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Gurú Tecno
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Nvidia cambia el juego: fabricará sus chips y superordenadores de IA (Blackwell) en EE.UU. por primera vez. ¿Menos dependencia de Asia?

abril 15, 2025

Nvidia. El nombre que es sinónimo de Inteligencia Artificial hoy en día, el gigante que domina el mercado de las GPUs que mueven ChatGPT y compañía. Pero hasta ahora, esa dominancia se ha construido sobre una base manufacturera situada mayoritariamente en Asia, con TSMC en Taiwán como socio clave. Pues bien, eso está a punto de cambiar.

Nvidia ha soltado la bomba informativa, confirmada por múltiples medios como Associated Press, Bloomberg o PYMNTS.com: fabricará sus chips de IA más avanzados (como la arquitectura Blackwell) y superordenadores completos de IA en Estados Unidos por primera vez. Un movimiento tectónico en el tablero geopolítico y tecnológico global. ¿Qué implica esto realmente? ¿Es el principio del fin de la dependencia de Asia? ¡Lo analizamos!

Los detalles del anuncio: ¿qué, dónde, cuándo y con quién?

Y que nadie se confunda, no estamos hablando de fabricar aquí las GeForce de andar por casa. El anuncio de Nvidia es de palabras mayores: traerán a Estados Unidos la producción de sus chips de Inteligencia Artificial de más alto rendimiento, mencionando específicamente la potentísima arquitectura Blackwell, y no solo eso, sino también el ensamblaje de sistemas de supercomputación de IA completos. En cuanto a la ubicación, aunque Nvidia no ha detallado todas las localizaciones, las informaciones apuntan a estados clave que ya son polos de atracción para la industria de semiconductores, como Arizona, donde su socio TSMC ya está levantando una megafábrica, y Texas.

Este ambicioso plan de producción estadounidense no es para mañana, pero tampoco para un futuro lejano: Nvidia espera ponerlo en marcha dentro de los próximos 12 a 15 meses, lo que significa que podríamos empezar a ver resultados tangibles ya en 2026. Para llevar a cabo esta monumental tarea, Nvidia no estará sola; se apoyará en socios estratégicos que también están reforzando su presencia en suelo estadounidense, como TSMC (el gigante taiwanés de la fabricación de obleas), Foxconn (experto en ensamblaje) y Amkor Technology (clave en encapsulado y testing), en un claro esfuerzo de ecosistema.

Respecto a la inversión necesaria, algunas fuentes han mencionado cifras astronómicas que rondan los 500.000 millones de dólares, aunque conviene tomar esta cifra con pinzas, ya que necesita más contexto o verificación y podría referirse a la inversión total del ecosistema a lo largo de muchos años; más allá del número exacto, lo realmente relevante es la magnitud de la decisión estratégica de Nvidia.

¿Por qué ahora? Las claves del movimiento «Made in USA»

Este giro de Nvidia no es casual. Responde a una confluencia de factores clave:

  1. Demanda salvaje de IA: La necesidad de chips de IA es insaciable. Nvidia necesita diversificar y aumentar su capacidad de producción donde sea para no perder comba.
  2. Política y subvenciones (¡Hola, CHIPS Act!): El gobierno de EEUU lleva tiempo presionando (con zanahorias como los miles de millones de la CHIPS Act y palos como los aranceles) para que la fabricación avanzada de semiconductores vuelva a suelo estadounidense. Nvidia se sube a ese carro (y a esas ayudas).
  3. Guerra fría tecnológica y Taiwán: La enorme dependencia de TSMC en Taiwán es un riesgo geopolítico gigante (tensiones con China). Fabricar en EEUU da resiliencia a la cadena de suministro y asegura el suministro para clientes norteamericanos críticos (gobierno, cloud…).
  4. Cercanía a clientes: Los grandes compradores de IA (Google, Meta, Microsoft, Amazon…) están en EEUU. Tener producción más cerca agiliza la logística.

El impacto: ¿Adiós dependencia Asiática? ¿GPUs más baratas?

Las consecuencias de este movimiento de Nvidia son enormes y van mucho más allá de la propia empresa. En el plano geopolítico, supone un paso importante para reducir la dependencia occidental de la fabricación asiática en el sector tecnológico más crítico del siglo XXI, anotando un tanto para Estados Unidos en la compleja guerra fría tecnológica con China. Además, diversificar la producción hacia EEUU fortalece la cadena de suministro, haciéndola más segura y robusta, al menos para el mercado americano, y menos vulnerable a posibles eventos disruptivos en Taiwán, como terremotos, sequías o tensiones políticas que podrían paralizar la producción global.

Sin embargo, la pregunta del millón para el consumidor es si todo esto se traducirá en una bajada de precios para las tarjetas gráficas o los servicios de IA que dependen de estos chips. Siendo realistas, y conociendo cómo opera Nvidia y el mercado actual, no deberíamos esperar milagros a corto plazo; fabricar en Estados Unidos, al menos inicialmente, suele implicar costes más elevados que en Asia, y la demanda salvaje de chips de IA sigue por las nubes, lo que da a Nvidia poco incentivo para reducir sus márgenes de beneficio. Por tanto, aunque una bajada directa y significativa de precios parece difícil por ahora, el beneficio más tangible para el usuario final probablemente sea la mayor estabilidad de precios a largo plazo y, sobre todo, la posibilidad de evitar futuras subidas brutales que sí podrían darse si la dependencia de Asia continuase sin cambios ante nuevas crisis geopolíticas o arancelarias. Asegurar un mejor stock y disponibilidad, gracias a esta mayor resiliencia, también sería una consecuencia positiva que podríamos notar.

Nvidia apuesta por América (y por asegurar su dominio)

El anuncio de Nvidia de hoy es mucho más que una simple nota de prensa. Es una declaración estratégica potentísima impulsada por la demanda imparable de IA, la geopolítica y los incentivos gubernamentales. Nvidia no solo quiere seguir dominando el mercado de la IA, sino que quiere hacerlo asegurando su producción en casa, reduciendo riesgos y alineándose con los intereses de EEUU.

Aunque es poco probable que veamos una bajada inmediata en el precio de nuestra próxima RTX por esto, es un movimiento crucial para la estabilidad futura del suministro y para el equilibrio tecnológico global. Eso sí, los retos logísticos, de costes y de personal cualificado para fabricar estos chips tan avanzados en EEUU son enormes. Veremos si cumplen los plazos.

¿Qué opinas de esta decisión de Nvidia? ¿Crees que es el camino correcto? ¿Veremos a más gigantes tech seguir sus pasos? ¿Cambiará algo para el consumidor final? ¡Deja tu análisis en los comentarios!

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