
Seamos sinceros. Hasta ahora, el Google Pixel Watch ha sido un experimento. Un reloj con un diseño precioso, sí, pero lastrado por una autonomía de chiste y una sensación general de ser un producto a medio cocer, un intento tímido de competir en un mercado que Apple dominaba con puño de hierro. Era un «casi», una promesa. Pues bien, la era de las promesas ha terminado.
Google acaba de presentar el Pixel Watch 4, y lo que han puesto sobre la mesa no es una evolución, es una refundación. Es, como ellos mismos han dicho, «la renovación más profunda» de su reloj. Y las especificaciones lo confirman. Han cogido cada una de las críticas, cada una de las quejas de los usuarios, y las han aniquilado sistemáticamente con una inyección de ingeniería y ambición. Este ya no es un experimento. Es un asalto en toda regla al trono del Apple Watch.
La guerra contra el sol: una pantalla de 3.000 nits que es pura pornografía
Empecemos por donde más dolía: la pantalla. El nuevo Pixel Watch 4 monta un panel AMOLED de tipo LTPO que es una auténtica obra de arte, pero la cifra que lo cambia todo es el brillo. Es capaz de entregar picos de hasta 3.000 nits.
Para que entiendas la brutalidad de este dato: el Apple Watch Ultra, el reloj de 1.000 euros diseñado para verse en las condiciones más extremas, se mueve en cifras similares. El Pixel Watch 3 apenas llegaba a los 2.000 nits. Google ha metido el motor de un superdeportivo en su reloj estándar, creando una pantalla que podrás ver a la perfección a pleno sol en una playa en agosto, sin tener que hacer sombra con la mano. Es el fin de una de las mayores frustraciones de los smartwatches.

Y no se queda ahí. La tecnología LTPO (Óxido Policristalino de Baja Temperatura) permite que la tasa de refresco sea adaptativa, variando de forma inteligente entre 1Hz (cuando está en reposo) y 60Hz (cuando interactúas con él). ¿Traducción? Una fluidez espectacular cuando la necesitas y un ahorro de energía brutal cuando no. Además, han reducido el bisel en un 16%, logrando por fin un frontal «todo pantalla» que deja atrás el aspecto de prototipo de las generaciones anteriores.
El cerebro: un motor Qualcomm de nueva generación para una IA omnipresente
El corazón de la bestia es el nuevo procesador Qualcomm Snapdragon W5 Gen 2, acompañado de un coprocesador Cortex-M55 de ultra bajo consumo. Esta arquitectura de doble chip es la clave para lograr un equilibrio entre potencia y eficiencia. El chip principal de Qualcomm se encarga de mover el sistema operativo Wear OS 6.0 y las aplicaciones con una fluidez total, mientras que el coprocesador gestiona en segundo plano las tareas de bajo consumo, como la pantalla siempre encendida o la monitorización de los sensores, sin despertar al monstruo principal y sin desangrar la batería.
Acompañando a este cerebro, Google no ha escatimado en recursos: 2 GB de memoria RAM (una cifra muy generosa para un reloj) y 32 GB de almacenamiento flash eMMC, más que suficiente para instalar docenas de aplicaciones y descargar horas de música para escuchar sin conexión.
La batería: el pecado original, por fin perdonado
La autonomía ha sido, históricamente, el mayor pecado de la familia Pixel Watch. Un reloj que a duras penas llegaba al final del día era, sencillamente, inaceptable. Google ha hecho los deberes. El modelo de 45 mm incorpora una batería de 455 mAh, y el de 41 mm una de 325 mAh.
¿En qué se traduce esto? Según Google, el modelo grande alcanza las 40 horas de autonomía con un uso normal (con la pantalla siempre encendida), mientras que el pequeño llega a las 30 horas. Si activamos el modo de ahorro de energía, estas cifras se disparan hasta las 72 y 48 horas respectivamente. Sigue sin ser la autonomía de un Garmin, pero por fin entra en el terreno de lo usable, de lo que te permite pasar un fin de semana fuera sin tener que llevar el cargador a todas partes. Además, la carga rápida ha sido mejorada, un alivio para los más despistados.
El arsenal de sensores: un laboratorio médico en tu muñeca
Aquí es donde Google demuestra que la compra de Fitbit no fue un capricho. La dotación de sensores del Pixel Watch 4 es, sencillamente, la más ambiciosa del mercado. Además de los ya estándar (sensor óptico de frecuencia cardiaca, GPS, altímetro, etc.), incorpora un arsenal de tecnología de vanguardia:
- Sensor de saturación de oxígeno (SpO2): Para medir los niveles de oxígeno en sangre, un indicador clave de la salud respiratoria.
- Sensores eléctricos multipropósito: La tecnología que permite realizar un electrocardiograma (ECG) directamente desde la muñeca para detectar posibles irregularidades como la fibrilación auricular.
- Sensor de temperatura de la piel: Crucial para un análisis más preciso del sueño y del ciclo menstrual.
- Sensor de conductancia de la piel: Y aquí viene la joya de la corona heredada de Fitbit. Este sensor mide la actividad electrodérmica, los microcambios en la sudoración de tu piel, para cuantificar tu nivel de estrés a lo largo del día.
A todo esto, le suman una primicia: es el primer Pixel Watch con comunicaciones satelitales de emergencia, una función que te puede salvar la vida si tienes un accidente en una zona sin cobertura.
La sorpresa final: un reloj que SÍ se puede reparar
En un movimiento que es una bofetada a la cultura de «usar y tirar» de la industria tecnológica, Google ha anunciado que el Pixel Watch 4 es el primer smartwatch de la compañía diseñado para ser reparado. Tanto la pantalla como la batería podrán ser sustituidas de forma oficial, alargando la vida útil del dispositivo y reconociendo el derecho a reparar de los usuarios. Una decisión valiente y digna de aplauso.

Una ofensiva total con precios agresivos
El Pixel Watch 4 es el reloj que Google debería haber lanzado hace años. Es un producto maduro, potente, con una pantalla espectacular y un ecosistema de sensores de salud que, gracias a la herencia de Fitbit, es el más completo del mercado. Con un precio de partida de 399 euros para la versión de 41mm con WiFi, se posiciona como el rival más peligroso que ha tenido el Apple Watch en toda su historia. Google ya no es un aspirante. Es un contendiente.
¿Son estas mejoras suficientes para que el Pixel Watch 4 destrone por fin al Apple Watch? ¿Es la integración con la IA de Gemini la «killer app» que necesitaba? La guerra por el control de tu muñeca se va a poner más interesante que nunca. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.