
La guerra de los shooters en primera persona está a punto de vivir su batalla más sangrienta en años. Por un lado, tenemos al titán, al rey indiscutible de las ventas, Call of Duty: Black Ops 7, que según las últimas filtraciones, llegará el 14 de noviembre. Por otro, al aspirante, al monstruo tecnológico que busca recuperar el trono, Battlefield 6. Y la filosofía de ambos no podría ser más diferente.
Mientras que DICE y EA apuestan por la innovación y un salto técnico generacional con Battlefield 6, Activision Blizzard, con una arrogancia que solo se pueden permitir los líderes del mercado, presentará un Call of Duty que es, en esencia, más de lo mismo. Y lo peor es que, probablemente, volverán a arrasar en ventas.
Call of Duty: Black Ops 7, el ancla de la vieja generación
Seamos claros. Call of Duty: Black Ops 7 seguirá siendo un juego intergeneracional. Saldrá para PS5 y Xbox Series X|S, sí, pero también para las vetustas PS4 y Xbox One. ¿Qué significa esto? Que el juego, en su núcleo, estará lastrado por un hardware de 2013. No puede haber un salto revolucionario en la IA, en la física o en la escala de los mapas, porque tiene que poder funcionar en una consola con la potencia de una tostadora moderna.

Es la estrategia de Activision: maximizar las ventas a costa de sacrificar la innovación. Y lo más sangrante es que, según los rumores, no habrá versión para la Nintendo Switch 2, una consola que, a nivel de hardware, será superior a la PS4. Una decisión incomprensible que solo se puede explicar por acuerdos comerciales o, simplemente, por pereza. El precio, como siempre, será de 79,99 euros por la misma experiencia de siempre.
La arrogancia de Activision: «somos demasiado grandes para caer»
Activision no tiene miedo de Battlefield 6. Saben que el juego de EA y DICE va a ser un monstruo gráfico, que técnicamente estará a años luz de su Black Ops 7. Saben que Battlefield 6 es innovación y que su juego es continuismo. Pero les da igual.
Confían ciegamente en el poder de su marca. Saben que la saga Call of Duty lleva años estancada, sirviendo «el mismo plato recalentado» año tras año, y a pesar de todo, sus ventas siguen siendo estratosféricas. Creen que son demasiado grandes para caer.
La esperanza de un cambio
Este año, sin embargo, podría ser diferente. La expectación por Battlefield 6 es máxima, y su promesa de un verdadero salto generacional podría ser el revulsivo que la industria necesita. Podría ser el primer juego en años capaz de robarle una porción significativa del mercado a Call of Duty.
La batalla de este otoño no es solo una guerra entre dos videojuegos. Es una guerra entre dos filosofías: la innovación y el riesgo de Battlefield contra la comodidad y el continuismo de Call of Duty. Y de su resultado dependerá el futuro de los shooters para los próximos cinco años.
¿Crees que Call of Duty sigue siendo el rey o su fórmula ya está agotada? ¿Podrá la superioridad técnica de Battlefield 6 convencer a los fans de cambiar de bando? La guerra más grande del gaming está a punto de empezar. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.