras.

El problema N.º2: la sociedad no puede digerir un tsunami tecnológico

Y aquí llegamos al que, probablemente, es el peligro más fundamental y menos comprendido de todos. La verdadera amenaza de la IA no es su inteligencia, es su velocidad.

Piénsalo fríamente. La revolución del automóvil tardó casi un siglo en asentarse. Un siglo entero en el que, a base de prueba, error y, seamos sinceros, miles de muertos en accidentes, la sociedad tuvo tiempo de adaptarse. Tuvimos tiempo de inventar los semáforos, los carnets de conducir, los límites de velocidad, los seguros de responsabilidad civil, las pruebas de choque, las ITV… Creamos todo un andamiaje legal, ético y social para «domesticar» a esa bestia de metal.

Ahora, comparemos eso con la revolución de la IA. No estamos hablando de una evolución de décadas. Estamos hablando de un tsunami, de un ‘blitzkrieg‘ tecnológico que avanza a una velocidad exponencial. Lo que a la industria del motor le costó 50 años, la industria de la IA lo está logrando en 18 meses. Y nuestra sociedad, con sus parlamentos lentos, su burocracia decimonónica y su incapacidad para entender la tecnología que pretende regular, simplemente no puede digerir un cambio de esta magnitud.

No hay tiempo para construir las leyes, los seguros o los «carnets de conducir» para la IA. Estamos intentando regular un cohete interplanetario con las normas de circulación de los carros de caballos. Mientras nuestros políticos debaten una ley de protección de datos, la tecnología que esa ley pretende regular ya ha quedado obsoleta tres veces.

La metáfora no es que estemos ‘construyendo el avión en pleno vuelo’. Es mucho peor. Estamos construyendo un avión que no entendemos, con un manual de instrucciones que se reescribe a sí mismo cada cinco segundos, sin saber quién coño es el piloto y con toda la humanidad a bordo como ‘crash test dummies’. Y eso, amigos, es la definición de una catástrofe a punto de ocurrir.

El problema N.º3: la pérdida de habilidades y la sociedad de los inútiles

Este es el peligro más silencioso, el veneno lento que ya nos estamos inyectando a diario. La dependencia total de la tecnología nos está atrofiando el cerebro. Y no es una exageración. Piénsalo fríamente: ¿cuántos números de teléfono te sabes de memoria? ¿Serías capaz de navegar por tu propia ciudad sin Google Maps? Para la mayoría, la respuesta es un «no» rotundo. Ya hemos delegado nuestra memoria espacial y numérica en una máquina.

Pero la Inteligencia Artificial generativa va a llevar esta atrofia a un nivel completamente nuevo y aterrador. Hasta ahora, la tecnología había automatizado tareas físicas o cognitivas simples. La IA viene a automatizar el propio acto de pensar.

  • La muerte del esfuerzo cognitivo: ¿Para qué aprender a escribir bien si una IA puede redactar un informe perfecto en 10 segundos? ¿Para qué desarrollar el pensamiento crítico y aprender a investigar si puedes pedirle a un agente de IA que analice mil documentos y te dé la conclusión? Estamos delegando las habilidades que, precisamente, nos definen como seres inteligentes: la resolución de problemas, la escritura, el análisis, la creatividad…
  • La sociedad de los ‘inútiles funcionales’: Al delegar todo este trabajo cognitivo en las máquinas, corremos el riesgo real de convertirnos en una sociedad de «inútiles funcionales». Personas perfectamente capaces de «operar» la tecnología (darle al botón, hacer el prompt correcto), pero completamente incapaces de crear, de resolver un problema desde cero o de funcionar si, por cualquier motivo, la tecnología falla.
  • El fin de la resiliencia: ¿Qué pasaría si un día hay un apagón masivo de los servidores de IA? Nos encontraríamos con una sociedad tan dependiente, tan atrofiada, que sería incapaz de funcionar. Hemos sobrevivido como especie gracias a nuestra increíble capacidad de adaptación y resiliencia. Al externalizar nuestro cerebro a una nube corporativa, estamos desmantelando activamente esa resiliencia, convirtiéndonos en una civilización frágil y peligrosamente dependiente.

La IA no solo nos está haciendo más cómodos; nos está haciendo más tontos. Nos está atrofiando los ‘músculos’ del cerebro. Y una sociedad de individuos con el cerebro atrofiado no es una utopía de la productividad. Es el principio del fin.

El problema N.º4: el fin de la democracia (y de la verdad)

La capacidad de la IA para generar desinformación, ‘deepfakes’ y propaganda a una escala masiva es, probablemente, la mayor amenaza para la democracia. Si ya no podemos distinguir lo que es real de lo que no, ¿cómo podemos tomar decisiones informadas? La manipulación de la opinión pública puede destruir cualquier sistema de gobierno desde dentro.

El problema N.º5: la gran desigualdad y el fin del trabajo cognitivo

Esta es la gran diferencia con otras revoluciones. La máquina de vapor reemplazó la fuerza muscular. La IA generativa viene a reemplazar el trabajo cognitivo. Y esto es un cambio de paradigma total.

  • La advertencia del experto: La IA va a crear una desigualdad económica salvaje. Los beneficios se concentrarán en las manos de unas pocas empresas y personas que posean la tecnología, mientras que una gran parte de la clase media cualificada podría verse abocada al desempleo, generando un problema social de una magnitud que podría llevar a revueltas.

El problema N.º6: el colonialismo cultural 2.0

La IA, por su propia naturaleza, tiende a promediar. Aprende de la ingente cantidad de datos de internet y nos devuelve una visión dominante, a menudo anglosajona y occidental, de la cultura, el arte y el pensamiento. Esto, a largo plazo, puede provocar una pérdida devastadora de la diversidad cultural y lingüística del planeta.

Y el ‘bonus track’… los robots asesinos ya están aquí

Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, Baeza-Yates nos recuerda el peligro existencial que ya es una realidad: el desarrollo de robots militares con autonomía para matar. Una línea roja que ya se está cruzando y que nos acerca a un futuro de guerra automatizada con consecuencias impredecibles.

Conclusión Gurú Tecno: una advertencia que debemos escuchar

La charla de Ricardo Baeza-Yates no es el discurso de un ludita antitecnológico. Es el análisis lúcido y aterrador de un científico que conoce las entrañas de la bestia. Nos advierte de que hemos creado una herramienta de un poder sin precedentes, y la estamos desplegando con la ingenuidad de un niño que juega con una bomba atómica.

La IA tiene el potencial de resolver algunos de los mayores problemas de la humanidad. Pero también tiene el potencial de crear otros mucho peores. Y si no empezamos a tomarnos en serio sus peligros, si no ponemos la ética y la regulación por delante de la carrera por el beneficio, puede que cuando queramos reaccionar, ya sea demasiado tarde. En Gurú Tecno, os lo hemos advertido. Y no lo decimos nosotros, lo dice uno de los tíos que más sabe de esto en el mundo.

¿Qué peligro de la IA te preocupa más? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.

Índice
    Ajustes