Se temía lo peor, y se ha confirmado. La Guardia Costera de Estados Unidos ha informado del hallazgo de los restos del submarino Titán, que el domingo pasado inició una expedición hacia el naufragio del Titanic.
La empresa Oceangate ha lamentado la pérdida, horas después de que un robot submarino haya descubierto escombros a apenas 500 metros de la proa hundida del Titanic, a casi 4 kilómetros de profundidad. Según el comunicado oficial, los cinco tripulantes fallecieron. Hasta ahora, la principal hipótesis del accidente apunta a una eventual implosión de la nave. La investigación acaba de comenzar y es probable que las causas precisas tarden en conocerse. Sin embargo, algunos expertos ya han explicado que una fisura en el casco del submarino podría haber provocado la implosión.
La presión que enfrentó el submarino perdido del Titanic
La implosión, fenómeno opuesto a la explosión, ocurre cuando un objeto colapsa y se contrae hacia su centro debido a fuerzas externas o internas. En este caso, se especula que la presión externa del mar a cierta profundidad pudo superar la presión atmosférica en el interior del submarino, causando una implosión instantánea.
La construcción del submarino Titán con materiales como fibra de carbono y titanio, habría sido insuficiente para resistir los efectos de la implosión. Aproximadamente a 4.000 metros de profundidad, la presión del agua alcanza unas 400 atmósferas, alrededor de 400 veces más que en la superficie. Esta inmensa presión podría haber superado la resistencia del casco del submarino, deformando la estructura hasta su colapso.
La compañía Oceangate está recibiendo numerosas críticas por la falta de controles y pruebas de calidad. Las labores de rescate han continuado en la mañana de este viernes para esclarecer todo lo ocurrido en esta tragedia, pero ya se van retirando los efectivos desplazados. El operativo se desmovilizará esta jornada y se teme no poder recuperar los cuerpos.
