
¿Intentas vender algo por Wallapop, Vinted, eBay o similares y no te comes una rosca? ¿Te preguntas por qué esa bici estática, esa colección de Funkos o esa ropa que ya no usas sigue acumulando polvo digital? Spoiler: probablemente tus fotos dan PEREZA (por no decir otra cosa). Vivimos en un mundo visual, colegas, y si tus imágenes parecen sacadas en una cueva oscura con un móvil de 2005 durante un terremoto, estás MUERTO comercialmente hablando.
Pero tranqui, Gurú Tecno al rescate. Olvídate de contratar a un fotógrafo, montarte un estudio en casa o gastarte una pasta en una cámara réflex que no sabes usar. Con tu propio smartphone y estos trucos geek de sentido común (que parece ser el menos común de los sentidos), vas a pasar de subir fotos basura a crear imágenes que SÍ venden. ¡Al lío!
Calidad mínima exigible: ¡Limpia esa lente!
Lo primero y más básico, que parece mentira tener que decirlo: ¡CALIDAD! Usa la mejor cámara que tengas a mano, que seguramente es la de tu móvil. Y, por el amor de Jobs, ¡LIMPIA LA PUÑETERA LENTE! En serio, el 90% de las fotos cutres empiezan ahí, con una lente llena de huellas y la grasa del último bocadillo. Un simple paño de microfibra obra milagros. Asegúrate siempre de que la foto esté bien enfocada, nítida, sin zonas borrosas absurdas ni pixelados que duelan a la vista. Si tu producto parece grabado con una patata, nadie te va a soltar un euro por él.
La iluminación es clave: ¡Huye del flashazo!
Y la calidad visual empieza, sí o sí, por la LUZ. Olvídate del flashazo cutre y directo del móvil que lo aplana todo, crea reflejos horribles y sombras más propias de una peli de terror. Tu mejor amiga, y además gratis, es la luz natural.
Ponte cerca de una ventana bien iluminada, pero ojo, evita el sol directo que achicharra los colores y genera contrastes brutales. Busca una luz lateral suave, esa que dibuja las formas y las texturas sin agresividad. Si no te queda más remedio que usar luz artificial, que sea blanca o neutra y úsala de forma indirecta, rebotándola en una pared, por ejemplo.
El fondo importa (y mucho): ¡Menos es más!
Igual de importante que la luz es dónde haces la foto. El FONDO es crucial para que el protagonista sea tu producto y no el caos de tu habitación. Necesitas un fondo simple y limpio. Una pared blanca o de color neutro es un clásico infalible. Una cartulina grande, una sábana bien planchada (¡sin arrugas, por favor!), una mesa despejada…
El contexto puede funcionar, pero solo si aporta valor: si vendes ropa, una percha bonita sobre un fondo neutro vale, pero no la tires hecha un gurruño sobre la cama sin hacer. Si vendes un gadget, que no se vea por detrás la torre de plancha, el frutero con plátanos pochos o al gato en su momento de aseo íntimo. ¡Nadie quiere ver tu desorden!
Muestra TODO: ¡No seas rácano con los ángulos!
Una vez tienes la luz y el fondo controlados, tienes que MOSTRAR EL GÉNERO sin secretos y sin racanería. Una única foto frontal es de vendedores perezosos. ¡Saca VARIAS FOTOS! Necesitas mostrar el producto desde diferentes ángulos: frontal, trasero, perfiles, una vista cenital (desde arriba), alguna en perspectiva… Que el comprador sienta que casi lo está tocando.
El contexto de uso también ayuda: una mochila puesta, una herramienta en acción (de forma segura), una taza en una mano para mostrar tamaño… Ayuda al comprador a imaginarse usando el producto.
Acércate a los detalles (y a los defectos)
Además de los ángulos generales, no te olvides de los DETALLES. Haz fotos de cerca, usando el modo macro si tu móvil lo tiene y merece la pena, para enseñar texturas importantes, el logo de la marca si es relevante, los botones, las conexiones, las etiquetas…
Y en esta sección de detalles entra la HONESTIDAD: si tu producto tiene algún pequeño defecto (un rasguño, una mancha), ¡sácale foto también! Ocultarlo solo te traerá problemas, malas valoraciones y disputas. Mostrarlo genera confianza y filtra a compradores tiquismiquis. Que luego vienen los lloros y las reclamaciones.
Edición inteligente: realzar, no disfrazar
Cuando ya tienes las fotos hechas, un toque de EDICIÓN BÁSICA puede marcar la diferencia, pero siempre con cabeza. Los editores de los propios móviles suelen ser suficientes. Recorta y reencuadra para eliminar aire innecesario y centrar bien el producto.
Ajusta un poco el brillo y el contraste para darle vida a la imagen, pero sin pasarte, que no parezca radiactivo. Un toque sutil de nitidez puede ayudar a definir mejor los bordes. Pero, ¡ojo!, huye de los filtros locos que cambian por completo los colores. El comprador quiere recibir lo que ve, no una versión tuneada que no se parece en nada a la realidad. Se trata de realzar, no de mentir.
Un toque pro: la consistencia visual (si vendes en serio)
Finalmente, un apunte rápido sobre la CONSISTENCIA. Si vendes varios productos de forma habitual, como un artesano o una pequeña tienda online, intenta que tus fotos mantengan un estilo visual parecido: usa fondos similares, el mismo tipo de iluminación… Esto da una imagen mucho más profesional y ayuda a que la gente reconozca tu «marca».
No es magia, es esfuerzo
Como ves, hacer buenas fotos para vender online no es física cuántica. No necesitas ser Ansel Adams ni dejarte el sueldo en un equipo fotográfico profesional. Se trata, simplemente, de aplicar estos principios básicos, tener un poco de cuidado, sentido común, y dedicarle cinco minutos extra a presentar tu producto de una forma decente. Créeme, la diferencia entre una foto cutre y una bien hecha es, literalmente, la diferencia entre que tu anuncio sea invisible o que alguien se interese, te contacte y, finalmente, te lo compre!
En resumen: ¡Ponte las pilas!
¡Deja ya de regalar tus posibilidades de venta por pura pereza fotográfica! Limpia esa lente, busca una ventana, ordena el fondo, saca fotos desde todos los ángulos mostrando los detalles (los buenos y los menos buenos), edita con mesura y ¡listo! Con solo eso, ya estarás a años luz del 90% de los vendedores que pululan por las plataformas online.
Ahora sal ahí fuera, aplica estos trucos geek y empieza a sacar fotos que conviertan tus trastos olvidados en dinero contante y sonante.