Toyota, el mayor fabricante de coches del mundo, tiene serias dudas de que el coche eléctrico de baterías sea el único futuro del automóvil y afirma que hay una mayoría en la industria que piensa igual pero no lo dice.
Según el Wall Street Journal, hay razones de peso para argumentar que no se puede apostar todo al coche de baterías y esta repentina fiebre del coche eléctrico es un camino a ninguna parte.
«El tiempo está de nuestro lado. Esta escasez, no sólo de materiales para baterías, sino también de infraestructura de recarga, dejará muy claro que no hay una solución única para todos, y que la mejor respuesta es, en realidad, una mezcla de distintos tipos de vehículos», aseguró Gill Pratt, jefe científico de Toyota a Automotive News.
El fabricante piensa que no cree que el auto eléctrico sea la alternativa única a los motores de combustión. Hace tiempo que el fabricante japonés busca soluciones alternativas al coche eléctrico. Desde una apuesta firme por la hibridación (enchufable o no) hasta los usos más inesperados del hidrógeno, desde la pila de combustible hasta cartuchos, pasando por su quema en motores de combustión.
¿Y cuál es la posición de Mazda?
Pues Mazda no se aleja mucho del argumento de Toyota en relación al futuro del coche eléctrico, y ha sorprendido al público con el desarrollo de un nuevo motor diésel y, por si no fuera suficiente, materializado el regreso al mercado de su motor rotativo, su estrella en tiempos pasados.
A esto añadimos los comentarios de Jeffrey Guyton, presidente y CEO de Mazda USA, que en declaraciones a Green Car Reports, ha apuntado al problema que se generaría al ir a autonomías enormes, con baterías gigantescas. «No creo que eso sea sostenible«, apuntaba. Unos comentarios que han generado mucha polémica, y aunque el público quiere coches eléctricos con unos 500 kilómetros de autonomía, el CEO de Mazda no lo ve como algo sostenible en el futuro.
Sus palabras apuntan a que Mazda no considera el camino adecuado dotar a sus vehículos de inmensas baterías que eleven sensiblemente el peso del vehículo. En estos momentos, los vehículos con baterías de mayor capacidad están superando fácilmente los dos mil kilogramos de peso. Según Mazda, contar con un coche eléctrico que esconda baterías con semejante capacidad es un derroche energético, pues sólo podrán sacarle partido unos pocos y, la mayoría, en ocasiones contadas durante el año.
Y quizás estén en lo cierto, ya que tener una gran cantidad de coches eléctricos con enormes (y pesadas) baterías circulando por la ciudad no parece tan inteligente si realmente se piensa en la distancia promedia que recorremos a diario con nuestros vehículos. A todo esto podríamos sumar que no hay litio para tanto coche eléctrico. A este ritmo faltan centenares de minas de tierras raras en el mundo. Según lun estudio de Benchmark, se necesitarán 384 nuevas minas en los próximos diez años para poder satisfacer la demanda de la industria. De lo contrario, el coche eléctrico seguirá siendo el futuro durante varias décadas sin conseguir ser algún día el presente.
Y en España podríamos hablar de problemas asociados a otros factores que podrían explicar el por qué está siendo un auténtico fiasco la venta de coches eléctricos. A modo de ejemplo y reflexión sobre estos datos, podríamos hablar de la escasez de puntos de carga eléctrica (ocupamos el penúltimo puesto en Europa, solo por detrás de Grecia), la renta media per capita muy por debajo de otros países europeos y el disparatado precio de algunos coches eléctricos que los hacen inalcanzables para la mayoría de los potenciales compradores.
Si no se llega a abastecer la demanda de coches eléctricos y de baterías de grandes dimensiones, como ocurre en la actualidad, otras tecnologías empezarán a cobrar más sentido, como la pila de combustible de hidrógeno, que si bien necesita una batería no tiene que tener una gran capacidad. Puede incluso que los e-fuels, o combustibles sintéticos, terminen por hacerse un hueco en el automóvil y no sólo en el transporte aéreo. El debate está servido.