
¡Atención, Gurú Tecno Army! El fantasma de la burbuja «puntocom» sobrevuela el mercado de la Inteligencia Artificial, y los agoreros no dejan de advertirnos sobre un posible batacazo. Pero, ¿qué pasa si os decimos que, según el todopoderoso Goldman Sachs, la fiesta de la IA no solo no es una burbuja, sino que ¡apenas está comenzando!? Analizamos la visión de Wall Street sobre la tecnología que está redefiniendo nuestro mundo.
Los analistas del gigante financiero han soltado un informe que contradice a muchos escépticos. Su argumento principal es que las inversiones actuales en infraestructura de IA son pequeñas comparadas con el potencial económico que esta tecnología puede desatar. «El sustancial valor económico que promete la IA generativa justifica las inversiones actuales«, afirman. En otras palabras, Gurús: estamos rascando la superficie.
¿Por qué Goldman Sachs no ve una burbuja? Dos razones de peso
- Eficiencia de producción brutal: Las aplicaciones de IA ya están mejorando significativamente la eficiencia en las áreas donde se implementan. ¡Menos coste, más beneficio!
- Necesidad de poder de cómputo masivo: Para liberar todo ese potencial, se requiere una inversión gigantesca en infraestructura.
Goldman Sachs tira de números (y no pequeños): estiman que la IA generará 20 billones de dólares adicionales a la economía estadounidense a largo plazo (de los cuales, 8 billones irán directos a las empresas como ingresos de capital). ¡Es como añadir otra Alemania o Japón a la economía global! Además, pronostican que la productividad laboral en EE.UU. podría aumentar un 15% en la próxima década gracias a la IA.
¿Gasto récord vs. revoluciones pasadas? La IA aún es un bebé
A pesar de que estamos viendo un gasto sin precedentes en chips, servidores y centros de datos, Goldman Sachs insiste: la inversión actual en IA sigue siendo limitada si la comparamos con otras revoluciones tecnológicas. Citan ejemplos como la expansión de los ferrocarriles, la electrificación de los años 20 o la burbuja puntocom, donde la inversión llegó a ser entre el 2% y el 5% del PIB. Hoy, la inversión en IA en EE. UU. es menos del 1% del PIB. Los 300.000 millones de dólares proyectados para 2025 les parecen «razonables» dado el retorno potencial.

El «pero» de Goldman Sachs: ¿Quién se llevará el pastel de la IA?
Pero no todo es optimismo desmedido. Los analistas de Goldman Sachs también reconocen «preocupaciones razonables». La principal: ¿las empresas que invierten más ahora serán las que obtengan los mayores beneficios al final? La historia nos ha enseñado que ser pionero no siempre garantiza el éxito. A veces, los rezagados que compran activos baratos tras un «boom» inicial son los que ganan más.
«La estructura actual del mercado de IA no está clara, lo que hace incierto si las empresas líderes de IA actuales surgirán como ganadoras a largo plazo«, afirman. Señalan que la ventaja de ser pionero disminuye en períodos de rápido cambio tecnológico y que muchas empresas están cubriendo sus riesgos usando múltiples modelos de IA, diluyendo la ventaja de un único gigante.
En resumen, Goldman Sachs nos dice: la IA no es una burbuja, es una ola gigantesca que está empezando a formarse. La inversión actual es sólida y justificada por el inmenso valor que promete. La gran incógnita es: ¿quiénes serán los verdaderos tiburones de este nuevo océano tecnológico? La carrera acaba de empezar, Gurús, y estaremos aquí para contároslo todo.
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