
En la brutal carrera por el futuro del coche eléctrico, la verdadera guerra no se libra en la potencia de los motores ni en el tamaño de las pantallas. Se libra en la química, en el corazón del sistema: la batería. Y la compañía Farasis Energy acaba de anunciar un avance que no es un simple paso, es un salto cuántico que podría aniquilar la ansiedad por la autonomía para siempre.
La compañía ha confirmado que ha completado el desarrollo de su tecnología de batería de estado sólido de sulfuro de segunda generación, y la cifra que han puesto sobre la mesa es para marearse: han alcanzado una densidad energética de 500 Wh/kg.
La autopsia de una cifra que lo cambia todo
¿Qué significa 500 Wh/kg? Para que lo entiendas, las baterías de iones de litio más avanzadas que montan los coches eléctricos actuales, como las celdas 4680 de Tesla, se mueven en una horquilla de 270-300 Wh/kg. La tecnología de Farasis, por tanto, casi duplica la cantidad de energía que se puede almacenar en el mismo peso.
Esto tiene dos implicaciones brutales para el futuro del coche eléctrico:
- Autonomías de más de 1.000 KM: Los fabricantes podrán ofrecer coches con autonomías reales de más de 1.000 kilómetros sin tener que meter baterías gigantescas y pesadas.
- Coches eléctricos más ligeros y baratos: O bien, podrán mantener las autonomías actuales de 500-600 km, pero con paquetes de baterías que pesen casi la mitad, lo que se traduce en coches más ligeros, más ágiles, más eficientes y, sobre todo, más baratos de fabricar.
Para lograr esta proeza, Farasis está utilizando una química de vanguardia, con un electrodo positivo ternario de alto contenido en níquel y rico en litio-manganeso, y un electrodo negativo de metal de litio.

La seguridad: el santo grial de las baterías de estado sólido
Pero la densidad energética no es la única ventaja. El gran superpoder de las baterías de estado sólido es la seguridad. Al sustituir el electrolito líquido inflamable de las baterías actuales por un material sólido (en este caso, un compuesto de sulfuro), el riesgo de incendio en caso de accidente se reduce drásticamente.
Farasis afirma que su nueva celda ya ha superado con éxito las pruebas más exigentes de la industria, como las de penetración por aguja y cizallamiento, demostrando su capacidad de autoextinción en caso de embalamiento térmico. Es una batería que, sencillamente, no arde.
Del laboratorio a la carretera
Esto no es una simple promesa de laboratorio. Farasis ya ha pasado a la fase de producción piloto. Planean tener una línea de producción de 0,2 GWh para finales de este año y ya están entregando las primeras muestras de baterías de 60 Ah a sus socios estratégicos. Y el plan es escalar la producción a nivel de GWh para 2026.
La tecnología que permitirá coches eléctricos con autonomías de cuatro cifras y una seguridad a prueba de bombas ya no es ciencia ficción. Se está fabricando ahora mismo. Y va a cambiarlo todo.
¿Crees que las baterías de estado sólido son la solución definitiva para el coche eléctrico? ¿Qué es más importante para ti, más autonomía o más seguridad? El debate está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.