
En los despachos de Redmond deben estar sudando tinta. Acaba de saltar la noticia, gracias a una filtración de Bloomberg, de que Microsoft y OpenAI se encuentran en negociaciones avanzadas y secretas para reescribir su acuerdo de colaboración. Y no, no es una simple revisión de precios. Es un movimiento a la desesperada de Microsoft para desactivar una ‘cláusula del apocalipsis’ que se esconde en su contrato actual, una bomba de relojería que podría dejarles tecnológicamente obsoletos y fuera de juego en el preciso instante en que la IA de OpenAI se vuelva verdaderamente revolucionaria.
Es una de las mayores cagadas contractuales de la historia reciente de la tecnología, y ahora Satya Nadella está intentando arreglarla antes de que sea demasiado tarde.
La ‘Cláusula del Apocalipsis’: el día que la IAG llegue, Microsoft se queda sin juguetes
Aquí está la «chicha» del asunto. En su afán por asegurarse el acceso a la tecnología de OpenAI, Microsoft firmó un contrato que incluía una cláusula demencial:
- El acuerdo establece que Microsoft perdería el derecho a utilizar parte de la tecnología más avanzada de OpenAI una vez que la compañía logre la Inteligencia Artificial General (IAG), es decir, una IA que supere la inteligencia humana.
La ironía es tan deliciosa que duele. Microsoft ha invertido miles de millones de dólares para subirse a la ola de la IA, sin leer la letra pequeña que decía que, en cuanto la ola se convirtiera en el tsunami que todos esperan, los echarían de la tabla de surf. Es una chapuza estratégica de proporciones bíblicas.
La renegociación a la desesperada: ¿Cuánto cuesta el acceso al ‘Dios’ digital?
Ahora, con la IAG más cerca que nunca, en Microsoft han entrado en pánico. Las negociaciones actuales buscan eliminar esa cláusula y garantizar el acceso continuo de Microsoft a los modelos y tecnologías más recientes de OpenAI, incluso después de que alcancen la IAG.
Pero ahora, la sartén por el mango la tiene Sam Altman.
- La posición de OpenAI: Saben que el futuro de Windows, de Office, de Azure y de todo el puto imperio de Microsoft depende de su tecnología. Tienen la llave del futuro, y no la van a entregar gratis.
- La posición de Microsoft: Tienen el dinero, y OpenAI necesita su aprobación para completar su transición a una empresa con ánimo de lucro. Pero están negociando desde una posición de debilidad y desesperación.
Sam Altman tiene a Satya Nadella cogido por donde más duele. El mensaje es claro: ‘¿Quieres seguir jugando con mi IA cuando sea un dios? Perfecto. Pero vamos a tener que renegociar el precio del cielo’.
El fantasma de Elon Musk y la hipocresía de la ‘Misión Original’
Y para añadir más leña al fuego, toda esta negociación sobre cómo repartirse los futuros beneficios de la IAG ocurre mientras OpenAI se enfrenta a una demanda de su cofundador, Elon Musk. Musk les acusa, precisamente, de haber traicionado su misión fundacional de desarrollar una IA para el beneficio de la humanidad y haberse convertido en una máquina de hacer dinero a la sombra de Microsoft. La hipocresía es deliciosa.

Conclusión Gurú Tecno: el precio de no leer la letra pequeña
Esta negociación secreta es uno de los eventos más importantes de la historia reciente de la tecnología. Definirá la relación entre el gigante del software y el laboratorio de IA más avanzado del planeta para la próxima década.
Es una partida de póker de altísimo nivel donde Microsoft juega con el miedo a la irrelevancia y OpenAI juega con la promesa de un futuro casi divino.
Microsoft firmó un pacto con el diablo para no quedarse atrás en la carrera de la IA. Y ahora, se han dado cuenta de que el diablo está a punto de cobrar su precio con intereses. Lo que salga de esta negociación no solo decidirá el futuro de Microsoft, sino que definirá quién será el verdadero dueño de la Inteligencia Artificial General cuando llegue. Hagan sus apuestas.
¿Crees que Microsoft logrará salirse con la suya? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.