
En el mundo del vídeo profesional, la Sony FX3 ha sido la reina indiscutible del formato «cámara de cine de bolsillo». Pequeña, potente, con un autoenfoque de otro planeta y, sobre todo, con una estabilización de imagen en el cuerpo (IBIS) espectacular. Ha sido el arma preferida de miles de videógrafos y youtubers. Y parece que en Canon, por fin, se han cansado de mirar desde la barrera cómo su archienemigo se comía el pastel.
La compañía roja ha empezado a calentar el ambiente para un gran lanzamiento el próximo 9 de septiembre. Y aunque el teaser oficial es enigmático, las filtraciones ya han destripado a la bestia: la nueva Canon EOS C50 Cinema Line. Y su diseño y filosofía son un ataque directo, casi un clon, de la exitosa FX3 de Sony. Pero con una decisión de ingeniería que nadie, absolutamente nadie, puede entender.
Un sensor 6K con ‘Triple ISO Nativo’: la bestia de la luz
Aquí es donde Canon saca músculo. La C50 montará un nuevo sensor full-frame de 32 megapíxeles capaz de grabar en 6K y en 4K a 120 fotogramas por segundo. Soportará Open Gate para aprovechar todo el área del sensor y promete 15 pasos de rango dinámico con C-Log2 y C-Log3.

Pero la verdadera joya de la corona, la tecnología que la pone en la cima, es el Triple ISO Nativo. Para los que no hablan el idioma de los directores de fotografía, esto significa que la cámara tendrá tres circuitos diferentes optimizados para rendir a la perfección en tres niveles de luz distintos (baja, media y alta). El resultado: imágenes increíblemente limpias y sin ruido, incluso cuando grabes en condiciones de casi total oscuridad. Es una tecnología de gama muy, muy alta.
La inexplicable ausencia de IBIS: el gran ‘pero’
Y llegamos a la decisión que nadie entiende, la que puede arruinar un producto casi perfecto. Según todas las filtraciones, la Canon EOS C50 no tendrá estabilización de imagen en el cuerpo (IBIS). Es una decisión incomprensible en 2025. Lanzar una cámara de este calibre, diseñada para grabar en movimiento y para competir directamente con la FX3 (cuya mayor virtud es precisamente su IBIS), sin estabilización en el sensor, es un suicidio comercial. Te obliga a depender siempre de un gimbal o de objetivos estabilizados, limitando enormemente su versatilidad.
Una bestia con una pata coja
La Canon EOS C50 es una cámara de contradicciones. Por un lado, tiene un sensor y unas capacidades de vídeo que son, sobre el papel, espectaculares. Pero por otro, la inexplicable decisión de eliminar la estabilización la convierte en una bestia con una pata coja. Una cámara de cine de estudio fantástica, pero una cámara de run-and-gun muy inferior a su principal rival. El 9 de septiembre veremos si Canon tiene algún as guardado en la manga para justificar esta locura.
¿Es la falta de IBIS un factor decisivo para ti en una cámara de vídeo? ¿Crees que Canon ha cometido un error garrafal? El debate sobre la cámara de cine perfecta está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.