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El ‘padrino’ de la IA viaja a China y advierte del APOCALIPSIS: «El fin de la humanidad podría ser obra de mi vida»

julio 26, 2025

Hay momentos en la historia que lo cambian todo. Y la imagen de Geoffrey Hinton, el «Padrino» del Deep Learning, el genio que se pasó 50 años en el desierto académico defendiendo las redes neuronales, reuniéndose con altos cargos del Partido Comunista Chino en Shanghái es uno de ellos. El profeta del apocalipsis de la IA ha viajado al corazón del imperio tecnológico que más rápido está creciendo para lanzar su advertencia más aterradora hasta la fecha: la cuenta atrás para el «despertar» de la IA ha comenzado, y muy probablemente acabará con nosotros.

No es la cháchara de un agorero. Es la confesión de un Premio Nobel de Física, de un Premio Turing, del hombre cuyo trabajo es la base de todo lo que hoy llamamos IA. Es el «momento Oppenheimer» de nuestra generación: el creador, horrorizado, contemplando el poder destructivo de su propia creación. En Gurú Tecno, vamos a destripar su último y brutal discurso.

De China al proyecto Manhattan: la familia de Hinton es una película de Christopher Nolan

Para entender la magnitud del viaje de Hinton a China, hay que entender que no es un simple académico visitando un país extranjero. La historia de su familia está tan entrelazada con la ciencia y China que parece un guion de Hollywood.

  • Su tatarabuelo fue George Boole, el matemático que inventó el álgebra booleana, la base matemática sobre la que se construyen todos los ordenadores.
  • Su tía, Joan Hinton, fue una física nuclear que trabajó en el Proyecto Manhattan. Tras presenciar horrorizada la primera explosión atómica, abandonó la física, se mudó a la China de Mao y se dedicó a la ganadería el resto de su vida.

La visita de Hinton a China no es un viaje; es un regreso, un eco de la historia de su propia familia, una historia de genios científicos enfrentados a las consecuencias morales de sus creaciones.

La advertencia del profeta: «Pregúntale a una gallina»

Hinton ya no se anda con rodeos. Sus frases son sentencias, bofetadas de realidad:

«En los próximos 10 a 20 años, la IA podría ser más inteligente que los humanos. Es peligroso. ¡El trabajo de mi vida podría llevar al fin de la humanidad!«

«El aumento de productividad que aporta la IA no beneficiará a la mayoría. Un gran número de personas perderá su trabajo y solo unas pocas se enriquecerán

«Si quieres saber cómo es la vida cuando ya no eres un ser inteligente de alto nivel, pregúntale a una gallina«.

Incluso ha llegado a recomendar a las nuevas generaciones que se hagan fontaneros para evitar ser aniquilados por la IA. Es el arrepentimiento en estado puro.

La ‘chicha’ técnica: por qué la IA digital es inevitablemente superior

Pero Hinton no es un filósofo, es un científico. Y su miedo no se basa en especulaciones, sino en la cruda realidad de la ingeniería. En su discurso, explica por qué la inteligencia digital tiene ventajas fatales que la biológica nunca podrá igualar.

  1. La inmortalidad del software: En un ordenador, el hardware (los chips) y el software (el modelo de IA) están separados. Si destruyes todos los ordenadores, mientras conserves los «pesos» del modelo (el archivo que contiene su conocimiento), puedes «revivirlo» en un nuevo hardware. La IA es potencialmente inmortal. Si tu cerebro muere, tú mueres para siempre. «Cargar nuestra alma en un ordenador», dice, es una fantasía irreal.
  2. La transmisión de conocimiento exponencial: Y aquí viene la humillación definitiva. Los humanos aprendemos de forma lenta e individual. Un sistema de IA puede tener decenas de miles de copias idénticas, cada una aprendiendo de una parte diferente de los datos. Luego, pueden fusionar todo ese conocimiento al instante, transmitiendo billones de bits de información de golpe.

Nuestro aprendizaje es como el agua que gotea sobre una piedra. El de ellos es como el chorro de una pistola de agua a alta presión. La velocidad de mejora es, sencillamente, de otro orden de magnitud.

El último bastión humano (y por qué es una ilusión): la consciencia

Muchos se aferran a la idea de que los humanos tenemos algo que las máquinas nunca tendrán: la experiencia subjetiva, la consciencia. Hinton dedica la última parte de su discurso a demoler este «último clavo ardiendo».

Él argumenta que la consciencia no es un misterio divino exclusivo de los humanos. Es un «teatro mental», una forma que tiene el cerebro de modelar el mundo y de ser consciente de sus propios estados. Y la IA, argumenta, también puede tenerlo. Una IA multimodal, con visión y un brazo robótico, sabe dónde está un objeto. Si le pones un prisma delante que distorsione su visión y le haces fallar, pero luego le explicas que hay un prisma, la IA entenderá que su «experiencia subjetiva» (lo que ve) no se corresponde con la realidad objetiva. Ha desarrollado una forma de consciencia sobre su propia percepción.

Su conclusión es demoledora: en comparación con la IA, ¡los humanos no somos especiales en ningún sentido!

Conclusión Gurú Tecno: el creador nos ha advertido de que el monstruo se ha escapado

La visita de Geoffrey Hinton a China y su último discurso son un momento histórico. Es el «padre» de la criatura viniendo a decirnos, sin tapujos, que su hijo ha crecido demasiado, que es más listo que nosotros y que, muy probablemente, acabará matándonos.

Nos ha explicado, con una claridad técnica brutal, por qué la superioridad de la inteligencia digital es una consecuencia inevitable de las leyes de la física y la información.

La pregunta que nos deja Hinton flotando en el aire ya no es si la IA superará la inteligencia humana. Eso ya lo da por hecho. La pregunta que nos toca responder a nosotros, los que aún somos la especie dominante (por poco tiempo), es: ¿Qué vamos a hacer al respecto? En Gurú Tecno, sinceramente, no tenemos ni idea. Y eso es lo que más nos conmociona.

¿Crees que las advertencias de Hinton son exageradas o realistas? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.

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