
Primero fueron los disquetes. Luego los CDs. Después el conector de auriculares. La historia de Apple es una crónica de asesinatos en serie de tecnologías que consideraban obsoletas, forzando a toda la industria a seguir sus pasos. Y ahora, le ha llegado el turno a la última reliquia de plástico que llevas en tu móvil: la tarjeta SIM.
Tras tres años de experimento en Estados Unidos, Apple ha decidido que se acabó la tontería. El nuevo y espectacularmente fino iPhone 17 Air, que se presentó en el día de ayer, será el primer iPhone que se venda en España y en toda Europa sin una ranura para la tarjeta SIM física. Es solo eSIM. La transición ha comenzado. Y es forzosa.
La excusa de los 5,5 milímetros
La excusa oficial de Apple para este movimiento es tan elegante como su nuevo teléfono. Con un grosor de solo 5,5 milímetros, argumentan que, sencillamente, no hay espacio físico para una bandeja SIM. Es una verdad a medias. La realidad es que han usado el diseño ultrafino como el «caballo de Troya» perfecto para acelerar una transición que llevan años deseando.

Mientras tanto, los modelos iPhone 17 y 17 Pro sí que mantendrán la ranura SIM en Europa (de momento), aunque la perderán en una lista cada vez más larga de países como Japón, Canadá o México. Es una muerte lenta y calculada.
El problema: España (y sus operadoras) no está del todo preparada
Pero esta visión futurista de Cupertino choca con la cruda realidad del mercado español. Sí, las tres grandes operadoras (Movistar, Vodafone y Orange) ofrecen soporte para eSIM desde hace tiempo. Pero la adopción está lejos de ser total. Un gran número de operadoras móviles virtuales (OMVs) y, sobre todo, muchas tarifas de prepago, todavía dependen exclusivamente de la SIM física.
Esto significa que si eres cliente de una de estas compañías y quieres comprarte el flamante iPhone 17 Air, te vas a encontrar con un ladrillo muy caro en la mano. Apple te está obligando, en la práctica, a cambiar de operadora o de tarifa. Es una jugada de una arrogancia brutal, que demuestra que su prioridad es imponer su visión tecnológica, incluso si eso genera problemas a una parte de sus usuarios.
Una transición forzosa hacia un futuro sin puertos
La muerte de la tarjeta SIM física es inevitable. La eSIM es tecnológicamente superior: es más segura (un ladrón no puede sacarla del teléfono), más cómoda (puedes tener hasta ocho perfiles en un solo móvil) y libera un espacio interno precioso. El problema no es el «qué», es el «cómo».
Apple, fiel a su estilo, ha decidido forzar la transición en lugar de esperar a que el mercado madure. Usa su posición de dominio para arrastrar a toda la industria, operadoras y usuarios, a su visión de un futuro sin puertos. El iPhone 17 Air será el conejillo de indias. Y su éxito o fracaso en mercados como el español enviará un mensaje muy claro a las operadoras que se han dormido en los laureles: o te modernizas, o Apple te dejará fuera del negocio más lucrativo del planeta.
¿Estás preparado para un mundo sin SIM física? ¿O crees que Apple se ha precipitado? El debate está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.