
Durante 50 años, el Porsche 911 Turbo ha sido la vara de medir. El superdeportivo total. La máquina que era tan brutalmente rápida en un circuito como dócil para ir a comprar el pan. Un icono de la ingeniería alemana y del motor de combustión en su máxima expresión. Pues bien, prepárense, porque esa era está a punto de cambiar para siempre.
Porsche acaba de anunciar oficialmente la fecha de debut de su nuevo buque insignia, el 911 Turbo S de la generación 992.2. Será el próximo 7 de septiembre. Y la noticia que ha hecho temblar los cimientos de la industria es que, por primera vez en su historia, el rey será un híbrido.
Más potencia a cambio de más kilos: el pacto con el diablo
Que nadie se confunda. Esta no es una hibridación para ahorrar gasolina y conseguir la etiqueta ECO. Es una hibridación de rendimiento puro, al estilo de los hypercars como el 918 Spyder. El motor o los motores eléctricos no están ahí para la ecología; están para rellenar los huecos de par del motor de combustión y para ofrecer una aceleración aún más instantánea y violenta.

Pero esta potencia extra tiene un precio, y se paga en la báscula. La incorporación de una batería (que será de la especialista Varta) y de todo el sistema híbrido añadirá un peso considerable. Ya lo vimos en el nuevo 911 GTS, que engordó 47 kg. El sistema del Turbo S, que será mucho más potente, inevitablemente añadirá más lastre. Y en un 911, cada kilo cuenta. El mayor desafío para los ingenieros de Porsche no ha sido meter más potencia, ha sido que el coche no se sienta como un tanque.
Superando la perfección: ¿qué podemos esperar?
El 911 Turbo S saliente ya era una demencia. Su motor bóxer biturbo de 3.8 litros entregaba 640 CV y 800 Nm de par. Con la ayuda eléctrica, es muy probable que la nueva bestia se acerque o incluso supere la barrera de los 700 caballos, con un par motor que podría rozar los 1.000 Nm. Las cifras de aceleración, que ya eran de 2,7 segundos en el 0-100 km/h, podrían bajar a un territorio que hasta ahora era exclusivo de los hypercars de más de un millón de euros.

El fin de una era, el nacimiento de un monstruo
La electrificación del 911 Turbo S es un momento histórico, un punto de no retorno. Es el fin del superdeportivo purista de combustión tal y como lo conocemos. Es una decisión dolorosa para los más nostálgicos, pero es una adaptación necesaria y, probablemente, brillante. Porsche está utilizando la tecnología híbrida no como una rendición, sino como un arma para crear el 911 más rápido y tecnológicamente avanzado de la historia. El 7 de septiembre no solo veremos un coche nuevo. Veremos el nacimiento de un nuevo tipo de monstruo, uno que definirá la próxima década de los superdeportivos.
¿Crees que la hibridación es el futuro de los superdeportivos o una herejía? ¿Podrá el nuevo 911 Turbo S superar la magia del modelo de combustión? El debate está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.