La Comisión Europea acaba de publicar un informe que pone en alerta la escasez de mano de obra en algunos sectores. Destaca que, especialmente crítico es el sector de las nuevas tecnologías, ya que la falta de habilidades altamente especializadas disponibles es un factor decisivo dada la rapidez con la que evoluciona este sector y la constante necesidad de actualización de conocimientos y de los retos que la Unión debe asumir en materia de inteligencia artificial.
Desde la Revolución Industrial se ha pensado que las máquinas terminarían por sustituir al hombre en sus tareas. Desde entonces muchos de los trabajos se han sistematizado y mecanizado para ser ejecutados por máquinas, lo cual para algunos no es lo ideal, ya que se traduce en la pérdida de empleos, mientras que para otros es algo positivo, pues permite que los empleados se dediquen a labores menos tediosas y repetitivas.
Desde luego los avances tecnológicos disponibles en la actualidad y su incorporación a la industria hacen parecer que la respuesta está más bien orientada a la integración de todos los recursos disponibles, humanos y digitales, que permita crecer exponencialmente la capacidad de producción de los operadores. Esto debería traducirse en una combinación de lo mejor de ambos mundos. Esta situación debe generar la transición hacia el uso generalizado de tecnologías en la industria, pero para las empresas, se ha vuelto complicado encontrar mano de obra cualificada para ejecutar los nuevos procesos tecnológicos que se vienen implementado.
Por eso es importante prestar atención a lo que se recoge en este informe de la Comisión, donde se resaltan que los sectores como la construcción, la atención médica y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), en particular las TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones), estuvieron entre los más afectados en 2022. Es probable que esta escasez aumente con la disminución proyectada de la edad laboral, población de 265 millones en 2022 a 258 millones en 2030.
Al mismo tiempo, los factores estructurales que contribuyen a la persistente escasez de mano de obra varían según la ocupación y el sector. Para algunas profesiones como médicos, enfermeros/as, cuidadores y conductores, las difíciles condiciones de trabajo o las dificultades en la gestión de recursos humanos contribuyen a las dificultades de los empleadores para retener y atraer trabajadores. Para otras ocupaciones, por ejemplo en STEM, la falta de habilidades altamente especializadas disponibles es un factor contribuyente.
Lo peor, está por llegar
La escasez de mano de obra en algunas ocupaciones también podría verse exacerbada por la evolución de las habilidades y las necesidades de empleo debido a la necesaria transición verde. Se espera un crecimiento del empleo en algunos sectores/ocupaciones que ya están experimentando escasez de mano de obra (p. ej., transporte y almacenamiento, construcción, comercio eléctrico y electrónico), o es probable que lo hagan en el futuro (p. ej., tecnologías netas cero, suministro de agua, gestión de residuos y ciertas profesiones científicas y de ingeniería).
En el contexto de la transición verde, las necesidades de inversión para el reciclaje, la actualización y la mejora de las habilidades en la fabricación de tecnologías estratégicas netas cero se estiman entre 1.700 millones EUR y 4.100 millones EUR hasta 2030.
En cuanto a la transición digital, el informe encuentra que contribuye a la persistente escasez de mano de obra entre los profesionales de las TIC, pero no parece ser un factor clave de la escasez en otras ocupaciones.
Una brecha de género, generacional y educativa
La menor participación en el mercado laboral de las mujeres, las personas con menor nivel educativo, las personas de origen inmigrante, así como las personas mayores y jóvenes, también contribuye a la escasez de mano de obra.
La mayoría de las ocupaciones con escasez están dominadas por hombres o por mujeres: el 86% de las ocupaciones con escasez de mano de obra no tienen equilibrio de género. Esto también refleja la segregación de género en el respectivo campo de estudios que conduce a una determinada ocupación, lo que limita el grupo de personas para cubrir las vacantes.
Los modelos tradicionales de producción suponen una disminución en la eficacia de las empresas, además de un retraso en la competitividad del mercado, por eso se advierte de que debe producirse un cambio en un escenario tan desafiante como ha sido la salida de una pandemia y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania.
Comisión europea | Informe 6 de julio de 2023