
El aire en Silicon Valley huele a ozono, a electricidad. Es el olor que precede a una gran tormenta. Y todo indica que el relámpago está a punto de caer, con un nombre que llevamos meses susurrando en la industria: GPT-5. La maquinaria de marketing y expectación de OpenAI está funcionando a toda máquina, y las piezas del puzzle empiezan a encajar de una forma que apunta a un lanzamiento inminente que podría volver a cambiar las reglas del juego.
Un ingeniero de la compañía, Steven Heidel, ha publicado un mensaje en redes sociales avisando de que esta semana «será una semana emocionante». Y cuando un ingeniero de OpenAI dice «emocionante», no se refiere a que ponen pizza gratis en la oficina. Se refiere a que van a redefinir nuestro concepto de la inteligencia artificial, otra vez. Informes previos del medio The Verge ya apuntaban a un lanzamiento este mismo mes, y la presión no para de crecer.

Las migas de pan de Sam Altman: el ‘miedo’ como marketing
El propio CEO, Sam Altman, lleva semanas actuando como un profeta del apocalipsis tecnológico, dejando caer pistas sobre la potencia de su nueva creación. Ha compartido públicamente su experiencia probando GPT-5, llegando a decir que le produce una «sensación de impotencia sin precedentes». Es una estrategia de marketing tan genial como aterradora: «hemos creado algo tan avanzado que hasta a nosotros nos da respeto».
Altman también ha soltado perlas como que la nueva interfaz conversacional de GPT-5 marcará el comienzo de la «era de la moda rápida del SaaS» (Software como Servicio), sugiriendo una capacidad para crear software y herramientas complejas sobre la marcha que dejará obsoleto el modelo actual de desarrollo. Es la promesa de una IA que no solo responde, sino que construye.
El contexto: un cohete llamado ChatGPT
Y toda esta expectación se monta sobre una base de usuarios que es, sencillamente, una locura. El director de ChatGPT acaba de anunciar que esta semana alcanzarán los 700 millones de usuarios activos semanales. Para que te hagas una idea, a finales de marzo tenían 500 millones. Han sumado 200 millones de usuarios (casi cuatro veces la población de España) en solo cuatro meses. Es el crecimiento más explosivo de la historia de la tecnología.
Mientras preparan la bomba, incluso han tenido tiempo de sacar una actualización «menor» con recordatorios de descanso y mejoras en guías de salud mental. Es como si, antes de darte las llaves de un caza de combate, te recordaran amablemente que te abroches el cinturón.

El veredicto del Gurú
Todas las señales están ahí. El crecimiento de usuarios es demencial, el CEO no para de poner los dientes largos y los ingenieros avisan de que viene la tormenta. El lanzamiento de GPT-5 no es una cuestión de «si», sino de «cuándo», y todo apunta a que será en los próximos días o semanas. Esperamos, como mínimo, un salto cuántico en capacidades de razonamiento, lógica y, sobre todo, en la interacción con herramientas y la capacidad de actuar como un «agente» autónomo. Como sus predecesores, se espera que se lance en versiones mini
y nano
a través de API para que los desarrolladores puedan integrarlo en todo tipo de aplicaciones.
Prepárense. La próxima evolución de la inteligencia artificial está a la vuelta de la esquina y promete volver a dejarnos a todos con la boca abierta y cuestionando los límites de la tecnología.
¿Será GPT-5 el salto definitivo hacia la IA general o solo una mejora incremental muy bien vendida? La mayor revolución tecnológica de nuestro tiempo se juega ahora, y queremos saber tu opinión en los comentarios. Únete al debate en Instagram, Facebook y YouTube.