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El CEO de ARM dispara contra Intel: “Castigada por perder oportunidades” y advierte que alcanzar a TSMC será una misión imposible

octubre 6, 2025

Durante el All In Podcast, el CEO de ARM, Rene Haas, dejó caer una bomba sobre la industria de los semiconductores. Sin rodeos, afirmó que Intel ha sido castigada por el tiempo por perder momentos clave en la historia de la computación moderna, y que ponerse a la altura de TSMC será “extremadamente difícil”.

El tiempo castiga, y en chips no hay segundas oportunidades

En la industria de los semiconductores, el tiempo no es solo oro: es silicio, inversión y poder. Cada trimestre perdido, cada tecnología pospuesta, es una ventaja que jamás se recupera. Y Rene Haas lo dejó claro: este sector no perdona los retrasos.

Invertir en una fábrica lleva años. Y si descuidas la arquitectura o el ecosistema, el tiempo te pasa factura.”

Fabricar chips no es una carrera de cien metros, sino una ultramaratón de precisión, donde cada paso implica miles de millones en I+D, alianzas con fabricantes, y un conocimiento que se acumula con sangre, sudor y transistores. No basta con tener dinero: hay que tener visión, constancia y hambre tecnológica.

Y ahí es donde Intel perdió el pulso del reloj. Durante años, se durmió sobre los laureles de su dominio en CPUs x86 para PC y servidores, mientras el mundo migraba hacia nuevas arquitecturas, nuevas necesidades y nuevos formatos de cómputo. El futuro ya no estaba en los megahercios, sino en la eficiencia energética, el diseño modular y la escalabilidad ARM, los tres pilares que hoy dominan el ecosistema móvil y de servidores cloud.

Haas, sin decirlo abiertamente, vino a señalar que Intel es víctima de su propio éxito pasado. En lugar de apostar por la disrupción, prefirió conservar el statu quo. Pero el tiempo no se detuvo. TSMC y ARM avanzaron sin mirar atrás, y hoy marcan el ritmo de una industria que Intel ayudó a crear… y que ahora la ha dejado atrás.

El CEO de ARM lo resumió sin adornos: no puedes recuperar el tiempo perdido cuando tus competidores ya fabrican el futuro a escala nanométrica. La innovación no se improvisa. No puedes “ponerte al día” en chips como quien lanza una actualización de software. Aquí, cada nodo de proceso lleva años de planificación, cientos de patentes y miles de ingenieros.

Y cuando te quedas fuera del ciclo de innovación, el castigo no es simbólico. Es existencial. Por eso Haas lo dejó claro: Intel ha sido castigada por el tiempo… y el tiempo, en tecnología, es el juez más cruel que existe.

Error #1: No supieron ver el futuro móvil

A mediados de los 2000, Intel tuvo en sus manos el futuro… y lo dejó escapar. La compañía rechazó fabricar chips para el iPhone, apostando en su lugar por su propia arquitectura Atom, que no cumplía con los requisitos de Apple.

Un error que Paul Otellini, entonces CEO de Intel, admitió años después: “Fue una oportunidad perdida”. Mientras tanto, ARM y TSMC se subieron a la ola del smartphone y crearon el estándar del presente.

Error #2: Retraso con la litografía EUV

Según Haas, Intel también pagó caro su retraso en adoptar la tecnología EUV (ultravioleta extrema), clave para fabricar chips cada vez más pequeños y eficientes.

Hace una década, Intel no invirtió tanto como TSMC en EUV. Hoy están intentando ponerse al día, pero el tren ya salió de la estación.

Mientras tanto, TSMC ha perfeccionado su proceso hasta convertirse en el líder absoluto de la fabricación avanzada de chips, sirviendo a gigantes como Apple, Nvidia y AMD.

El muro invisible de los semiconductores

Haas recordó que el sector tiene barreras de entrada brutales: fábricas que cuestan decenas de miles de millones, ciclos de innovación cada vez más rápidos y una dependencia total del talento humano especializado.
Una vez que te quedas atrás, remontar es casi imposible.

Perderte un par de hitos tecnológicos puede ser una sentencia. La industria no espera a nadie.”

Cultura y manufactura: el dilema de Occidente

El CEO de ARM también lanzó una crítica cultural: mientras en Taiwán, trabajar en TSMC es símbolo de prestigio, en Europa y EE.UU. la manufactura sigue sin ser vista como una carrera “de élite”.

En Occidente aún se ve la manufactura como trabajo manual. Si queremos recuperar liderazgo, necesitamos un cambio cultural y político profundo.”

Conclusión Gurú Tecno: Intel, la bestia dormida que se quedó sin despertador

El mensaje de Rene Haas no es una simple crítica: es una sentencia lapidaria para una compañía que fue sinónimo de innovación y hoy intenta remar contra una corriente que ella misma desató.
Intel no perdió una oportunidad, perdió una década entera. Mientras se entretenía defendiendo su legado x86 y sus márgenes, el mundo se movía hacia ARM, hacia móviles, hacia eficiencia.

Ahora, mientras TSMC imprime el futuro átomo a átomo, Intel sigue atrapada en un pasado de silicio oxidado. El reloj tecnológico no perdona, y en la carrera por el nanómetro, el tiempo es el enemigo número uno. Si no hay una revolución interna, cultural y tecnológica, Intel corre el riesgo de convertirse en el Nokia de los semiconductores: una leyenda que todos recordarán… por cómo lo perdió todo.

En este tablero de obleas, ARM diseña la mente, TSMC fabrica el cuerpo, y Intel solo mira desde la grada cómo otros juegan el partido que antes dominaba. El debate está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en InstagramFacebook y YouTube.

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