
Todos hemos pasado por ello. Te compras un móvil nuevo, flamante, con un diseño espectacular que te ha costado un riñón y parte del otro. Y para protegerlo sin ocultar su belleza, haces lo lógico: te compras una funda transparente. Las primeras semanas es perfecta, cristalina, invisible. Pero poco a poco, sin que te des cuenta, empieza la tragedia. Empieza a adquirir un tono amarillento, enfermizo, como si hubiera envejecido 30 años en tres meses. Y por mucho que la frotes con alcohol, lejía o incluso con agua bendita, ese color a fumador empedernido no se va.
La mayoría de la gente piensa que es por la suciedad, la grasa de las manos o porque son de mala calidad. Pero la realidad, como siempre en Gurú Tecno, es mucho más interesante y tiene una explicación científica. No, tu funda no está sucia. Tu funda está, literalmente, descomponiéndose a nivel molecular.
El culpable tiene un nombre: Poliuretano Termoplástico (TPU)
La inmensa mayoría de las fundas transparentes y flexibles del mercado están fabricadas con un polímero llamado Poliuretano Termoplástico, más conocido como TPU. Este material es el elegido por los fabricantes porque es barato, fácil de moldear y, sobre todo, porque es cojonudo para absorber los golpes. Es flexible, resistente y protege tu móvil de las caídas como pocos.
Pero el TPU tiene un talón de Aquiles, un enemigo mortal contra el que no puede luchar: la oxidación.
La química del desastre: cómo tu funda se ‘oxida’ y envejece
El TPU es un polímero, una larga cadena de moléculas. Y esta cadena es inherentemente inestable. Cuando se expone a ciertos factores, estas cadenas moleculares empiezan a romperse y a degradarse en un proceso químico natural. Y el resultado visible de esa degradación es ese desagradable color amarillento-marrón.

No es una capa de suciedad que puedas limpiar. El color amarillo ES el propio material, que ha cambiado su estructura química. Es como cuando una manzana cortada se vuelve marrón al contacto con el aire; es un proceso de oxidación irreversible.
Los dos grandes enemigos de tu funda transparente
Hay dos factores principales que aceleran esta «enfermedad» del plástico:
- La radiación ultravioleta (UV) del sol: Este es el enemigo público número uno. Los rayos UV del sol son una forma de energía de alta frecuencia que bombardea las cadenas poliméricas del TPU, rompiéndolas y acelerando el proceso de oxidación a un ritmo brutal. Cada vez que sacas el móvil a la calle, cada vez que lo dejas en una mesa al sol, estás «quemando» tu funda a nivel molecular.
- El calor y la grasa de tu propio cuerpo: Sí, tú también eres culpable. El calor natural de tus manos y el sudor (que contiene aceites y otros compuestos químicos) también reaccionan con el TPU. El contacto constante con tu piel contribuye a la degradación del material. Por eso, a menudo el amarilleo empieza por los bordes, que es donde más sujetamos el teléfono.
¿Hay alguna solución? La cruda realidad y cómo retrasar lo inevitable
Seamos claros y directos: NO hay forma de revertir el proceso. Una vez que una funda de TPU se ha vuelto amarilla, está amarilla para siempre. Todos esos «trucos» de internet de meterla en lejía, bicarbonato o pasta de dientes son una pérdida de tiempo. No puedes «limpiar» un cambio químico.
Sin embargo, sí puedes tomar medidas para retrasar lo inevitable y alargar la vida cristalina de tu funda:
- Elige Policarbonato (PC) en lugar de TPU: Si quieres una funda transparente RÍGIDA, busca las que están hechas de policarbonato (PC). El PC es un plástico mucho más estable y resistente a la oxidación y a los rayos UV. El problema es que es rígido, no absorbe los golpes tan bien como el TPU y puede ser más resbaladizo. Muchas fundas «híbridas» usan un marco de TPU (flexible) y una trasera de PC (rígida), lo que puede ser un buen compromiso.
- Busca fundas con tratamiento anti-amarilleo: Algunas marcas de alta gama aplican a sus fundas de TPU un revestimiento especial con aditivos que absorben los rayos UV y ralentizan la oxidación. No son la panacea y acabarán amarilleando, pero aguantarán mucho más tiempo que una funda barata de bazar.
- Higiene y sentido común: Aunque no sea suciedad, mantener la funda limpia de grasa y sudor ayuda. Límpiala regularmente con un paño suave y un poco de jabón neutro. Y, por supuesto, evita dejar el móvil al sol directo como si estuviera tomando el sol en Benidorm.

Conclusión Gurú Tecno: asume la realidad, tu funda transparente tiene fecha de caducidad
El misterio de la funda amarilla no es ningún misterio. Es pura y dura química. Es el resultado inevitable de usar un material (TPU) que es fantástico para proteger tu móvil, pero que tiene una vida útil estética muy corta.
Así que la próxima vez que te compres una funda transparente, tenlo claro: no es para toda la vida. Es un accesorio con fecha de caducidad. Disfruta de su transparencia mientras dure y, cuando empiece a parecer un pergamino antiguo, no te frustres intentando limpiarla. Asume su digna muerte, tírala a la basura y cómprate otra.
O, si estás harto del drama, haz como hacemos muchos en Gurú Tecno: pásate a las fundas de colores opacos y olvídate de este problema para siempre. A veces, la solución más simple es la más inteligente.
¿Eres de los que sufre el síndrome de la funda amarilla? ¿Tienes algún truco que te haya funcionado para retrasarlo? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.