CATL, el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos, se trae algo serio entre manos con sus baterías condensadas. Un desarrollo que podría ser la clave de la próxima revolución de la movilidad eléctrica, tanto por tierra como por aire. La revolución está al caer, ya que prometen duplicar la autonomía de coches eléctricos en 2024.
Aprovechando su presencia en el Salón del Automóvil de Shanghái, la marca china ha presentado formalmente esta interesante tecnología. Gracias a ella, asegura que puede ofrecer más del doble de la densidad energética que hoy brindan las baterías de iones de litio convencionales.
Su batería condensada cuenta con una densidad energética de hasta 500 Wh/kg
Y eso significa que son capaces de multiplicar por dos la densidad energética de las baterías de litio. De acuerdo con CATL, la densidad energética de sus baterías condensadas alcanza los 500 vatios-hora por kilogramo (Wh/kg). Esto implica un salto brutal en comparación con lo que se ofrece en la actualidad, puesto que las celdas de baterías de iones de litio de uso masivo en coches eléctricos están apenas por encima de los 200 Wh/kg. Algunos desarrollos más avanzados, como las baterías 4680 de Tesla, se estiman en una densidad energética de 244 Wh/kg. Para ello, se han creado procesos técnicos innovadores aplicados a un cátodo de alta energía, a un nuevo tipo de ánodo y a las películas encargadas del aislamiento térmico de las celdas.
Pero lo verdaderamente interesante es que el nuevo desarrollo de CATL supera ampliamente la densidad energética que promete la esperada batería semisólida desarrollada por NIO junto a WeLion. Esta última ofrece 360 Wh/kg en su versión de 150 kWh de almacenamiento, lo cual permitiría una autonomía estimada alrededor de los 1.000 kilómetros en coches como los NIO ET5 y ET7.
¿Cuándo será una realidad este tipo de baterías?
Más pronto de lo que creemos. Según informan desde CATL, comenzarán a fabricarse de forma masiva este mismo año. En tanto que su comercialización se iniciaría en 2024, aunque por lo pronto la compañía ha evitado hablar de precios. Esto significa que, por lo pronto, se desconocen los costes de producción y las cifras finales que se deberán pagar para acceder a esta tecnología en futuros vehículos eléctricos. Lo que damos por hecho, es que no serán nada baratas.