
Seamos sinceros. En Europa y Estados Unidos, las gafas inteligentes siguen siendo un gadget de nicho. Un juguete para early adopters y frikis de la tecnología. Tuvimos el desastre de Google Glass, y ahora tenemos las Meta Ray-Ban, que son un éxito, sí, pero no una revolución de masas. Es un mercado que avanza a paso de tortuga, con la eterna promesa de las gafas de Apple en el horizonte.
Pues bien, mientras aquí seguimos debatiendo si son el futuro, en China ya están viviendo en él. Un nuevo y demoledor informe de la prestigiosa consultora IDC acaba de ponerle cifras a la tormenta: se espera que el mercado chino de gafas inteligentes crezca un 121,1% solo este año, alcanzando casi los 3 millones de unidades vendidas. No es una tendencia. Es una explosión.
La tormenta perfecta: ¿por qué ahora?
Según IDC, esta explosión no es casualidad. Es la «tormenta perfecta» creada por tres factores que han convergido de forma brutal:
- La tecnología ha madurado: Los avances en IA, en las baterías y en las micropantallas por fin permiten crear productos que son realmente útiles y no pesan un kilo ni te hacen parecer un cyborg.
- La demanda existe: Los consumidores chinos, tradicionalmente más abiertos a la nueva tecnología, están empezando a verles la utilidad más allá de sacar fotos, integrándolas en su día a día.
- El precio se ha derrumbado: Y aquí está la clave de todo. El precio medio ha caído en picado, pasando de costar «varios miles de yuanes» a rondar los mil yuanes (unos 130€). Han pasado de ser un artículo de lujo a ser un gadget asequible para las masas.
La guerra de los gigantes: Huawei y Xiaomi a la cabeza
Y, ¿quién se está llevando el pastel? De momento, los sospechosos habituales. Huawei y Xiaomi lideran las ventas en las grandes plataformas de comercio electrónico, aprovechando la fuerza de su marca y su ecosistema para dominar el mercado.

Pero la guerra no ha hecho más que empezar. Gigantes como Alibaba y ByteDance (los dueños de TikTok) ya están entrando en el mercado, lo que promete una batalla sangrienta por el control de la «pantalla» que llevaremos en la cara. Y a ellos se suman innovadores más pequeños como Lingban Technology y Dapeng VR.
Una lección para Occidente
Lo que está pasando en China es un aviso para navegantes para las empresas de Silicon Valley. Mientras Meta se centra en vender sus Ray-Ban y Apple sigue escondiendo sus supuestas gafas en un laboratorio, en China se ha creado un mercado masivo, vibrante y ultracompetitivo. Han entendido que el secreto no era crear un «iPhone para la cara», sino crear dispositivos útiles, especializados y, sobre todo, asequibles. Y lo han hecho a una velocidad de vértigo, con el apoyo de una cadena de suministro que puede producir millones de unidades en meses. El futuro de los wearables se está decidiendo ahora mismo en el mercado chino.
¿Crees que las gafas inteligentes son el futuro o una simple moda pasajera? ¿Llegará esta explosión del mercado a Europa y al resto del mundo? El debate sobre el próximo gran dispositivo tecnológico está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.