
Mientras el mundo se pelea por la autonomía de los coches eléctricos, hay una compañía hispano-estadounidense que está jugando en otra liga, en una donde la autonomía no se mide en horas, sino en días, semanas o, potencialmente, para siempre. La empresa Skydweller Aero acaba de completar un vuelo de prueba récord con su dron solar, el Skydweller, manteniéndolo en el aire durante más de tres días seguidos sin interrupción, sobrevolando la costa del Golfo de México.
No es un simple dron de juguete. Es una bestia de 72 metros de envergadura (más grande que un Boeing 747), diseñada para volar a más de 13 kilómetros de altitud y no tener que aterrizar jamás. Es el ‘santo grial’ de la aviación no tripulada, un prodigio de la ingeniería que, sin embargo, nos recuerda los dolorosos y millonarios fracasos de gigantes como Google y Facebook en este mismo campo.
La ‘chicha’ técnica: el corazón del Solar Impulse 2 en un cuerpo de ‘espía’
Para entender la brutalidad de este aparato, hay que mirar su ADN. El Skydweller no nace de la nada; es el heredero directo y mejorado del legendario Solar Impulse 2, el avión que en 2016 completó la primera vuelta al mundo usando únicamente energía solar.
- Dimensiones de infarto: Tiene una envergadura de 72 metros, pero gracias a su construcción en fibra de carbono, pesa solo 2.500 kilogramos, el equivalente a una simple camioneta Mercedes-Benz Vito.
- Vuelo ‘eterno’: Su objetivo es lograr un vuelo perpetuo. Durante el día, vuela a más de 13.000 metros de altura, donde sus miles de células solares no solo alimentan los motores, sino que cargan las baterías. Por la noche, desciende lentamente, usando la energía almacenada para mantenerse en el aire hasta el siguiente amanecer.
- Capacidad de carga ‘PRO’: A diferencia de otros drones solares, tiene una capacidad de carga útil de 400 kg. Esto le permite llevar equipamiento pesado y sofisticado, como el radar de vigilancia de última generación que la empresa francesa Thales le ha instalado recientemente.

El récord que lo cambia todo: 3 días que son solo el principio
El hito de esta semana es un salto cuántico. Tras un primer vuelo autónomo en abril de 2024 y varias pruebas que superaron las 22 horas, el Skydweller despegó del Aeropuerto Internacional Stennis en Mississippi el 20 de julio y no aterrizó hasta el 23 de julio. Más de tres días de vuelo ininterrumpido, demostrando una fiabilidad y una resistencia que lo convierten en el candidato perfecto para su principal misión: la vigilancia marítima de larga duración para el ejército estadounidense, que ha financiado parte del proyecto.
Imagina un satélite, pero que vuela a ‘baja’ altitud y que puedes mover a tu antojo. Es la herramienta de vigilancia definitiva: silenciosa, persistente y con un coste operativo ridículamente bajo. Un ‘Gran Hermano’ con alas solares.
El ‘cementerio’ de los drones solares: la advertencia de los expertos
Y aquí viene el jarro de agua fría, la bofetada de realidad que en Gurú Tecno siempre nos gusta dar. La historia de los drones solares está «llena de grandes expectativas y fracasos dolorosos», como advierte el investigador Arthur Holland Michel.
- El fracaso de Google: Intentaron desarrollar drones solares (Proyecto Titan) para ofrecer servicios de internet desde el cielo. Fracasaron y cancelaron el proyecto.
- El fracaso de Facebook: Lo mismo. Su proyecto Aquila, con el mismo objetivo, también acabó estrellado (literal y figuradamente) y abandonado.
- La lentitud de Airbus: El gigante aeroespacial europeo lleva años invirtiendo en su dron solar «Zephyr», pero los resultados significativos aún no han llegado.
El problema es que, aunque son tecnológicamente impresionantes, todavía no está claro si tienen un valor comercial sostenible en la práctica. Los ejércitos llevan una década financiando estas demos, pero ningún país los ha incorporado aún a un programa militar formal.
Conclusión Gurú Tecno: una proeza de la ingeniería en busca de un propósito real
El vuelo de tres días del Skydweller es una de las hazañas de la ingeniería más espectaculares del año. Demuestra que la promesa del vuelo solar perpetuo está más cerca que nunca. Es un prodigio tecnológico, un ‘zasca’ a los fracasos de los gigantes de Silicon Valley y la prueba del talento de un equipo hispano-estadounidense.
Sin embargo, el fantasma de la viabilidad comercial sigue planeando sobre él. La historia nos ha enseñado que ser tecnológicamente superior no siempre es suficiente para triunfar.
El Skydweller es un pájaro magnífico, una maravilla de la ingeniería que ya vuela más alto y durante más tiempo que ninguno de sus predecesores. Ahora solo le falta lo más difícil: demostrar que no es solo un capricho carísimo, sino una herramienta verdaderamente útil que alguien esté dispuesto a comprar en masa. La batalla contra la gravedad la ha ganado. Ahora empieza la guerra contra el mercado.
¿Crees que los drones solares son el futuro de la vigilancia? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.