La guerra de la inteligencia artificial es, en el fondo, una historia de traición. OpenAI, la compañía que nació con la noble promesa de ser una organización de investigación «abierta» para el beneficio de la humanidad, se convirtió en un monstruo corporativo cerrado, una máquina de hacer dinero en alianza con Microsoft. Y uno de sus padres fundadores, Elon Musk, nunca se lo ha perdonado.
Ahora, Musk, desde su propia compañía de IA, xAI, ha lanzado su última ofensiva en esta guerra personal y filosófica. Ya anunciamos hace un par de semanas que Grok 2.0 sería de código abierto, pues bien, el modelo Grok 2.5, el que Elon Musk define como «nuestro mejor modelo del año pasado», ya es de código abierto. Disponible para que cualquiera pueda descargarlo, usarlo y modificarlo. Es una bofetada a mano abierta a la filosofía de secretismo de su antigua creación, OpenAI.
La estrategia del ‘retraso abierto’
La estrategia de xAI, según ha explicado el propio Musk, es un «retraso abierto». No van a liberar su última y más potente tecnología al instante, pero sí lo harán con un ciclo predecible. Su modelo es: «cuando creamos la siguiente versión, liberamos la versión anterior».
Así, han liberado Grok 2.5 ahora que ya están trabajando en el siguiente nivel. Y ha prometido que Grok 3 será liberado en unos seis meses, probablemente cuando ya tengan Grok 4 en el horno. Es una forma inteligente de armar a la comunidad de código abierto sin perder su propia ventaja competitiva.
La guerra filosófica (que también es un gran negocio)
Este movimiento no es altruismo. Es una jugada estratégica de una brillantez brutal. Al posicionarse como el campeón del código abierto, Musk consigue varias cosas:
- Atrae talento: Los mejores ingenieros de IA a menudo prefieren trabajar en entornos abiertos. Es un imán para el talento.
- Acelera la innovación: La comunidad global de desarrolladores empezará a usar, mejorar y crear sobre la base de Grok, creando un ecosistema que compita con el de OpenAI.
- Gana la batalla de la narrativa: Se convierte en el «bueno de la película» frente al «malvado» OpenAI corporativo, que «traicionó» sus principios. Es una campaña de marketing perfecta.
Una hipocresía bienvenida
Por supuesto, la jugada de Musk está llena de una hipocresía deliciosa. Él, un capitalista feroz, abanderando la causa del «software libre». Y aunque libera el modelo, la inmensa potencia de cálculo necesaria para entrenarlo sigue estando en manos de unos pocos, con él a la cabeza. Sin embargo, en un mundo donde OpenAI, Google y Anthropic guardan sus mejores modelos bajo siete llaves, que un jugador del calibre de xAI decida compartir su tecnología es una noticia espectacular para la industria. Musk está usando el código abierto como un arma en su guerra personal contra Sam Altman. Y aunque la motivación sea el ego, los beneficiados somos todos nosotros.
¿Crees que la estrategia de código abierto de Musk es genuina o puro marketing? ¿Qué modelo de IA prefieres, uno abierto como Grok o uno cerrado como ChatGPT? El futuro de la inteligencia artificial se debate ahora. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.