
Google está contra las cuerdas. El Departamento de Justicia de Estados Unidos le tiene cogido por el cuello con una demanda antimonopolio que amenaza con descuartizar su imperio. Y una de las piezas más jugosas que los reguladores quieren poner en el patíbulo es su arma de dominación mundial, el navegador Chrome.
Y como en toda buena película de tiburones, en cuanto hay sangre en el agua, los depredadores más jóvenes y agresivos acuden. La startup de búsqueda con IA, Perplexity, acaba de hacer el movimiento más descarado, brillante y suicida que hemos visto en años: ha presentado una oferta no solicitada de 34.500 millones de dólares para comprar Google Chrome.
¿Una broma o una jugada de ajedrez 4D?
Seamos claros: las posibilidades de que Google acepte esta oferta de forma voluntaria son las mismas que las de que tu tostadora desarrolle conciencia de sí misma. No van a vender el arma que les garantiza el 90% del mercado de búsquedas. Entonces, ¿por qué hace Perplexity esta locura? Por tres razones, y todas son geniales.
- Marketing de guerrilla de nivel DIOS: Es la campaña de publicidad más barata y efectiva de la historia. Por el precio de unos cuantos abogados y un comunicado de prensa, Perplexity ha puesto su nombre en todos los titulares del planeta, presentándose como el «salvador» de Chrome y el rival directo de Google Search. Pura genialidad.
- Presión a los reguladores: Es un mensaje directo al Departamento de Justicia. Les están diciendo: «No tengan miedo de trocear a Google. Aquí hay un comprador serio y creíble, dispuesto a mantener la web abierta y a no manipular la búsqueda». Se están posicionando como la «solución» perfecta al problema del monopolio.
- Un farol con cartas: Aunque es un farol, es uno con credibilidad. Perplexity está forrada de dinero de los mayores inversores de Silicon Valley. La oferta es una forma de decirle al mundo y a Google: «Somos ricos, somos ambiciosos y no tenemos miedo».

Las ‘dulces’ promesas del usurpador
Para que la oferta parezca aún más atractiva para los reguladores y el público, Perplexity ha prometido el oro y el moro. Afirman que no cambiarán en secreto el motor de búsqueda por defecto de Chrome, que invertirían 3.000 millones de dólares en dos años en proyectos de la «web abierta» y que le ofrecerían trabajo a la mayoría de los ingenieros clave de Chrome. Básicamente, están prometiendo ser los «buenos de la película», los custodios neutrales del navegador más importante del mundo.
Una bofetada a la arrogancia de Google
Aunque esta venta nunca se materialice, la oferta de Perplexity es una bofetada de realidad para Google. Demuestra que hay jugadores nuevos, ágiles y con una ambición desmedida, que están dispuestos a usar las propias herramientas del capitalismo y la regulación en su contra. Es un movimiento que redefine a Perplexity. Ya no son solo «otra IA de búsqueda». Ahora son el «David» que se ha atrevido a lanzarle una piedra al «Goliat» de Google, usando su propia crisis legal como tirachinas. Es una jugada audaz, brillante y que demuestra que la guerra por el futuro de la búsqueda en internet va a ser mucho más divertida de lo que pensábamos.
¿Crees que los reguladores deberían forzar a Google a vender Chrome? ¿Es Perplexity el futuro de la búsqueda? La batalla por el control de la puerta de entrada a internet está al rojo vivo. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.