
¡Que tiemblen los laboratorios y los premios Nobel! Meta, la empresa de Mark Zuckerberg que hasta ahora asociábamos más con tus fotos de vacaciones y los bailes virales, acaba de dar un golpe sobre la mesa que podría revolucionar la investigación científica tal y como la conocemos. Olvídate por un momento de las gafas de realidad virtual y los avatares sin piernas: Meta AI ha anunciado el lanzamiento de una nueva y potentísima familia de modelos de Inteligencia Artificial llamada UMA (Universal Models for Atoms) y un monstruoso conjunto de datos moleculares bautizado como Open Molecules 2025 (OMol25).
¿El objetivo? Nada menos que acelerar el descubrimiento de nuevos materiales, fármacos y, potencialmente, encontrar soluciones a algunos de los problemas más complejos de la humanidad, como el cambio climático. Sí, has leído bien. Meta cambia (al menos por un día) el «Me Gusta» por el «Me Gusta la Ciencia Molecular Fundamental».
UMA y OMol25: la nueva dupla dinámica de Meta para jugar a ser Dios con los átomos
Vamos a desgranar qué demonios son estas nuevas herramientas que Meta ha puesto sobre la mesa (científica):
- UMA (Universal Models for Atoms): Imagina una IA entrenada no con gatitos de internet, sino con la friolera de 500 millones de estructuras atómicas en 3D, lo que suma más de 30.000 millones de átomos. Los modelos UMA son una especie de «traductores universales» del mundo atómico, capaces de comprender cómo se comportan las moléculas, cómo interactúan y cómo se mueven a un nivel que antes solo estaba al alcance de superordenadores y mentes privilegiadas.
- OMol25 (Open Molecules 2025): Esta es la «gasolina» que alimenta a UMA. Un conjunto de datos de química computacional descrito por Meta como uno de los más extensos y diversos jamás creados. Para que te hagas una idea de la brutalidad: su generación requirió más de 6.000 MILLONES de horas de cómputo para realizar 100 millones de cálculos cuánticos sobre interacciones entre átomos y moléculas. Es como la «Wikipedia de las Interacciones Atómicas», co-creada con instituciones como el Berkeley Lab.
¿Y esto para qué demonios sirve, Zuckerberg? Las promesas científicas (que no son pocas)
La ambición de Meta con UMA y OMol25 es, cuanto menos, sideral. Estas herramientas podrían:
- Diseñar nuevos materiales a la carta: Desde materiales ultraligeros y superresistentes para la industria aeroespacial, hasta compuestos que capturen CO2 de la atmósfera de forma eficiente o revolucionen el almacenamiento de energía en baterías.
- Descubrir fármacos en tiempo récord: Acelerar la identificación de nuevas moléculas con potencial terapéutico, prediciendo cómo interactuarán con las proteínas del cuerpo humano y reduciendo drásticamente los ciclos de prueba y error.
- Revolucionar la industria química: Optimizar catalizadores, diseñar nuevos polímeros, entender reacciones complejas…
- Acortar los tiempos de I+D: Lo que antes llevaba años de experimentación en laboratorios, ahora podría simularse y predecirse con una precisión «sin precedentes» en cuestión de horas o días, según Meta. «Imagina diseñar el material perfecto para el chasis de tu próximo coche o la molécula que neutralice un virus, todo ‘jugando’ con esta IA».

La «salsa secreta» de UMA: más capacidad, misma velocidad y (supuestamente) mejor que los especialistas
El equipo de Investigación Fundamental de IA (FAIR) de Meta asegura que los modelos UMA utilizan una arquitectura única que les permite aumentar su capacidad de comprensión y predicción sin que su velocidad se resienta (algo crucial cuando manejas datos a esta escala).
Además, presumen de que, en las primeras evaluaciones, estos modelos UMA «generalistas» han demostrado ser capaces de funcionar de manera similar o incluso mejor que otras IAs altamente especializadas y entrenadas para tareas moleculares muy concretas. Un «fontanero atómico» que lo mismo te arregla un grifo que te diseña una central nuclear.
Acceso «gratis» en Hugging Face… Pero Meta quiere conocer tu árbol genealógico (casi)
La buena noticia es que Meta, en un gesto hacia la comunidad científica, ha liberado tanto los modelos UMA como el dataset OMol25 de forma pública a través de la popular plataforma Hugging Face.
La «letra pequeña» (porque siempre hay una) es que, aunque el acceso es gratuito, para descargar estos tesoros científicos Meta te pide que te identifiques con tu nombre completo, fecha de nacimiento y organización a la que perteneces. «Meta te abre las puertas de su laboratorio atómico virtual, sí, pero primero quiere tu carnet de identidad y una foto de tu abuela. Nada es 100% ‘gratis’ en el imperio de Zuck, ni siquiera la posibilidad de curar el cáncer.»
Conclusión Gurú Tecno: Meta se viste de Nobel (¿O de genio del marketing científico?)
Este es, sin duda, un movimiento estratégico y tecnológicamente impresionante por parte de Meta. Se suma con fuerza a la carrera de gigantes como Google (con DeepMind y sus avances en plegamiento de proteínas o fusión nuclear) por utilizar la Inteligencia Artificial para resolver algunos de los mayores desafíos científicos de nuestro tiempo.
El potencial de UMA y OMol25 para acelerar descubrimientos es innegable. Ahora, la pelota está en el tejado de la comunidad científica mundial, que tendrá que coger estas herramientas, exprimirlas y demostrar si realmente pueden convertirse en el catalizador de una nueva era de avances en materiales, medicina e industria.
La pregunta del millón, como siempre con estas Big Tech metidas a filántropos científicos es: ¿Cuánto hay de altruismo puro y cuánto de estrategia a largo plazo para posicionarse en los futuros (y multimillonarios) mercados del descubrimiento científico asistido por IA? Probablemente, un sabroso cóctel de ambas cosas.
Desde Gurú Tecno seguiremos de cerca cómo evoluciona esta iniciativa. ¿Crees que la IA de Meta cambiará el mundo o es más humo del bueno? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguirnos en YouTube, Instagram y Facebook.