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Lamborghini desafía la era eléctrica: “Seguiremos con motores de combustión al menos diez años más”

octubre 22, 2025

Stephan Winkelmann, el carismático CEO de Lamborghini, ha lanzado una bomba que retumba en todo el sector del automóvil: “Nuestros clientes todavía quieren sonido y emoción”. Traducción libre: los V12 no se apagan todavía.

En una entrevista con la BBC, Winkelmann confirmó que Lamborghini no abandonará los motores de combustión interna al menos durante la próxima década. Y aunque suene a herejía en tiempos de electrificación obligatoria, el argumento tiene lógica… italiana.

El entusiasmo por los vehículos eléctricos está disminuyendo”, afirmó el CEO, señalando que los híbridos siguen siendo el punto dulce entre la emoción y la sostenibilidad.

El rugido no muere (todavía)

Lamborghini mantiene en su alineación tres modelos principales:

  • Revuelto y Temerario — superdeportivos híbridos enchufables que combinan músculo térmico y potencia eléctrica. Sí, pueden rodar en modo 100 % eléctrico… pero apenas unos kilómetros. Lo justo para salir del garaje sin despertar al vecindario.
  • Urus — el SUV que representa más de la mitad de las ventas de la marca. Disponible con motor de gasolina tradicional o versión híbrida enchufable.

A esto se suma el Fenomeno, un unicornio de edición limitada (solo 30 unidades) con una velocidad máxima superior a 215 mph (345 km/h). Un monstruo que resume la filosofía de Sant’Agata: exceso en su forma más pura.

El eléctrico que no llega (y tal vez nunca lo haga)

Hace un par de años, Lamborghini prometió un Urus totalmente eléctrico para 2029. Pero, sorpresa: el plan ha sido archivado hasta 2035. También estaba sobre la mesa el Lanzador, un GT 100 % eléctrico, pero el proyecto pende de un hilo. Winkelmann decidirá el mes que viene si el modelo seguirá siendo eléctrico o pasará a ser híbrido.

“El ruido es parte del alma”

Para Winkelmann, mantener los motores de combustión diez años más es la clave del éxito de la compañía. Según él, los clientes no buscan silencio ni pantallas gigantes: buscan vibración, olor a gasolina y una banda sonora a 9.000 rpm.

Y aunque reconoce que Lamborghini tiene un compromiso con la reducción de emisiones, también recuerda una verdad incómoda: “En un mundo que produce 80 millones de coches al año, nosotros solo vendemos 10.000. Nuestro impacto en el CO? no es significativo”.

Opinión Gurú Tecno: el rugido que desafía la dictadura del silencio eléctrico

Lamborghini no se pliega ante la moda eléctrica. Mientras muchas marcas europeas se arrodillan ante Bruselas y sus normativas de emisiones —sacrificando carácter en nombre de la sostenibilidad—, los de Sant’Agata sacan el dedo del medio con un V12 rugiendo a 9.000 rpm.

Sí, el futuro es eléctrico… pero también es aburrido, predecible y homogéneo. Coches que aceleran como un videojuego, sin alma, sin vibración, sin historia. Lamborghini, en cambio, apuesta por lo que mejor sabe hacer: convertir la física en una experiencia sensorial extrema. No buscan solo cifras de potencia o autonomía: buscan piel de gallina, resonancia mecánica y drama visual. Algo que ningún eléctrico con zumbido de dron podrá replicar jamás.

Porque mientras la demanda de eléctricos cae un 20 % en Europa y las ventas se enfrían hasta en China, Lamborghini sigue vendiendo todo lo que fabrica. Sus clientes no quieren cargadores, quieren octanos, explosiones y una sinfonía metálica que te hace vibrar el esternón.

Y hay que reconocerlo: tienen razón. En una industria que parece más preocupada por parecerse a Tesla que por emocionarte, Lamborghini defiende la identidad mecánica con una honestidad brutal. Su mensaje es claro: no todo el mundo quiere conducir un electrodoméstico con ruedas.

Así que sí, los próximos diez años seguirán oliendo a gasolina, cuero y carbono caliente. Y cuando el resto del mundo esté peleando con baterías degradadas y chips limitadores, los ingenieros de Lamborghini seguirán afinando motores con tolerancias milimétricas, cigüeñales de precisión y sistemas híbridos que entregan 1.000 CV con alma y sin anestesia.

Esto no va de nostalgia, va de ingeniería aplicada al placer. Mientras otros optimizan algoritmos, Lamborghini perfecciona la combustión controlada, exprimiendo cada milisegundo de ignición, cada Newton metro, cada vibración. Porque al final, cuando se apagan las pantallas y se enciende el motor, solo importa una cosa: la conexión entre máquina y ser humano. Y eso, señores, todavía no se puede descargar en una actualización OTA.

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