
Es una de las promesas favoritas de los políticos estadounidenses, un sueño húmedo que sacan a pasear cada cuatro años en campaña electoral: «¡Vamos a obligar a Apple a fabricar sus iPhones aquí, en casa!». Suena bien, ¿verdad? Crea empleos, es patriótico… es una bonita fantasía para conseguir votos, y últimamente hemos visto como se ha convertido en una obsesión de Donald Trump.
Pues bien, el periodista de Bloomberg Mark Gurman, el hombre que tiene línea directa con las entrañas de Cupertino, acaba de coger esa fantasía y la ha reventado con un mazo de realidad. En su último boletín, ha sido tajante: la producción en masa de iPhones en Estados Unidos es imposible, al menos a corto plazo. Y cuando Gurman dice «a corto plazo», en el lenguaje de Apple, puede significar «en la próxima década, o nunca».
La cruda matemática: por qué el sueño es una quimera
Gurman no habla por hablar. Basa su veredicto en tres pilares de la brutal realidad industrial del siglo XXI, tres razones por las que el «Made in USA» en la trasera de tu iPhone es una utopía:
- El coste: Es el más obvio. Fabricar en Estados Unidos, con sus salarios, sus sindicatos y sus regulaciones, dispararía el precio de cada iPhone a un nivel que ni los fans más acérrimos de Apple estarían dispuestos a pagar. Prepárate para un iPhone Pro Max que arranque en 3.000 dólares.
- La escala: China no es solo una fábrica, es un continente-fábrica. La infraestructura, la red de proveedores de cada diminuto componente, la logística… todo está construido a una escala que no existe en ningún otro lugar del planeta para la electrónica de consumo. Replicar eso en EEUU llevaría décadas y una inversión de trillones de dólares.
- La ingeniería (el verdadero secreto): Y aquí está la clave que los políticos ignoran. No es solo una cuestión de «obreros». Es una cuestión de ingenieros de producción y técnicos ultra-especializados. China tiene una reserva casi infinita de este tipo de talento, capaces de montar y reconfigurar líneas de producción masivas para cientos de millones de unidades en cuestión de semanas. Esa experiencia y esa agilidad, simplemente, no existen a esa escala en Occidente.

La prueba del delito: India y la confesión de Tim Cook
Para los que todavía creen en los milagros, Gurman nos recuerda el caso de la India. Apple lleva casi una década intentando mover una parte de su producción allí, y solo ahora están empezando a tener una capacidad significativa, y eso para los modelos más sencillos. Gurman predice que los futuros iPhones más complejos (como el esperado modelo plegable o el del 20º aniversario) se fabricarán, al menos al principio, exclusivamente en China.

Y la confirmación final viene del propio Tim Cook. En una reunión reciente en la Casa Blanca, el CEO de Apple tuvo que admitir que el «ensamblaje final» seguirá haciéndose en el extranjero «durante mucho tiempo», intentando restarle importancia como si fuera una parte menor del proceso. Es la admisión de que, sencillamente, no hay una alternativa viable.
Un matrimonio de conveniencia irrompible
La relación entre Apple y China es un matrimonio de conveniencia del que es imposible divorciarse. Apple necesita la escala y la eficiencia de China para fabricar cientos de millones de iPhones al año y seguir siendo obscenamente rentable. Y China necesita los millones de empleos y la inversión masiva que genera Apple. Cualquier político que prometa romper esta simbiosis está, simplemente, mintiendo o es un ignorante de la realidad industrial del siglo XXI. Por mucho que duela en Washington, el «Diseñado por Apple en California» seguirá llevando, por mucho, mucho tiempo, un «Ensamblado en China» en la parte de atrás.

¿Crees que Apple debería hacer un esfuerzo por fabricar en EEUU aunque suban los precios? ¿O es la globalización una realidad ineludible? El debate sobre dónde se fabrica la tecnología que amamos está más caliente que nunca. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.