
Elon Musk es un genio vendiendo el futuro. El problema es que, a menudo, se olvida de construirlo en el presente. La última prueba de este despropósito llega desde las líneas de producción de Tesla. Según un informe demoledor de The Information, la ambiciosa promesa de Musk de producir 5.000 robots humanoides Optimus este año se ha quedado en eso, en una promesa. La cruda realidad es que, a estas alturas del año, la producción real es de solo unos pocos cientos de unidades.
Es un fracaso de producción en toda regla. Pero lo más increíble no es el fallo, sino la reacción de Musk. Lejos de admitir el retraso, en su última llamada de resultados, ha redoblado la apuesta con una nueva fanfarronada: ha prometido producir un millón de unidades al año en un plazo de cinco años. Es el ciclo infinito de Musk: tapar una promesa rota con una aún más grande y espectacular.
Un fracaso que llega en el peor momento para Tesla
Esta noticia del fiasco en la producción de Optimus no podría llegar en un momento más delicado para Tesla. La compañía acaba de reportar una caída del 12% en sus ingresos del segundo trimestre, arrastrada por la bajada en las ventas de sus coches eléctricos y la debilidad de su negocio de energía.
En este contexto de crisis, la promesa de los robots humanoides era uno de los grandes salvavidas, la «siguiente gran cosa» que debía justificar la estratosférica valoración de la compañía. Y ha resultado ser, de momento, otra cortina de humo.
El bucle infinito de las promesas rotas: de los robotaxis a los robots
Para entender la credibilidad de la nueva promesa de «un millón de robots al año», solo hay que tirar de hemeroteca. Es el mismo guion, la misma estrategia, que ya usó con los Robotaxis.
- En 2019, Musk afirmó solemnemente que Tesla tendría un millón de Robotaxis en las calles para 2020.
- En 2021, dos años después del plazo incumplido, anunció que la producción en masa de los robotaxis comenzaría en 2024.

Estamos en 2025 y los robotaxis siguen siendo una anécdota. El patrón es claro: Musk utiliza promesas grandilocuentes y plazos imposibles para generar ‘hype’ y mantener alta la cotización de sus acciones, aunque la realidad de la ingeniería vaya por un camino mucho más lento.
Y de paso, la ‘traición’ a millones de clientes con el FSD
Pero la historia no acaba en las promesas rotas. Acaba en la traición a los clientes que se las creyeron. Durante años, Musk ha vendido la opción «Full Self-Driving» (FSD) por una fortuna con la promesa de que los coches tenían todo el hardware necesario para la autonomía total. MENTIRA.
Musk ya ha reconocido que los vehículos más antiguos, equipados con el hardware HW3, necesitarán instalar los nuevos y caros ordenadores HW4 o HW5 para ser compatibles con la futura versión «no supervisada». Esto significa que millones de clientes que pagaron por una promesa, en realidad, compraron un hardware obsoleto.
Conclusión Gurú Tecno: genialidad en el marketing, desastre en la producción
Elon Musk es un visionario, nadie lo duda. Su capacidad para inspirar y para vender una visión del futuro es inigualable. Pero la historia reciente de Tesla y de sus proyectos más ambiciosos demuestra un patrón preocupante: una brecha cada vez mayor entre las promesas del marketing y la realidad de la producción.
El fiasco del Optimus es solo el último síntoma de una compañía que parece estar perdiendo el foco, dirigida por un CEO que a menudo parece más interesado en tuitear que en cumplir plazos.

La pregunta ya no es si Elon Musk es un genio. La pregunta es si podemos seguir creyéndonos sus plazos. Y la respuesta, a la vista de los datos, es un rotundo NO. Mientras tanto, la cuenta atrás para la próxima gran promesa incumplida ya ha comenzado. En Gurú Tecno, estaremos aquí para recordárselo.
¿Crees que Tesla cumplirá alguna vez sus promesas sobre los robots? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.