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La PARADOJA de OpenAI: facturan 1.000 millones al mes, pero admiten que la falta de potencia para la IA les está ahogando

agosto 22, 2025

OpenAI, la compañía que desató la revolución de la inteligencia artificial con ChatGPT, es una máquina de hacer dinero. Una auténtica bestia. Su directora financiera, Sarah Friar, acaba de confirmar que en julio alcanzaron por primera vez los 1.000 millones de dólares de ingresos en un solo mes. Y las previsiones apuntan a que triplicarán sus ingresos este año hasta los 12.700 millones. Cifras que marean, que consolidan su valoración en unos demenciales 500.000 millones de dólares.

Pero detrás de esta fachada de éxito y crecimiento imparable, la propia Friar ha confesado cuál es el talón de Aquiles que amenaza con frenar a todo el imperio: no tienen suficientes GPUs. La escasez de potencia de procesamiento para la IA se ha convertido en su «mayor desafío».

Una sed de poder insaciable

La situación es una auténtica paradoja. OpenAI ha creado una tecnología tan exitosa y demandada que no hay suficientes chips en el planeta para satisfacer su propio crecimiento. «La demanda actual de GPU y potencia de procesamiento es extremadamente alta», afirmó Friar.

Para combatir este problema existencial, OpenAI está librando una guerra en varios frentes:

  • Proyecto Stargate: Su plan a largo plazo para construir sus propios superordenadores y centros de datos, una inversión de «billones de dólares», según Sam Altman.
  • Diversificación de proveedores: Aunque Microsoft sigue siendo su «socio clave», están diversificando riesgos y buscando potencia de cálculo en otros proveedores de la nube como Oracle y CoreWeave.

Una apuesta de billones por el futuro

Sam Altman, su CEO, no solo no está preocupado, sino que pisa el acelerador a fondo. La semana pasada declaró que prevén realizar «inversiones más agresivas que cualquier otra empresa en la historia en cualquier área». Apuestan a que la demanda de IA seguirá creciendo de forma exponencial y que la única forma de ganar es tener más potencia de cálculo que nadie.

Es una carrera armamentística. Y OpenAI está dispuesta a gastar lo que haga falta para asegurarse de tener el arsenal más grande. Su lógica es simple: aunque la escasez de GPUs es un problema hoy, es un problema que el dinero, a la larga, puede solucionar.

El veredicto del Gurú

La confesión de la directora financiera de OpenAI es una ventana fascinante a la realidad de la revolución de la IA. Demuestra que, ahora mismo, el verdadero rey del tablero no es el que tiene el mejor algoritmo, sino el que tiene acceso a más silicio de NVIDIA. La potencia de cálculo se ha convertido en el nuevo petróleo.

La estrategia de OpenAI es de un riesgo y una ambición sin precedentes. Están reinvirtiendo sus miles de millones de ingresos en construir una infraestructura que les dé una ventaja inalcanzable para las próximas décadas. Saben que la demanda de IA no ha hecho más que empezar, y se están preparando para la ola que viene. La pregunta es si podrán construir el barco lo suficientemente rápido antes de que el tsunami les pase por encima.

¿Es sostenible este nivel de inversión y de consumo energético? ¿Es la escasez de GPUs el único freno real al avance de la IA? El debate sobre los cimientos de la nueva economía digital está al rojo vivo. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.

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