
Si creías que la relación entre OpenAI (los papás de ChatGPT) y Microsoft (el gigante que les ha soltado una millonada) era un camino de rosas y unicornios de silicio, prepárate para el drama. Según informa el prestigioso Financial Times, estos dos tortolitos tecnológicos están renegociando a cara de perro los términos de su multimillonaria alianza.
¿El objetivo de OpenAI? Nada menos que cambiar su estructura para convertirse en una «corporación benéfica con ánimo de lucro» (una especie de oxímoron corporativo) y, atención, poner la mira en una posible salida a bolsa (IPO).
Pero claro, Microsoft, que ha invertido la friolera de más de 13.000 millones de dólares en la startup, no está dispuesta a que Sam Altman y los suyos se vayan de fiesta a Wall Street sin que Redmond saque tajada y asegure su futuro. ¡Esto se pone interesante!
Los sueños húmedos de OpenAI: forrarse en bolsa «por el bien de la humanidad«
OpenAI quiere cambiar su compleja estructura actual para poder, algún día, cotizar en bolsa. La idea de la «corporación benéfica con ánimo de lucro» es la figura legal que buscarían para, supuestamente, seguir persiguiendo su misión de desarrollar una IA que beneficie a todos, pero, ejem, pudiendo generar beneficios sustanciales por el camino. Ya sabes, la filantropía siempre es más fácil con los bolsillos llenos.

Recordemos que hace poco OpenAI tuvo que recular en sus planes de quitarle poder a su brazo sin ánimo de lucro original, en parte, según Bloomberg, porque Microsoft puso el freno, temiendo perder el control sobre su jugosa inversión.
Microsoft contraataca: «Te dejo ser rico, pero mi IA primero (y hasta 2030… y más allá)«
Satya Nadella y su equipo no son tontos. Saben que tienen a la gallina de los huevos de oro (o al menos, al granjero que la cuida). Según el FT, Microsoft estaría dispuesta a reducir su participación en esa nueva entidad «benéfica-lucrativa» de OpenAI. Un gesto de buena voluntad, ¿verdad? ¡Pues no tan rápido!
A cambio de aflojar un poco la correa accionarial, Microsoft quiere asegurarse el acceso prioritario y continuado a las nuevas tecnologías de OpenAI MÁS ALLÁ DE 2030, que es cuando caduca su actual acuerdo de exclusividad. Básicamente, quieren barra libre de los próximos GPT-5, 6, 7… y lo que venga, para integrarlo en sus productos y, sobre todo, para que su propio Copilot no se quede en un quiero y no puedo (la fuente original sugiere que Copilot no está dando los resultados esperados y depende mucho de la tecnología de OpenAI).
La tensión acumulada: quejas, «arrogancia» y lucha por el poder (y los chips)
Esta renegociación no surge de la nada. La relación ha tenido sus más y sus menos:
- OpenAI se ha quejado de que la infraestructura de Azure (Microsoft) no les daba suficiente potencia de cómputo para sus modelos más ambiciosos. ¡Más chips, queremos más chips!
- El nombramiento de Mustafá Suleyman (ex DeepMind) como jefe de la división de IA de consumo de Microsoft (Microsoft AI) tampoco sentó de maravilla en OpenAI.
- Y, según el FT, en Microsoft no gusta un pelo ciertas actitudes de OpenAI que consideran «arrogantes»: como pedirles ingentes cantidades de dinero y potencia de cálculo sin permitirles tener voz ni voto en cómo se usa esa inversión. «Págame la fiesta, pero no opines sobre la música», vendría a ser.
¿Y ahora qué? El camino a Wall Street pasa (sí o sí) por Redmond
Para que OpenAI cumpla su sueño de salir a bolsa y que Sam Altman pueda, quizás, comprarse otra isla, primero tienen que pasar por el aro de Microsoft. La reestructuración de la compañía y la definición de este nuevo acuerdo son pasos cruciales.
Las preguntas están en el aire: ¿Hasta dónde está dispuesta a ceder OpenAI en términos de control y acceso a su tecnología a cambio de la bendición de Microsoft para su IPO? ¿Conseguirá Microsoft blindar su acceso futuro a la IA más puntera del planeta sin ahogar a la startup que tanto necesita?
Conclusión: telenovela IA de alto voltaje
Lo que está claro es que la alianza OpenAI-Microsoft es demasiado grande y estratégica como para romperse a las primeras de cambio, pero también demasiado tensa como para seguir igual. La IA es el futuro, sí, pero también es un negocio brutalmente caro y competitivo donde los intereses chocan.
OpenAI quiere volar más alto (y más rico) en el parqué bursátil, pero Microsoft tiene bien agarrados los hilos de la cometa y no los va a soltar fácilmente. ¿Acabará esto en un acuerdo de conveniencia, en una rendición o en una guerra de desgaste? En Gurú Tecno estaremos con las palomitas para contarte los próximos capítulos de este culebrón tecnológico.
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