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La gran VERDAD sobre ChatGPT: OpenAI confiesa para qué lo usamos realmente (y no, no es para trabajar)

septiembre 16, 2025

Durante los últimos años, hemos vivido bombardeados por una narrativa casi mesiánica. La Inteligencia Artificial, con ChatGPT como su profeta, iba a ser la gran revolución de la productividad. La herramienta definitiva que nos haría a todos un 100% más eficientes, que automatizaría nuestras tareas más tediosas y que nos convertiría en superhombres y supermujeres de la ofimática. Era la gran promesa de Silicon Valley. Pues bien, ahora, la propia OpenAI, en colaboración con economistas de Harvard, acaba de publicar un informe que es un torpedo a la línea de flotación de esa narrativa. Y su conclusión es tan simple como demoledora: la gente usa ChatGPT para todo, menos para trabajar.

Este no es un estudio más basado en encuestas. Es la primera vez que tenemos una radiografía real, una autopsia basada en los datos de uso internos de la propia OpenAI. Es un espejo brutalmente honesto de nuestra relación con la IA. Y lo que refleja es fascinante.

La fiebre de la IA: una curva exponencial (con un secreto a voces)

Primero, las cifras que justifican la locura. El crecimiento de ChatGPT es, sencillamente, una anomalía histórica. Los usuarios activos mensuales han pasado de 100 millones a principios de 2024 a más de 700 millones en la actualidad. El volumen de mensajes diarios se ha disparado de 451 millones a 2.600 millones en solo un año.

Inteligencia Artificial

Pero el informe revela un matiz crucial, un secreto a voces que lo cambia todo. Este crecimiento demencial está impulsado casi en su totalidad por nuevos usuarios. Los veteranos, los que llevan más de un año usando la herramienta, han alcanzado una meseta de uso, un nivel de equilibrio. ¿Qué significa esto? Que tras la explosión inicial de curiosidad, la gente integra la IA en su vida de una forma mucho más medida. No es una droga que cada vez necesites más; es una herramienta que encuentras su lugar natural en tu día a día.

El veredicto de los datos: ¿Trabajo o placer? La respuesta es clara

Y ahora, la bomba. El informe analiza el propósito de los miles de millones de mensajes que procesa ChatGPT. Y el resultado es una humillación para la narrativa de la productividad. El porcentaje de mensajes categorizados como «no laborales» ha crecido del 53% al 72,2% en el último año. Aunque el informe excluye los planes de empresa, la tendencia es aplastante: la inmensa mayoría de la gente usa la IA para su vida personal, creativa o de ocio.

Entonces, ¿para qué la usamos exactamente? El estudio desglosa las categorías principales, y los resultados son increíblemente reveladores:

  • 1. Asistencia a la escritura (28%): Es el uso rey. Pero, ojo al dato: la gente lo usa más para «editar o criticar» un texto ya existente que para generarlo desde cero. No queremos un robot que escriba por nosotros; queremos un asistente superinteligente que nos ayude a escribir mejor.
  • 2. Búsqueda de información (24,4%): Este es el uso que más crece, y el que debería hacer temblar a Google. La gente está cada vez más cómoda usando ChatGPT como un motor de respuestas directas, saltándose la tiranía de los anuncios y el SEO. El problema, como ya hemos analizado, siguen siendo las alucinaciones.
  • 3. Un asesor personal (14,9% del uso laboral): Este es uno de los datos más fascinantes. En el entorno laboral, después de la escritura, el uso más popular es la «toma de decisiones y resolución de problemas». La gente no le pide a la IA que haga el trabajo, le pide consejo sobre cómo hacerlo. Le preguntan cómo enfocar una conversación difícil con su jefe o cómo resolver un problema complejo. Lo usan como un «asesor o asistente de investigación».

El resto de usos, aunque minoritarios, pintan un cuadro muy humano de nuestra relación con la máquina: la creación de imágenes, la programación, la ideación creativa e incluso un 1,9% de conversaciones sobre «relaciones y reflexión personal».

El veredicto del Gurú: la IA es un espejo, no un martillo

Este informe es la radiografía más honesta que tenemos de nuestra incipiente relación con la inteligencia artificial. Y la conclusión es clara: nos vendieron un martillo para clavar los clavos de la productividad, pero lo que de verdad hemos encontrado es un espejo. Un espejo para nuestras dudas, nuestra creatividad, nuestras curiosidades y nuestras conversaciones más personales.

La gran promesa de la IA que nos iba a liberar del trabajo se ha revelado, de momento, como una falacia. Su verdadero poder, el que la gente ha descubierto de forma orgánica, no es el de un obrero que automatiza nuestras tareas. Es el de un compañero intelectual. Un asesor, un co-creador, un profesor particular, un confidente.

Y esa, quizás, es una visión del futuro mucho más interesante, y mucho más humana, de la que nos habían prometido.

¿Para qué usas tú realmente ChatGPT? ¿Te sorprende el resultado de este informe? El debate sobre el verdadero papel de la IA en nuestras vidas no ha hecho más que empezar. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.

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