
Durante años, el reino de las cámaras 360 ha sido un duopolio entre los innovadores de Insta360 y los veteranos de GoPro. Se repartían el pastel mientras DJI, el rey del aire y la estabilización, miraba desde su trono de drones. Pues se acabó.
DJI acaba de patear la puerta del bar, ha puesto un monstruo de 8K sobre la mesa y ha preguntado si alguien tiene algún problema. Se llama DJI Osmo 360, es su primera cámara de este tipo, y es una declaración de guerra.
La ficha técnica de un asesino
DJI no ha venido a jugar, ha venido a conquistar. Y para ello, ha diseñado una bestia que, sobre el papel, es un «greatest hits» de todo lo que nos gusta, con un par de trucos de ingeniería marca de la casa.
- El corazón (un sensor inteligente): La clave no es solo la resolución. Es su sensor HDR cuadrado de una pulgada. ¿Por qué cuadrado? Porque es más eficiente, coño. Captura la imagen esférica de las dos lentes sin desperdiciar píxeles en las esquinas que no se usan en un vídeo 360. Esto, según DJI, mejora el rendimiento en baja luz hasta en un 25% y, de paso, reduce el consumo de energía. Es ingeniería, no solo fuerza bruta.
- La potencia (resolución porno): 8K a 50fps. Léelo otra vez. Es una salvajada para una cámara que te cabe en el puño. Y lo más brutal: es capaz de aguantar 100 minutos seguidos grabando a 8K/30fps. Se acabó el drama de quedarse sin batería en mitad de la puta bajada en bici.
- El modo «GoPro killer»: Y aquí viene el puñal por la espalda a la competencia. ¿No te apetece grabar en 360? No pasa nada. La usas como una cámara de acción tradicional en modo de lente única y te escupe un potentísimo 5K a 60fps o un glorioso 4K a 120fps para hacer cámaras lentas que quitan el hipo. Básicamente, es una Osmo Action de gama alta y una 360 en el mismo puto cuerpo.

Los trucos de magia del Gurú
Más allá de la fuerza bruta, la Osmo 360 viene cargada con el arsenal de software que ha hecho famoso a DJI.
- El palo selfie Invisible: Como debe ser en una 360 decente, el palo selfie desaparece mágicamente de la imagen. Grábate desde cualquier ángulo sin que parezca que llevas un brazo biónico de Robocop.
- Estabilización a prueba de bombas: Viene con la doble artillería de DJI. HorizonSteady para que el horizonte esté más recto que una vela, aunque vayas dando volteretas, y RockSteady 3.0 en el modo de lente única para que tus vídeos no provoquen mareos y vómitos.
- Almacenamiento Interno: 105GB. Un detalle espectacular para no estar peleando con tarjetas microSD en mitad de la montaña con los dedos congelados. Algunos puristas echarán de menos poder ampliarla, pero para el 99% de los mortales, es más que suficiente.
El veredicto: ¿El golpe de estado definitivo?
DJI ha llegado tarde a la fiesta, pero ha llegado con un tanque a una pelea de navajas. Ofrece, sobre el papel, lo mejor de Insta360 (el formato 360, el reencuadre y el palo invisible) y lo mejor de GoPro (un modo de lente única potentísimo) en un solo paquete. Y ahora, el precio del ataque: 479,99 euros.
¿Es caro? Depende. Es más caro que algunas Insta360 básicas, pero es más barato que comprarte una GoPro Hero Black y una Insta360 por separado. DJI se ha posicionado justo en el medio, con una oferta de valor que te grita a la cara: «¿Para qué quieres dos cámaras si la mía hace el trabajo de ambas y mejor?». Es una jugada jodidamente inteligente.
Insta360 y GoPro tienen que estar ahora mismo en sus cuarteles generales sudando tinta. El rey de los drones ha puesto su ojo en su reino. Y viene a por todo.
¿Será esta la cámara que por fin unifique los dos mundos? ¿O llega demasiado tarde a una fiesta que Insta360 ya tiene controlada? El debate está servido. Queremos ver sangre en los comentarios y en nuestras redes sociales. ¡Únete a la conversación en Instagram, Facebook y YouTube!