Hace unas semanas, Google nos miró a los ojos y nos dijo, con la cara muy seria, que «no tenían planes de lanzar su propia marca de gafas con IA». Era una declaración extraña, una rendición aparente en la guerra por el «post-smartphone» que ya libran Apple y Meta. Pues bien, era mentira.
Según un nuevo y demoledor informe del medio taiwanés Digitimes, que bebe directamente de la cadena de suministro, Google no solo tiene planes, sino que ya ha completado la investigación y el desarrollo de sus propias gafas con inteligencia artificial. Tienen el producto listo. El prototipo diseñado. Y hasta el fabricante contratado. Solo les falta una cosa: el valor para lanzarlas al mercado.
La alianza de los viejos amigos: Quanta y HTC
Para este proyecto secreto, Google ha recurrido a dos viejos conocidos de la industria. El diseño del prototipo ha corrido a cargo de Quanta, uno de los mayores fabricantes de portátiles del mundo. Y el ensamblaje, la producción en masa, se la han encargado a HTC.
La elección de HTC es una noticia espectacular para la compañía taiwanesa. Después de años de irrelevancia en el mercado de móviles, convertirse en el fabricante de uno of los productos más importantes de Google podría ser el salvavidas que tanto necesitaban. Es una alianza que beneficia a ambos: Google consigue un socio con una experiencia brutal en Realidad Virtual (recordemos las HTC Vive), y HTC consigue un contrato que podría revitalizar sus fábricas.
El fantasma de Google Glass y el pánico a un nuevo fracaso
Entonces, si tienen el producto listo, ¿por qué lo niegan? ¿Por qué no lo lanzan? La respuesta tiene nombre y apellidos: Google Glass. El fracaso estrepitoso de sus primeras gafas inteligentes, que se convirtieron en un sinónimo de «gadget pretencioso e inútil», dejó una cicatriz muy profunda en la compañía.
Google tiene pánico a repetir ese ridículo. Están esperando el momento perfecto, analizando con lupa el inminente lanzamiento de las Hypernova de Meta y esperando a ver si el mercado, esta vez sí, está preparado para llevar un ordenador en la cara. Su indecisión es, en el fondo, un trauma no superado.
Una bomba de relojería en los laboratorios de Google
La situación es fascinante. Google tiene en sus laboratorios un producto que podría ser un competidor directo de las nuevas gafas de Meta, probablemente con una integración con Gemini y el ecosistema de Android que sería brutal. Tienen el diseño, tienen al fabricante y tienen la tecnología. Pero están paralizados por el miedo. Mientras tanto, Meta está tomando posiciones para dominar el mercado. Esta filtración no es solo sobre un producto. Es sobre la psicología de una de las empresas más poderosas del mundo. Una empresa que tiene en sus manos el que podría ser el gadget de la década, pero que podría acabar perdiendo la guerra por su propia indecisión.
¿Crees que Google debería lanzar ya sus gafas con IA? ¿O hacen bien en esperar? ¿Podrían competir con Meta y Apple? El debate sobre el futuro de los wearables está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.