
Apple siempre ha presumido de poner la privacidad en el centro de su estrategia. Desde enfrentamientos con el FBI hasta bloqueos de rastreo en sus sistemas operativos, la compañía ha construido una narrativa sólida como defensora de los derechos del usuario. Pero esta vez, esa estrategia le ha salido cara.
La Autoridad de la Competencia de Francia ha impuesto una multa de 150 millones de euros a Apple, alegando que su sistema de Transparencia de Seguimiento de Aplicaciones (ATT) introducido en iOS 14.5 es «innecesariamente complejo» y afecta la libre competencia.
¿Qué es ATT y por qué se ha multado a Apple?
ATT (App Tracking Transparency) es ese aviso que aparece cuando instalamos una app por primera vez, preguntándonos si permitimos que nos rastree con fines publicitarios. La mayoría responde que no. Hasta aquí todo bien, pero el problema viene con cómo Apple implementó este sistema:
- Mostrar múltiples ventanas de consentimiento complicaba el proceso.
- Aceptar el rastreo era más difícil que rechazarlo: un clic frente a dos.
- Apple no pedía consentimiento para sus propias apps hasta iOS 15.
- El sistema no cumplía con los requisitos legales de la CNIL (autoridad francesa de datos).
Según los reguladores, con simples ajustes técnicos Apple habría podido mantener la protección de la privacidad sin perjudicar a terceros.
¿Quién sale perjudicado?
El sistema ATT ha afectado notablemente al ecosistema publicitario y a los desarrolladores más pequeños, que no cuentan con los recursos de gigantes como Google o Meta. Por eso, la sentencia ha sido celebrada por organizaciones del sector, como Alliance Digitale o el Sindicato de Publicidad en Internet, que la calificaron de «gran victoria» para más de 9.000 empresas del sector digital francés.
Apple responde: “Defendemos la privacidad”
Tras conocerse la resolución de la Autoridad de la Competencia francesa, Apple no tardó en pronunciarse. En declaraciones recogidas por Reuters, la compañía expresó su decepción ante la decisión, pero reafirmó que su sistema ATT es claro, transparente y coherente tanto en la forma como en la aplicación.
Según Apple, ATT ha sido diseñado con un objetivo claro: dar a los usuarios el control total sobre si desean o no ser rastreados entre aplicaciones con fines publicitarios. Subrayan que el aviso de ATT es el mismo para todos los desarrolladores, incluyendo las propias aplicaciones de Apple, y que no se ha establecido ninguna ventaja injusta en ese sentido.
Además, Apple insiste en que esta herramienta ha sido ampliamente respaldada por usuarios, defensores de la privacidad e incluso por otras autoridades de protección de datos a nivel internacional. Consideran que el sistema cumple con su promesa de poner la privacidad en manos del usuario y que el enfoque francés representa una visión excesivamente rígida del cumplimiento normativo.

Más allá de Apple: un debate global
Este caso no es un hecho aislado. En paralelo, países como Alemania, Italia, Rumanía y Polonia también han abierto investigaciones similares sobre la forma en que Apple aplica ATT. Se trata de una batalla más amplia entre las autoridades regulatorias europeas y las grandes tecnológicas estadounidenses, donde el equilibrio entre privacidad, libre competencia y poder de mercado está en el centro del debate.
La tensión ha escalado tanto que incluso el expresidente estadounidense Donald Trump ha amenazado con imponer aranceles a Europa en respuesta a lo que considera sanciones desproporcionadas y dirigidas a las empresas norteamericanas más influyentes.
Esto refleja un cambio en el panorama geopolítico y tecnológico, donde Europa busca afirmar su soberanía digital y proteger a sus propios actores económicos frente a gigantes como Apple, Google o Meta, que operan con recursos y alcance globales.
¿Cómo nos afecta esto como usuarios?
En la práctica, esta sanción no cambia nada para los usuarios finales a corto plazo. Continuarás viendo anuncios en tu iPhone, pero estos no estarán personalizados a partir de tu comportamiento si has rechazado el rastreo. La experiencia de usuario se mantiene intacta, al menos por ahora.
No obstante, el impacto sí es significativo para los desarrolladores, startups y agencias de publicidad, especialmente en Francia. Esta resolución supone una victoria regulatoria para las pequeñas y medianas empresas, que han visto limitadas sus capacidades frente a las herramientas internas que Apple reserva para su propio ecosistema.
La gran incógnita es si esta multa abrirá la puerta a una revisión general del modelo ATT en Europa, lo que podría traer cambios futuros en cómo se presentan los avisos de privacidad o en cómo se regula el acceso a datos por parte de las apps.