Hay pocas cosas más frustrantes que sentarte frente a tu flamante PC, listo para conquistar el mundo digital… y que el maldito cacharro no te reconozca. Pues bien, prepárate, porque si eres de los que usa Windows Hello para iniciar sesión con tu bonita cara o tu huella dactilar, puede que te hayas topado con la última pifia monumental cortesía de Microsoft. Sí, amigos, la actualización de seguridad de abril de 2025, esa que se supone que te protege, está haciendo exactamente lo contrario para muchos: ¡dejarte tirado en la pantalla de bloqueo!
La crónica del desastre: tu cara ya no es VIP
El goteo de quejas empezó a sonar hace unos días, justo después de que los servidores de Redmond liberaran los parches de seguridad correspondientes a este mes de abril. Usuarios de todo el globo empezaron a reportar lo mismo: tras instalar la actualización y reiniciar, Windows Hello (tanto el reconocimiento facial como el lector de huellas) simplemente dejó de funcionar. ¡PUM! De repente, tu rasgo biométrico único e intransferible vale menos que un euro de madera para iniciar sesión. Te quedas mirando a la cámara o poniendo el dedo en el sensor como un idiota, mientras el sistema te ignora olímpicamente. Una putada en toda regla, especialmente si habías desactivado otras formas de login o no recuerdas tu PIN o contraseña.
¿Error o tradición? La chapuza marca de la casa
¿La causa? Pues todo apunta, como no podía ser de otra manera, a la propia actualización de seguridad de abril (¿quizás la KB5055526 o alguna de sus asociadas?). Parece que en Microsoft, una vez más, la mano izquierda que desarrolla el parche no se habla con la derecha que gestiona los sistemas de autenticación.
Es la historia interminable: lanzan una actualización para tapar agujeros y, de paso, revientan una función esencial por el camino. ¿Control de calidad? ¿Pruebas exhaustivas antes del despliegue masivo? Conceptos que en Redmond suenan a chino mandarín, por lo visto. No es un fallo aislado; es casi una tradición que cada Patch Tuesday venga con su propia lotería de errores inesperados. ¡Bravo, Microsoft, bravo!
Consecuencias: del cabreo monumental al PIN olvidado
Más allá del cabreo inicial, que es considerable, las consecuencias prácticas son un fastidio. Te obliga a volver al arcaico método del PIN o la contraseña (si te acuerdas de ella, claro). Ralentiza el inicio de sesión, fastidia el flujo de trabajo y, sobre todo, genera una desconfianza brutal hacia las actualizaciones automáticas.
Lo más irónico y sangrante es que una actualización destinada a mejorar la seguridad acaba comprometiendo la usabilidad de una función de seguridad tan cómoda como Windows Hello. La comunidad online, como era de esperar, está que trina, con foros y redes sociales echando humo con quejas y buscando soluciones desesperadas.
«Mi PC no me reconoce»: qué puedes hacer (aparte de maldecir)
Si eres uno de los afectados por esta genialidad de Microsoft, aquí van algunos consejos para sobrevivir (mientras en Redmond se dignan a arreglar su desaguisado):
- Resignación temporal: Tira de PIN o contraseña. Es lo más inmediato y funcional ahora mismo. Si no los recuerdas… mal asunto.
- Desinstalar la actualización (¡CON RIESGO!): Puedes intentar desinstalar la actualización problemática desde el historial de actualizaciones de Windows. OJO: Esto te dejará expuesto a las vulnerabilidades que el parche corregía. Hazlo bajo tu propia responsabilidad y solo si Windows Hello es absolutamente vital para ti.
- Pausar futuras actualizaciones (preventivo): Para evitar sustos futuros (que seguro que los habrá), puedes pausar las actualizaciones automáticas durante unas semanas. Ve a
Configuración > Windows Updatey busca la opción. Recuerda reactivarlas más adelante para no quedarte desprotegido. - Rezar por un parche rápido: Microsoft debería estar al tanto y trabajando en un parche para el parche. Revisa Windows Update manualmente de vez en cuando por si suena la flauta y liberan una corrección (quizás alguna actualización opcional o fuera de banda aparezca).
Hasta las narices de ser betatesters
En definitiva, otro día más en la oficina para los sufridos usuarios de Windows. Pagamos licencias (o vienen con nuestros equipos) para acabar siendo betatesters involuntarios de actualizaciones que parecen hechas con prisas y sin el más mínimo rigor. La situación con Windows Hello es solo el último episodio de una larga saga de errores post-actualización que minan la confianza y la paciencia. Queremos seguridad, sí, pero también queremos que nuestros ordenadores funcionen correctamente. ¿Es pedir demasiado? Parece que para Microsoft, sí.
¿Te ha afectado este fallo? ¿Estás hasta las narices de los problemas con las actualizaciones de Windows? ¡Cuéntanos tu experiencia y desahógate en los comentarios!