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Adiós a la Ley de Moore: el chip de 41 capas que redefine el futuro de la computación

noviembre 5, 2025

La Ley de Moore acaba de recibir un golpe de realidad… y lo ha dado Arabia Saudita. Un equipo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (KAUST), liderado por el profesor Xiaohang Li, ha presentado el chip apilado verticalmente más alto del mundo, con 41 capas de materiales semiconductores y aislantes. No solo rompe récords: consume solo una milésima parte de la energía de los chips convencionales. Sí, has leído bien — una milésima.

Publicado en Nature Electronics, este avance podría marcar el inicio de la era post-Ley de Moore.

¿Por qué es tan revolucionario?

Durante más de medio siglo, la industria del silicio se ha movido bajo una regla de oro: “haz los transistores más pequeños”. Pero ya estamos chocando con los límites de la física: calor, fugas eléctricas y materiales que simplemente no pueden miniaturizarse más.

La solución de Li y su equipo es tan lógica como brillante: Si no puedes hacerlo más delgado, hazlo más alto.

El resultado: un chip con 41 capas —unas diez veces más que los actuales—, capaz de aumentar la densidad de circuitos hasta un 600% sin reducir el tamaño del chip.

Cuando apilamos seis o más capas de transistores verticalmente, podemos integrar hasta un 600% más de funcionalidad lógica en la misma área, logrando mayor rendimiento y menor consumo”, explicó Li.

Rascacielos de transistores

El profesor Li compara el desafío con construir un rascacielos: “Cada transistor es como un piso. Si uno está desnivelado, el edificio entero se tambalea”.

La clave ha sido controlar la rugosidad de la interfaz entre capas, algo crítico para que los electrones fluyan sin obstáculos. Para lograrlo, el equipo desarrolló una técnica de fabricación criogénica, depositando todas las capas a temperatura ambiente, sin los 400 °C típicos de los procesos de silicio.

Esto abre la puerta a nuevos materiales flexibles y plásticos, permitiendo crear chips en superficies deformables —lo que antes era impensable.

Rendimiento y consumo

Los investigadores fabricaron 600 chips de muestra, todos con un rendimiento estable. El resultado: consumo de solo 0,47 microvatios, manteniendo las mismas funciones computacionales que los chips convencionales.

Eso equivale a una milésima parte del consumo energético de un chip tradicional. En otras palabras, si tu smartphone usara esta tecnología, su batería duraría semanas en lugar de días.

Aplicaciones: del wearable al edificio inteligente

El potencial de este diseño es brutal:

  • Sensores biométricos y dispositivos portátiles de salud ultradelgados.
  • Pantallas flexibles y etiquetas inteligentes de consumo casi nulo.
  • En el futuro: “piel electrónica”, superficies inteligentes que pueden detectar, procesar y comunicarse por sí mismas.

Imagina un edificio cuya fachada detecte la contaminación y se comunique con la red eléctrica. O una prenda que monitoree tu salud en tiempo real sin necesitar recarga.

Más allá de Moore

El mensaje del equipo de KAUST es claro: el futuro no pasa por chips más pequeños, sino por integraciones más inteligentes en 3D. La computación del futuro podría ser apilada, flexible y energéticamente ultraligera. Y lo mejor: ya no dependerá del silicio.

En resumen, el chip de 41 capas de KAUST no solo desafía la Ley de Moore, la entierra con estilo. Estamos presenciando el nacimiento de la arquitectura vertical en chips: la era de los rascacielos electrónicos ha comenzado. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en InstagramFacebook y YouTube.

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